¿Dónde quedaron aquellas Vendimias?

La opinión de Ignacio Borrás, habitual colaborador de Memo con sus "Testeos" de vinos. Añoranzas sobre tiempos de mayor acompañamiento popular.

Ignacio Borrás

Se viene una Fiesta de la Vendimia, pero ¿dónde quedaron esas Vendimias de antes..? Aquellas Vendimias que disfrutaba la gente, que vestían a Mendoza de fiesta, donde en cada departamento se juntaba la gente a disfrutar la elección de las reinas departamentales, donde desde diciembre -o incluso antes- y hasta marzo teníamos todos los fines de semana una opción para disfrutar y celebrar algo tan hermoso como nuestra vendimia. ¿Qué pasó entonces? ¿Dónde se perdió la ilusión o por qué el desencanto de la gente para algo tan mendocino como la Vendimia misma?

Recuerdo que, desde chico, siempre me llamó la atención todo lo que generaba esta fiesta en la gente, cómo me encantaba ir a ver el Carrusel o la Vía Blanca, ver esos carros que parecían sacados de películas por cómo estaban armados y que contaban historias. El festejar, si teníamos la suerte de agarrar algo de todo lo que tiraban las reinas.

 Dónde quedó el comprar el diario para esperar la elección de la reina y seguir la votación en casa marcando los votos, o la cantidad de micros que se juntaban en el centro para llevar a la gente al teatro griego o a los cerrillos para que la gente disfrutara algunas de las noches del acto central. 

Esta semana después de recorrer varias veces la Peatonal me quede sorprendido por el poco "aire" de Vendimia que hay en las calles, cómo se perdieron las pequeñas degustaciones que algunos locales o bodegas armaban en la misma peatonal para sorprender a turistas y mendocinos, cómo la Ciudad espera una Vendimia apagada o, mejor dicho, para cada vez más un grupo pequeño de personas.

Ha sido un cúmulo de cosas que fueron pasando de a poco, que casi sin darnos cuenta se fueron acumulando y alejando al mendocino de esta fiesta. 

Quizás es culpa de que se convirtió en algo que los políticos utilizan para alguna conveniencia de turno, o fue que la elección de la reina ya no es como antes y hasta mucha gente piense que ya está arreglada de antemano para beneficiar a algún intendente que sea más afín al gobierno de turno.

 También puede ser porque los municipios tienen cada vez menos ganas de lucirse con esos increíbles carros que desfilaban por Mendoza o tal vez fue porque muchos de los periodistas están enojados porque no los tratan como ellos creen que tienen que ser tratados y salieron a hablar mal de esta fiesta (ojo, que cuando los invitan a los eventos son los primeros en salir en las fotos), o incluso podemos pensar que por conveniencia, los últimos años se priorizó que las entradas las compraran solos los turistas, ya que esto convenía. Pero como hoy es sabido que Mendoza esta cara incluso para los mismos turistas estos ya no vienen como antes.

Reflexionando sobre lo antes mencionado, creo que es momento de parar y tratar de volver a las raíces de la Vendimia, de lo que significa festejarla, volver a homenajear a los verdaderos trabajadores del vino, para quienes fue pensada esta fiesta, volver a celebrar al peón de campo, al jornalero, al cosechador, a los que trabajan en las bodegas, que la elección de la reina no sea meramente un concurso de belleza, que la Reina Nacional de la Vendimia salga de las mujeres que trabajan en el mundo del vino, que estén capacitadas técnicamente para salir a defender y representar en el mundo a nuestra bebida nacional, que los municipios vuelvan a armar carros que sorprendan y enamoren a los niños de lo nuestro, que los políticos queden de lado y entiendan que esta fiesta es por y para los mendocinos y no para hacer lobby.

Que los periodistas pierdan el falso protagonismo que creen merecer, que las entradas vuelvan a tener valores accesibles y se priorice al mendocino de una vez por todas, que las bodegas y comercios busquen la forma de armar "pequeños eventos" para volver a acercar al consumidor que la misma industria erróneamente alejo, que vuelvan celebraciones como el Festival de la Tonada, Rivadavia le Canta al País y todas esas celebraciones satélites, por nombrar algunas, que se disfrutaban en época de Vendimia.

Es momento de volver a las raíces de lo que significa la Vendimia. Tal vez debemos mirar a celebraciones de otras provincias, como es La Doma de Jesús María, que sigue manteniendo su tradición y su esencia a pesar de todo y aprender de esas cosas, de que ciertas cuestiones no se cambian o negocian por la conveniencia de algunos. Estoy convencido que todavía estamos a tiempo de recuperar nuestra fiesta, de que vuelva a ser disfrutada por nosotros y admirada por el mundo como lo supo ser hace unos años atrás y verdaderamente me da terror pensar que si no cambiamos y aprendemos de nuestros errores con el pasar de los años cada vez más se vuelva una fiesta desdibujada hasta convertirse en el simple recuerdo de "aquellas increíbles vendimias"

Gracias a todos los que se tomaron el tiempo de leer esta pequeña y humilde reflexión de un enamorado de nuestra fiesta. ¡Y para todos los trabajadores del mundo del vino desearles una feliz Vendimia!

¡Salud!


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