Bergoglio también realizó una purga en el Vaticano

El Papa se sacó de encima a un papable que podría poner reversas en su actualización de la Iglesia.

Uno de los principales escollos en las reformas que Jorge Bergoglio, el papa Francisco, quiere introducir en la Iglesia y la administración del Vaticano, el del cardenal Robert Sarah, fue neutralizado este sábado, cuando el 'Bolletino' de la Santa Sede anunció que Francisco aceptó la renuncia del purpurado como prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. También cesa a Comastri como vicario general del Papa para la Ciudad del Vaticano.

El Papa se sacó de encima a un papable que podría poner reversas en su actualización de la Iglesia.

La purga de la Santa Sede -una más entre tantas- se daba al mismo tiempo en que en Argentina su amigo Eduardo Valdés empezaba a rodar por la prensa como un vacunado de privilegio en el armado paralelo que hizo el purgado Ginés González García.

Un cardenal pone en la picota al entorno de Benedicto XVI

Medios especializados como Religión Digital, con la pluma de Jesús Bastante, dieron cuenta que Sarah era "su pieza más complicada, la del purpurado guineano, que al año pasado había cumplido los 75 años, y también finalizado un nuevo quinquenio al frente del aparato del culto y la liturgia, uno de los más obsoletos y decididamente opuestos a las reformas que desea implementar el santo pueblo de Dios".

Nacido en 1945 en Guinea, Robert Sarah no es un desconocido en la Santa Sede. A sus 74 años es todavía considerado un cardenal joven y en el cónclave del 2013 estaba en la lista de papables. En 1979 Juan Pablo II lo nombró arzobispo metropolitano de Conakry, pero no fue hasta el 2001 que se trasladó a Roma.

Benedicto XVI lo hizo cardenal en el 2010, convirtiéndolo en el primer purpurado de Guinea. Y, en un intento de apaciguar la ira de sus contrarios, Francisco lo nombró prefecto de la congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el departamento del Vaticano que supervisa la liturgia.

Ha llegado a comparar la ideología de género con el ISIS -dijo que tienen "la misma raíz endemoniada"- e incluso piensa que las ideas occidentales sobre la homosexualidad y el aborto son "lo que fueron el nazismo, el fascismo y el comunismo durante el siglo XX".

Y sufrió otros encontronazos sonados con Francisco, como cuando tardó un año en aceptar que se ampliara el lavatorio de pies del Jueves Santo a las mujeres. Está en contra de que la Iglesia hable tanto de inmigración.

Querer a Francisco por odio a Benedicto: el planteo de un cura argentino

"Sarah, además de mantener un estrecho contacto con el exnuncio Viganò y el resto de purpurados de los Dubia (junto al exprefecto Müller), dio la campanada el pasado año, cuando inventó un libro escrito 'a cuatro manos' con Ratzinger, que suponía una enmienda a la totalidad del pontificado de Bergoglio, utilizando además el nombre del Papa emérito. Una polémica que acabó costándole el puesto al secretario del alemán, George Gänswein", escribió Bastante.

En Roma, se dice que el nombramiento de Sarah había el resultado de un deseo de Benedicto XVI, que Francisco cumplió por sentido del deber. En todo caso, incluso en edad de jubilación, Sarah representará a los tradicionalistas y conservadores de la Iglesia. Según Religión Digital, un medio afín a la actual gestión del pontífice argentino, "tiene una extensa red, especialmente en el mundo de habla francesa e inglesa. Allí, bastantes lo ven como el próximo Papa. El cardenal es impresionante por su estatura ascética y su espiritualidad, que combina el misticismo con la defensa inflexible de la doctrina tradicional de la iglesia".

Al sacarlo del ruedo, eso queda imposibilitado. "Si fuera elegido en el próximo cónclave, difícilmente tomaría el estilo de su predecesor latinoamericano, pero probablemente 'gobernaría' virtualmente como pontífice neo-tradicionalista. En las firmas de libros, los seguidores ya lo saludan de rodillas besando el anillo", escribió Bastante.

En el mismo plumazo, además, Bergoglio aceptó la dimisión de los cargos de Vicario General de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano, de Arcipreste de la Basílica Papal de San Pedro en el Vaticano y de Presidente de la Fabbrica di San Pietro presentado por "Su Eminencia Reverendísimo Sr. Cardenal Angelo Comastri"; y nombró a "Su Reverendísima Eminencia el Cardenal Mauro Gambett, OFM Conv., ex Custodio General del Sagrado Convento de San Francisco de Asís, en las mismas oficinas", según el Boletín Oficial del Vaticano..

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