El G20 cerró con una condena a la guerra, pero con cautela respecto al misil caído en Polonia
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó que la información preliminar indica que es "improbable" que el misil fuera disparado desde Rusia.
La cumbre del G20 concluyó hoy en Indonesia con un comunicado que "condena firmemente" la guerra en Ucrania, en medio de nuevas tensiones por la caída de un misil en Polonia, tema que se coló en la agenda durante el segundo y último día de debate.
En la declaración final del foro aprobada por todos los países, entre ellos Rusia, se expresa que "la mayoría de los miembros condenan con firmeza la guerra en Ucrania".
La declaración, de 55 páginas y con varios anexos, admite que "hubo otros puntos de vista y diferentes evaluaciones de la situación y las sanciones" contra Moscú.
El texto reconoce que el G20 "no es el foro para resolver las cuestiones de seguridad" y afirma que esas "cuestiones de seguridad pueden tener consecuencias significativas para la economía mundial".
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"Es la primera declaración conjunta que se realiza desde febrero de 2022", celebró el presidente indonesio y anfitrión del encuentro, Joko Widodo.
"Paren la guerra. Repito: paren la guerra. Hay mucho en juego. La guerra traerá solo miseria a la gente", dijo en un mensaje durante la última sesión de debates dedicada a transformaciones digitales y repitió luego en una conferencia de prensa.
El comunicado final, revisado por los jefes de las delegaciones, reconoce además que el conflicto "está causando un inmenso sufrimiento humano y exacerbando las fragilidades existentes en la economía mundial".
Además, considera "inadmisible" el uso de armas nucleares o las amenazas de recurrir a ellas y pide la "continuidad" de los acuerdos firmados en julio para exportar los cereales ucranianos bloqueados por la guerra y los fertilizantes rusos afectados por las sanciones.
Esos pactos, claves para la seguridad alimentaria del mundo, vencen el próximo sábado y todavía no hay certezas de que sean extendidos.
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Sin embargo, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó hoy que su par ruso, Vladimir Putin, le "dio luz verde para renovar el acuerdo".
"Hay discusiones en curso y por ahora mi opinión es que continuará sin ningún problema", declaró el mandatario en una conferencia de prensa realizada durante la cumbre del G20 en la isla de Bali.
"Durante las conversaciones previas con Putin me dio luz verde a la renovación de estos acuerdos", añadió y anticipó que al regresar de Indonesia volverá a dialogar con el líder del Kremlin.
Ucrania es uno de los principales productores de cereales del mundo, pero tuvo hasta 20 millones de toneladas de granos bloqueados en sus puertos a raíz de la invasión de Rusia.
Esto se revirtió con el acuerdo firmado en julio, con la mediación de Turquía y la ONU, pero el Kremlin pone en duda su continuidad al argumentar que no se cumplió la parte que facilitaba la venta de sus fertilizantes y que los alimentos que salen de Ucrania no están yendo a los países que más lo necesitan.
La última sesión plenaria en el G20 fue sobre transformaciones digitales, pero la agenda y las reuniones bilaterales se vieron afectadas por la caída de un misil en Polonia, cerca de la frontera con Ucrania, que mayó a dos personas.
Los líderes de países del G7 y la OTAN que estaban en Bali organizaron una reunión de emergencia, y en una declaración posterior, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó que la información preliminar indica que es "improbable" que el misil fuera disparado desde Rusia.
También habló del tema el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, que le dijo hay los líderes del G20 que "hay un Estado terrorista" entre ellos, y acusó al Kremlin de haber lanzado el misil que cayó en Polonia y mató a dos personas.
La caída del proyectil es "un verdadero mensaje traído por Rusia a la cumbre del G20", manifestó Zelenski en el segundo mensaje por videoconferencia que dio en el marco de la cumbre.
Más allá de la tensión que generó el episodio y las reuniones de emergencia, los líderes decidieron continuar normalmente su agenda en el G20.
En ese sentido, en el inicio de la jornada, los jefes de Estado y de Gobierno y los cancilleres plantaron manglares, un árbol de la zona que cumple un rol clave en la mitigación del cambio climático global y que en muchas zonas fue deforestado para construir granjas para la cría de camarones.
Luego se trasladaron al hotel The Apurva Kempinski para debatir sobre transformaciones digitales, uno de los ejes de la cumbre junto a seguridad alimentaria y energética y la salud.
Posteriormente, Widodo le entregó la presidencia del G20 a India, que será el país encargado de organizar los encuentros ministeriales y de jefes de Estado en 2023.
El anfitrión del foro golpeó en reiteradas oportunidades un mazo para marcar simbólicamente el final de la cumbre organizada por su país y luego se lo entregó al primer ministro indio, Narendra Modi.
A lo largo de la jornada, los líderes que participaron de foro emprendieron el regreso a sus respectivos países, algo que hizo de forma prematura ayer a la noche el jefe de la delegación rusa, el ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov.