¡Nunca más!

El historiador Pablo Lacoste realiza una analogía entre el Juicio a las Juntas Militares y el que condenó a Cristina Kirchner. "Ambos se creían impunes y actuaron bajo esa convicción".

Pablo Lacoste
Pablo Lacoste - académico USACH. Proyecto ANID - ATE 220008

Igual que en 1985, la Justicia argentina se ha puesto de pie con una sentencia clara y franca: Nunca Más!

En ambos casos, se trata de una actitud resuelta, para enfrentar la nube tóxica que ha generado grandes males para el país. Ayer, las violaciones a los Derechos Humanos; hoy, la corrupción.

En 1985 la justicia le dijo Nunca Más a las violaciones a los derechos humanos realizadas durante la última dictadura militar. Torturas. Desapariciones.

Cuarenta años después, en 2025, la justicia vuelve a levantarse con la misma bandera, esta vez para cerrar la era de la corrupción en la Argentina.

En ambos casos, los culpables se muestran sorprendidos y desorientados: no pueden aceptar lo que está ocurriendo. Confiaban en la impunidad.

Para los militares que violaron los Derechos Humanos, igual que para los políticos de la corrupción, era imposible concebir un escenario en el cual debieran hacerse cargo de las consecuencias de sus actos, rendir cuentas y asumir responsabilidades.

Sus acciones se realizaron en un contexto de convicción de impunidad. Esta certeza los llevó a pensar que disponían de poder suficiente para situarse sobre la ley. Nunca estarían debajo de ella.

Durante muchos años, pensaron que el poder les duraría para siempre y por lo tanto, nunca deberían someterse a la justicia y pagar por sus crímenes. Sin embargo, el huracán de la historia puede cambiar los escenarios y alterar las correlaciones de poder.

Los militares también se sintieron impunes, durante mucho tiempo. Por más de medio siglo, se dedicaron a dar golpes de Estado e imponer gobiernos de facto, aplastando derechos y garantías de los argentinos. Total, la impunidad era total. Hasta que en Malvinas se produjo el derrumbe del prestigio militar. Recién entonces, se rasgó el velo de su imagen Los militares-políticos quedaron desnudos, y al fin, tuvieron que enfrentar la justicia en 1985, en tiempos de Raul Alfonsín.

Hoy, cuarenta años después, se presenta un escenario parecido. Después de dos décadas de corrupción e impunidad, se ha hecho justicia. Una vez más, hubo que esperar mucho tiempo: este juicio se fundamenta en hechos ocurridos en 2006 y denunciados en 2008. El trámite fue largo y lento, porque el poder tenía medios para mantenerse dentro de un espacio blindado de impunidad. Para que la justicia llegara, era necesario un desastre nacional, de alta conmoción social, equivalente a Malvinas; y ello ocurrió con la superinflación de fines de 2023. Recién entonces, la sociedad argentina logró rasgar el velo de imagen de poder de esos gobernantes. Ello desató las manos de la justicia, que ahora ha podido expresarse.

Es un día histórico en Argentina. Pero no va a ser fácil. Igual que ocurrió con los militares condenados en 1985, los corruputos sentenciados hoy se resisten a acatar la justicia. En 1987 los militares carapintadas se levantaron contra el orden constitucional en Semana Santa; y ahora, los condenados por corrupción llaman a boicotear a la Argentina, con medidas extremas y desestabilizadoras. En 1987, el Estado de Derecho resistió y la democracia quedó a salvo: Nunca Más!

Y ahora estamos sometidos a la misma prueba. El tiempo dirá si vuelve a triunfar la democracia, y se logra superar la tormenta.

Si ello se logra, Argentina habrá dado un paso importante hacia adelante. Así como quedó atrás la noche negra de las violaciones a los derechos humanos, también dejaremos atrás la oscuridad de la corrupción de los gobernantes. Se podrá entonces comenzar a construir un nuevo país.



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