El fin de Hong Kong como un símbolo de libertad

El Partido Comunista Chino terminó devorándose a Hong Kong. Aquí, las reflexiones de un liberal, Ian Vasquez.

Ian Vásquez
Vicepresidente de Estudios Internacionales y director del Centro para la Libertad y la Prosperidad Global del Cato Institute y coautor del Human Freedom Index. Vásquez es columnista semanal de El Comercio (Perú).

Con su imposición de una ley de seguridad nacional sobre Hong Kong, Pekín viola la autonomía del territorio a un grado que fundamentalmente subvierte el sistema liberal que hizo de Hong Kong una de las historias de éxito más destacadas del mundo. El sistema de Hong Kong -basado en un Estado de Derecho sólido y un alto grado de libertades económicas, personales y civiles tales como la libertad de expresión y de asociación- permitió a sus ciudadanos surgir de una pobreza generalizada hacia un nivel de prosperidad que excede incluso aquel de su otrora colonizadora, Gran Bretaña. Este es el sistema que también ayudó a inspirar las reformas de mercado en la China continental, conduciendo a que durante las últimas cuatro décadas se hayan logrado extraordinarios avances en el bienestar humano allí también.

La represión de China sobre Hong Kong refleja el giro problemático del Partido Comunista hacia el nacionalismo y el fortalecimiento del autoritarismo durante la presidencia de Xi Jinping. Como bastión de la libertad humana, el sistema de Hong Kong se volvió cada vez más incompatible, e incluso amenazante, para una China cada vez más agresiva. La nueva ley de seguridad nacional disminuirá todos los aspectos de la libertad en Hong Kong. Debilitará el Estado de Derecho, aumentará la auto-censura por parte de la prensa y otros, restringirá a la sociedad civil, aumentará la arbitrariedad en la gobernanza local, y politizará las decisiones empresariales, incluso aquellas acerca de dónde y con quién invertir y a qué caridades o causas respaldar. En pocas palabras, la nueva medida reducirá las libertades económicas, personales y civiles en Hong Kong y pone un fin definitivo a la ciudad como un símbolo de libertad humana.

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