Celebrando el Día del Trabajador Vitivinícola
Marcela Muñoz Pan se suma a la celebración de los trabajadores de la viña y el vino.
Como si fuera el Santo Sacramento
lo alzaré en los manteles,
o el Espíritu Santo del tormento
en figura de mieles,
o la transformación de los claveles.
Calentará como un rojo solsticio
el hueso de mi frente,
y seré, con su carga, sin mi juicio,
no el yo de diariamente,
sí otro loco mejor y diferente.
Oda al vino. Miguel Hernández
Celebramos esta vuelta de la Columna Líquida: una cosecha, un comienzo de vendimias. 1º de febrero es el Día Nacional del Trabajador Vitivinícola, cuyas manos hacen posible todo lo posible e imposible por la tierra que trabajan día a día, mes a mes y años tras años para que Mendoza y el mundo sepan los designios de domingos con recompensas.
El Día Nacional del Trabajador Vitivinícola se instauró el º1 de febrero de 1991 cuando en el departamento San Rafael, Mendoza, se firmó el acta acuerdo para establecer formalmente la celebración y darle un día feriado a las personas que dan todo su trabajo en la preparación de la tierra, sus hileras, su plantación, el cuidado y protección de las vides cuando las heladas nos amenazan, la poda, el desbrote, llegando a la esperada cosecha que abre las puertas de una vendimia prometedora si todos los factores así lo permiten para obtener los mejores vinos. La industria vitivinícola emplea a miles de personas cuyos aportes pocas veces trascienden la bodega. La vitivinicultura es una de las actividades más pujantes de Argentina. Presente en 18 de las 23 provincias argentinas, esta actividad da trabajo de manera directa e indirecta, creando un universo casi único y también romántico de toda la ceremonia vitícola, poblada por mujeres y hombres que cumplen distintos roles claves y funciones, en nuestra industria madre. Hoy alzamos las copas para brindar por ellas y ellos.
Cosechadores: Organizados en cuadrillas, estos artistas de la tierra seleccionan con maestría los racimos maduros, anticipándose al sol del verano. Hoy, con la cosecha mecánica, su destreza se concentra en los viñedos más valiosos, donde la selección manual es crucial para cuidar las viñas con esmero.
Podadores: Maestros en la compleja tarea de la poda, estos guardianes de las viñas realizan cortes precisos, asegurando que cada planta esté lista para la próxima vendimia. Desde la poda de invierno hasta la poda de frutos, su experiencia es la clave para frutos de calidad y la longevidad de las viñas.
Tomero: En las regiones desérticas que albergan nuestros viñedos, el Tomero se erige como el protagonista de la gestión consciente del agua. Abrir y cerrar tomas, conducir y distribuir el agua hacia las fincas; su labor es vital, cumpliendo horarios estrictos de racionamiento para asegurar el suministro necesario.
Encargado de riego: En un mundo moderno con sistemas de riego por goteo, el experto en riego para viñedos antiguos aún riega por manto o inundación. Esta labor demanda habilidades manuales y años de experiencia para conducir el agua hacia las vides en el momento preciso.
Capataz del viñedo: El ojo entrenado del capataz vela por las vides diariamente. Responde inmediatamente a cualquier desafío, ya sea combatiendo heladas, asegurando la aireación de las raíces o aplicando tratamientos preventivos para la salud del viñedo.
Operarios de bodega: Una vez que los frutos ingresan a la bodega, el equipo interno, liderado por el enólogo, toma el timón. Desde la selección de racimos hasta el llenado de tanques, cada paso es llevado a cabo con maestría. Este equipo supervisa cada botella, asegurando la calidad desde el proceso de elaboración hasta su llegada al mercado.
Tonelero: como la palabra lo indica son los encargados de armar y preparar los toneles, aunque el término también se aplica a la hora de pensar en las barricas y su mantenimiento como así también al manejo de todo el roble que puede haber en una bodega.
Enólogo: profesional del mundo del vino con capacidad para diseñar, gestionar y supervisar todas las actividades, métodos y técnicas de cultivo de la vid y de elaboración del vino y de otros productos de la vid.
En fin, estos son algunos de los tantos trabajos que se realizan en el ámbito del vino, como así también los expertos en logística y transporte, los agentes turísticos y culturales, nuestros embajadores de la recepción del turista. También los laboratorios que bregan por la sanidad de los vinos, los que comercializan y administran este mundo maravilloso del vino. Los poetas que inspiran con sus palabras como pepitas rojas rubíes, los artistas plásticos que iluminan la paleta de colores de las uvas tornadas de las cuatro estaciones, los escultores dando forma a esos momentos, los fotógrafos cuando el lente se posa justo, justo en la mano de ese cosechador de ilusiones, la música que indica esos caminos del vino, el folclore cotidiano que regala gentileza en rostros cuajados por el Sol, pero felices por deshojar vides de vinos pródigos de amor.
Agradecemos su trabajo y los invito a levantar las copas del amor y brindar por un nuevo año nuevo vendimial, vendimiando con las fichas del encuentro.
Foto: Gentileza de Sofía Pellizón.