Toma y daca político: la "comodoropyzación" de las provincias

Se acusa a los tribunales de Comodoro Py de ser un epicentro de corrupción y administración manipulada de causas por parte de jueces que han constituido una especie de "partido político" allí. Pero a cambio de romper con ese esquema, se crean nuevos potenciales "Comodoros Py" en las provincias por cambio de figuritas entre el Gobierno y los gobernadores.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

Mientras conmemoramos el primer mes desde que el presidente Alberto Fernández anunciara que se lanzaría un conjunto de 60 medidas diseñadas en cuatro comisiones para reactivar la economía dañada por la cuarentena por la pandemia, sin que se haya presentado un solo plan al respecto, sí sabemos todos que el Gobierno avanza con una reforma dentro del Poder Judicial que no va por el lado que cualquier vecino aplaudiría, sino hacia un mayor control por parte del Poder Ejecutivo.

En este camino, cuando todos ya nos enteramos del furioso debate interno que sufre el Gobierno, con una clara ganadora, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, la Argentina mira bajo pánico pandémico cómo la política se reparte jueces y juzgados, con tal de apurar en el Congreso una reforma nacida a presión, sin consensos y a la que, ahora, se le suma -además de la Cláusula de Censura Parrilli- un contrasentido más: que el modelo al que se pretende combatir, el de los tribunales de Comodoro Py, se instale en las provincias.

Efectivamente, nada ha sido totalmente gratuito para la poderosa Vicepresidenta. A pesar de contar con mayoría en el Senado, el peronismo originario de las provincias ha hecho valer su localía y votos más que cualquier cotillón ideológico con el que se expresan puertas afuera de los pasillos del Congreso y se ha transformado en huevos que piden sal. De tal modo, hay una repartija de juzgados para futuros jueces en las delegaciones en provincias de los tribunales federales que promete "comodoropyzar" a esas dependencias, pero con un agregado: así como a los juzgados porteños se les acusa de actuar en forma tiempista con/contra lo gobiernos como si fuera un partido político, en los estados lo harán, pero fuertemente vinculados a los gobernadores.

Un dato relevante del que poco se habla, es que el Gobierno que se victimiza constantemente, como si fuera un grupo de perseguidos por todos, es del mismo signo político que eligió y votó a la mayor parte de los jueces de Comooro Py. El peronismo tuvo siempre mayoría en el Senado desde 1983 hasta la fecha, gran designador de magistrados, en alguna oportunidad hasta apuntados en alguna servilleta de papel a modo de vaucher designatorio.

Nadie parece estar hablando de justicia cuando se habla de reforma judicial en el gobierno nacional, sino utilizando como moneda la creación de nuevos juzgados a cambio de votos para que se active la "bomba" contra los tribunales porteños que son señalados como el epicentro de la corrupción, ya sea por acción propia, por omisión o por administrar las acusaciones contra la expresidenta y sus exfuncionarios.

Es verdad que como está, la Justicia es una entelequia y la gente no la percibe a su lado. Pero las señales que da el poder central son aterradoras: federalización de la manipulación de los jueces que actúan ante casos de corrupción, narcotráfico y secuestros extorsivos y, además, la censura al periodismo que diga A o Z sobre lo que ocurra allí dentro.

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