Nunca debemos acallar nuestra voz
Dice la docente y periodista de extensa experiencia Norma Abdo: "Ser periodista es buscar la verdad en un marco de responsabilidad social. Pasarán los gobiernos, pasarán los funcionarios pero a nuestra voz no podrán acallarla".
Independencia, una palabra que, políticamente hablando, importa el ejercicio de la libertad y en ese marco es mi intención recodar aquella decisión de Mariano Moreno de impulsar el primer periódico patrio del país - "La Gazeta de Buenos Ayres"- cumpliendo por aquellos días de 1810, el rol de informar al pueblo sobre las decisiones y accionar del gobierno revolucionario. Se abría una etapa en el campo de la libertad de expresión, aún con la limitación que tenían en cuestiones técnicas. Pero nada los hacía perder el entusiasmo: empezarían en una imprenta disponible, rudimentaria en su tipografía y capacidad de producción siempre con el noble objetivo de informar.
En homenaje a esa iniciativa impregnada de aires de libertad, más allá de las adversidades y de las dificultades, hoy 7 de junio celebramos el Día del Periodista, reivindicando la tarea de estos trabajadores que somos los que comunicamos y garantizamos el derecho a la libertad de expresión, más allá del rol empresario de los medios.
Mal que les pese a muchos, la labor periodística no es otra cosa que ser la voz en una sociedad que pretende ejercer democráticamente su derecho a informarse y conocer sobre lo que ocurre en todos los órdenes de la vida actual, en la libertad de elegir entre la multiplicidad de medios existentes hoy, facilitando el conocimiento y la comprensión de la realidad.
El periodismo permite tener espacios de discusión que, en general, al poder de turno lo incomoda: pongamos sobre la mesa los escupitajos en el gobierno K a figuras que investigaban situaciones que molestaban al poder o cuando se hablaba de medios hegemónicos. Hoy como ayer, la historia se repite cuando el actual Presidente habla de "micrófonos ensobrados", "corruptos", "soretes", entre tantos epítetos innecesarios de reproducir. Más allá de esto, los periodistas de raza hacen caso omiso a estas expresiones más de barra brava que de funcionario ejerciendo la máxima magistratura.
Muchos auguraron, la muerte de los diarios con el advenimiento de las nuevas tecnologías. Nada de eso sucedió. Al contrario, muchos subsistieron y otros adoptaron la modalidad on line. Proliferaron medios gráficos, televisivos y radiales, con alcance para todos y en cada rincón. Todas las voces todas. Esto sin desconocer que en las redes proliferan medios con posiciones diversas. No es menos cierto que en la actualidad también se produce mucha información falsa y tendenciosa, como así también violentas, con el fin de confundir a la opinión pública, desacreditando a los muchos que con honestidad y vocación ejercimos, ejercemos y ejerceremos nuestra profesión con pasión y por convicción. No permitamos como sociedad que agoreros de la desinformación nos lleven a perder credibilidad y confianza en la libertad de expresión pero con los límites que la ética impone.
Ser periodista es buscar la verdad en un marco de responsabilidad social. Pasarán los gobiernos, pasarán los funcionarios pero a nuestra voz no podrán acallarla.
A brindar por nuestro día, colegas.