Roberto Stahringer, de consultora Sociolítica: "La opinión pública va en un sentido más mileísta que cornejista"
El sociólogo y director de la consultora Sociolítica habló sobre la posibilidad de una alianza entre La Libertad Avanza y Cambia Mendoza y cómo podría afectar esto. Además, se refirió al fenómeno del desencanto de la gente con la política en general.
En las últimas semanas ha ganado fuerza la posibilidad de que el oficialismo provincial de Cambia Mendoza concrete una alianza con La Libertad Avanza en las próximas elecciones legislativas. La noticia ha tenido repercusiones heterogéneas y el sociólogo y analista político Roberto Stahringer, director de la consultora Sociolítica, habló en el programa "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, y se refirió a esta posibilidad y al desencanto de las personas con la política en general.
"Estamos trabajándolo en todo tipo de instancias, tanto cuanti como cuali, las más ricas en esto son las cualitativas, las dinámicas de Focus, de hecho esta semana volvemos a tener algunas. La síntesis que puedo compartirles es que hay un clima de época bastante reacio, primero que nada, a todo tipo de conversación al respecto. No hay mucho interés en saber si sí, si no, hay un enojo importante con la clase política en general y sigue operando", explicó Stahringer.
El sociólogo señaló que este clima se ve reflejado en los altos niveles de ausentismo pero que, dentro de las respuestas positivas, las mismas son muy heterogéneas sobre un potencial acuerdo: "Invitaría a que tratemos de separar el fenómeno como en dos campos distintos: el campo más del plano de lo urbano; y el plano no sé si decir rural, pero al menos periurbano, más alejado. Un ejemplo podría ser el área metropolitana de Gran Mendoza versus las afueras de Gran Mendoza o zonas como el Valle de Uco, zonas como el Sur, donde todavía hay una mirada un poco más romántica y clásica de la política. El foco de nuestro estudio es tratar de entender cuál es la relación de la opinión pública desde el punto de vista de sus pretensiones y sus enojos respecto del gobierno provincial y compararlo con el gobierno nacional. Es decir: qué les mueve, cómo se construye internamente esta posición de adhesión, de decir sí quiero o no quiero, los odio, no los quiero, y tiene que ver con una mirada muy particular que hace un par de años, y es la que supo encarnar Milei, tiene que ver con tanto de esto que se ha hablado del enojo, de la ira, del odio, de los discursos de odio, pero dónde se está configurando", señaló.
Cómo tomarían los mendocinos una alianza entre Cambia Mendoza y LLA
A su vez, Stahringer señaló que los grupos sociales están atomizados y que ya no hay grandes grupos sociales que representar: "La tensión que hay, el enojo, la calentura, es de gente de muy similares trayectorias de vida. Vamos a ejemplos concretos: aquella persona que le enoja que el vecino tenga lo que uno no tiene, y considera que uno trabaja y se parte el lomo y el de al lado sin hacer el mismo esfuerzo, gana más o tiene mejor reconocimiento, puede cambiar el auto, puede hacer un viaje, puede arreglar la casa; pasa hacia adentro de las familias, estos fenómenos de tensión son súper interesantes, como el tío que se fue de vacaciones, el hermano que consiguió un mejor salario, la hermana, el esposo; en las relaciones laborales ni hablar, esas personas en la misma empresa que hacen trabajos muy similares y se miden todo el tiempo. Eso genera un clima de época muy tenso para estos discursos de odio de alguna manera, anticasta, antidesigualdades que están totalmente apoyadas en reproducir esta meritocracia. Es muy dañino esto decir ‘yo mañana salgo a laburar y no me importa quien gobierne, yo dependo de mí'. Los efectos de eso los estamos padeciendo en este momento: no hay casi posibilidades, o escasas posibilidades de movimiento significativo en términos colectivos, en términos de grupos, en términos de reconocimiento del otro, el otro termina siendo una competencia".
