Un llamado entre Trump y Sheinbaum puso paños fríos a una jornada complicada

Tras un llamado telefónico entre los mandatarios de ambos países, ambos gobiernos se comprometieron en diferentes puntos y la situación financiera a nivel mundial logró calmarse un poco.

Un acuerdo de último minuto entre Estados Unidos y México atenuó la fuerte caída en las acciones por las medidas proteccionistas de Donald Trump, que pretende subir los aranceles a sus principales socios comerciales: México, Canadá y China. Esto llevó a una jornada compleja en los mercados mundiales, que vieron amenazados más de treinta años de integración económica.

Una conversación telefónica entre los presidentes Donald Trump y Claudia Sheinbaum, de Estados Unidos y México respectivamente, logró cerrar un primer acuerdo ofreciendo una pausa y una dosis de alivio al conflicto. Trump aceptó suspender por un mes sus aranceles a cambio del envío de 10.000 soldados por parte del gobierno de México a la frontera sur estadounidense para frenar el tráfico de fentanilo y el cruce de migrantes sin papeles. Así lo confirmaron ambos mandatarios a través de sus redes sociales.

Un llamado entre Trump y Sheinbaum puso paños fríos a una jornada complicada

La perspectiva de una guerra comercial derrumbó el ánimo de los inversores y desató una ola de ventas que tiñó de rojo las pantallas de los mercados bursátiles desde Asia hasta Wall Street: el precio del petróleo dio un salto y el dólar se fortaleció respecto de otras monedas en medio de una estampida hacia activos seguros por la incertidumbre provocada por la decisión de Trump de imponer aranceles para obtener concesiones políticos a los principales socios comerciales de la primera potencia global.

Un llamado entre Trump y Sheinbaum puso paños fríos a una jornada complicada

Durante el fin de semana, Trump firmó una orden para imponer impuestos del 25% a las importaciones de Canadá y México, y 10% a las compras provenientes de China. En el caso de México, Trump justificó la medida en la lucha por doblegar el tráfico de fentanilo y la llegada de inmigrantes indocumentados a Estados Unidos. Tras esos anuncios, la presidenta mexicana anunció la puesta en marcha de un "plan B" para tomar represalias.

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