Ficha Limpia (con olor a sucio)
Escribe Sergio Gómez: "Los Alperovich, los Fernández, los Boudou, los Devido; pongan ustedes los nombres que quieran, fueron elegidos por el pueblo por lo tanto quienes sostienen a estos nefastos corruptos somos los mismos argentinos".
A Otto von Bismarck, politólogo alemán se le atribuye la frase "la política es el arte de lo posible", y anoche 7de nayo de 2025 en Argentina, nuestros Senadores, la hicieron propia.
Este sincericidio del político alemán contrasta con el ejercicio de lo ético y moral, lo pone en un lugar utópico. Intentar que la política, la ética y la moralidad vayan de la mano, al menos en ámbitos de tanto poder, parece imposible.
La ley que no fue, encerraba en si misma una lógica -e irrenunciable-cualidad: sacar lo sucio, lo que corrompe, desnaturalizar esto de que " en política todo es posible". Sin embargo perdimos esa gran oportunidad de tener mejores representantes y calidad institucional en esa gran caja de resonancia del pueblo. Allí donde los argentinos depositamos nuestras esperanzas de progreso que nos permitan vivir con mayor dignidad y sobre todo a quienes estábamos entusiasmados con que algo comenzaba a cambiar, un grupo de senadores -esa minoria poderosa- , con muchodesparpajo y sin vergüenza alguna tuercen, una vez más, la voluntad del soberano y nos dejan con las manos vacías.
Si esto hasta acá es verdad y coincide con lo ocurrido, permítanme entonces sugerir que el problema no es una mala noche en el recinto del Senado de la Nación y ni siquiera que haya ocurrido algo fuera de lo común allí, con un cambio de último momento en el voto de la ley de algún Senador o alguna Senadora.
Tampoco creo que hayan existido cambios de figuritas, pensando en que si se votaba distinto, perjudicarían a la provincia a la cual representan. Considero inexacto que sea bueno que por culpa de una norma hecha con alarmante subjetividad, en el futuro se utilice la misma para no permitirle a cualquier ciudadano a que represente al pueblo.
¡No es nada de eso o esto eso y más! Y ¿por qué?
Porque parecía más un traje a medida que una ley.
Porque la fogoneaban los periodistas amigos.
Porque en este último tiempo se metió la elección legislativa de CABA y quién la impulsaba era candidata por un espacio contrario al presidente y pensaron que, si salía la ley aprobada, oxigenaban aún más su candidatura.
Estás y otras tantas conjeturas no son lo suficiente para entender que pasó.
La respuesta creo, no está en ese lugar, insisto,la tenemos nosotros, lo que votamos.
Los Alperovich, los Fernández, los Boudou, los Devido; pongan ustedes los nombres que quieran, fueron elegidos por el pueblo por lo tanto quienes sostienen a estos nefastos corruptos somos los mismos argentinos.
Para cambiar esto no hace falta una ley, hace falta educación. Enseñar en las escuelas que la vida en democracia no es hacer lo que cada uno quiere o puede y esperar todo del Estado. Inculcar a los jóvenes que el mérito es un camino de oportunidades. Y por sobre todo remarcar hasta el cansancio que necesitamos representantes dignos de serlo; probos, intelectualmente honestos, capaces, que respeten las instituciones y utilicen a la política como una herramienta de progreso "erga omnes"
Hay que empezar desde bien abajo, con nuestros niños, enseñándoles civilidad, el valor de la honestidad. La familia debe volver a ser "primera escuela", educar con el ejemplo. Debemos ser capaces de madurar, democráticamente hablando, para saber elegir, no solo a nuestros representantes sino también elevar la vara para que tengamos sindicatos serios, con trabajadores que verdaderamente nos representen.
Sanear las instituciones que tienen que ver con nuestro diario trajinar en democracia. Que la mejora continua sea algo cotidiano en cada estamento del Estado, que solidifique herramientas de desarrollo y que por sobre todo, permita capacitar l recurso humano haciendo incapié en la probidad de los mismos.
No tiene porqué una ley decirme que no vote a un doblemente juzgado y condenado.Si soy una persona de bien y sé diferenciar lo moral de lo inmoral o amoral, o de lo ético a lo no ético, no necesito más.
De este manera dejará de ser una utopía la convivencia de la política junto a los valores éticos y morales.