Frente a la posibilidad de un acuerdo, el sociólogo planteó un interrogante: "Cambia Mendoza ¿está logrando encarnar a este desencanto que habita muchísimo en la trama urbana, que tiene que subirse al auto y ver que las rutas están atestadas, que hay embotellamientos, que en las puertas de las escuelas hay doble, triple fila, que el vecino cobra más, que la inseguridad? Eso es un caldo de cultivo para decir ‘yo de acá me voy, o no voto, o no me interesa otra cosa'. Asistimos a esta época donde todo el mundo dice ‘no me calienta, no me importa, son todos iguales, son todos unos ladrones', y ahí es donde entra Milei hábilmente a decir ‘yo soy el que va a acabar esto, va a doler este proceso, vamos a tener que bancárnosla, pero de ahí vamos a salir al menos habiendo erradicado a estas lacras, estos mandriles'. La opinión pública va en un sentido más mileísta que cornejista: pretende y quiere, sobre todo en términos de segmentos urbanos, y entiende que quizás Cambia Mendoza está levemente encarnando algo, pero no desde el punto de vista de ruptura".
A su vez, reflejóque lo que también juega es el hecho de perder identidad de cara al futuro: "Las consecuencias de pérdida que puede llegar a tener, en términos de identidad y también de electorado, son muy altas en caso de no arreglar. Ahora, si arregla, ¿cuánto se diluye esa esencia? Y bien sabemos que el combustible de Cambia Mendoza y de Cornejo para poder seguir adelante se llama elecciones ganadas. Entonces, si el sello no gana elecciones, o se diluye en otras fuerzas, en otro frente, posiblemente el escenario para el 2027 va a ser, cuanto menos, muy particular y muy difícil de remontar".
En términos pragmáticos, Stahringer señaló que lo que se pone en juego al momento del acuerdo no son solo dos estrategias electorales, sino también dos formas de construir la Mendoza del futuro: "En esta forma híbrida, donde el Estado uno de los conceptos centrales, para uno es algo a erradicar prácticamente y para otro es lo que le dio la base de sustentación para la construcción que hizo. Partiendo de esa base decís ‘¿y cómo vas a construir una vez que ganaste y tenés que avanzar en diseñar una Mendoza futura?' Son alianzas que después en mediano plazo son difíciles de sostener en la práctica. Muchas experiencias de esas hemos tenido tanto en la provincia como en el país que terminan no funcionando bien".
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Sin embargo, el sociólogo también advirtió que hay un microclima de personas muy interesadas que estudian y analizan el tema de la política, pero que hay otra parte de la población que no le importa: "Diría que la mitad de las personas, el 50% de las personas con las que nosotros trabajamos, no sabe ni qué se vota, ni qué hace un diputado, mucho menos un concejal, cuándo se vota, quién contra quién y termina siendo como una cuestión muy simplificadora el proceso de elección: te dicen ‘ah, estos son los de Cornejo, ah estos son los de Milei'. Entonces nos rasgamos las vestiduras y nos rompemos la cabeza pensando súper complejamente y la verdad que para el vecino de a pie, la cosa es mucho más simple y más mundana desde el punto de vista que hoy tiene que parar la olla. Eso genera todavía más rechazo: cuando se le pone frente a la cara ‘mirá lo que está pasando, que Cornejo, que Milei, que De Marchi', la verdad es que se frustran más y se enojan más".
Finalmente, y siguiendo ese razonamiento, explicó que cada vez es más difícil predecir un resultado: "Reconocer una tendencia lógica en el voto es muy difícil. Nosotros lo que venimos haciendo en las últimas encuestas, el dato casi que menos estamos usando para tratar de proyectar un resultado, es cuando te responden ‘voy a votar a tal'. Nuestros formularios son básicamente como una serie de cuestiones más psicológicas para tratar de determinar un perfil, hacer una ecuación de eso y ver qué probabilidades hay de que vote o no vote a tal o cual", concluyó.