Chascos en el cierre de listas y una prueba de fuego para el Teorema de Baglini

Con el primer minuto de este domingo cerraron las listas de precandidatos a intendentes y concejales en siete de los 18 municipios de Mendoza. Más arrugues que sorpresas. De Marchi no presentó candidato y se sospecha que apoyará a los peronistas que ya gobiernan. San Carlos, complejo y atomizado. El caso Maipú. Y casi todos, contra Cornejo

Equipo Memo

¡Unámonos para el combate! (... pero mejor vayan ustedes)

Está resultando en cierto modo un chasco la conformación de listas en el primer laboratorio electoral de 2023 en Mendoza. Es que más allá de que en Maipú Mauricio Pinti rompió el cerco cornejista y desafiará en las Primarias (PASO) el apoyo que todo el partido le dio a Néstor Majul para disputar un territorio que la UCR nunca gobernó (y consiguió el faveo en Twitter de algunas figuras, como Jimena Latorre y Julio Cobos), muchos de los que amagaron con largarse, no lo harán.


El apoyo de Cobos al apoyo de Latorre al ahijado de casamiento de Cornejo, Pinti.

Como ya informó Memo, en esa misma comuna se bajó un ex enojadísimo peronista Duilio Pezzutti y terminó apoyando a Matías Stevanato, que controla el 100% del peronismo en su comuna.

Pero además están "los empresarios" de Activá Mendoza, dentro de Cambia Mendoza, que solo consiguieron poner candidatos en dos de los siete departamentos: van con Edgardo Abraham en San Carlos. El empresario sanrafaelino Alfredo Andión prefirió apoyarse en Alfredo Cornejo. Y en Tunuyán, en donde hervían de activismo los Stortini, los Carletti, no aceptaron sumarse a la política. En Maipú llevan a un tal Gabriel Careddu para competir con Majul y Pinti.


No hubo acuerdo en San Rafael y habrá internas en el peronismo

Quien no tuvo candidatos a intendente en ninguna de las 7 comunas es Omar De Marchi, y se repite la situación de su competencia anterior por la gobernación, que perdió contra Rodolfo Suarez. Pero por lo menos en aquella oportunidad tuvo a los radicales le tuvieron que "prestar" candidatos en varias comunas, porque no tiene gente propia. En Maipú fue el doctor Sergio Dragoni (que hoy apoya a Pinti); en Guaymallén, Fabián Manzur (que hoy trabaja con Daniel Orozco), entre otros.

Petri logró meter dos candidatos

El rebelde Luis Petri, que tratará de capitalizar por dentro de Cambia Mendoza el anticornejismo que todo el resto del arco político quiere representar en las próximas elecciones, logró colar dos precandidatos a intendente.

Se trata de Ricardo Villalba en Santa Rosa, en donde hay otros tres radicales en competencia y en donde la intendenta Flor Destéfanis se anotó para la reelección con su marido, Diego Foco, en la lista de concejales (ampliá esta info leyendo aquí). También Petri presentó un precandidato en Lavalle: Nelzon "Topa" Escudero (sí, es con z).

Preocupación por la Boleta Única

El radicalismo de Guaymallén hizo un acto multitudinario para dar instrucciones en torno al uso de la Boleta Única. Fue en El Bermejo y allí Marcelino Iglesias se exhibió poderoso, ya que consiguió unir una vez más a todo el partido. Si bien no tenía cierre de listas, porque no es una de las comunas que anticipó elecciones, el clima es efervescente, como en cualquier otra comuna, con una docena de peronistas tratando de desbancarlo, algún demarchista queriendo hacer pie como opositor y algún "lilito" queriendo volver a Cambia Mendoza tras salir sexto con Vamos Mendocinos, pero con la puerta cerrada y el picaporte cerrado, al menos en Guaymallén.

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Estuvo Cornejo, que se desdobló para estar casi a la vez en muchas partes, dio un discurso y arengó a la militancia.


Cornejo, en el camping de Luz y Fuerza, en Guaymallén.

Igual, hubo comentarios en voz baja sobre el "quilombo" de aplicar en estas Primarias (PASO) del 30 de abril por primera vez ese sistema electoral. Algunos hubieran preferido no aplicarla... pero es lo único que el gobierno logró sacar  de su paquete de reformas que duerme en la Legislatura.

También estuvieron los dos precandidatos (y si hubiera otros, también asistieron) a la intendencia: el secretario de Gobierno, Nicolás González Perejamo y el de Obras y Servicios Públicos, Marcos Calvente.


¡A exagerar, que se acaba el mundo (o se vence el cargo y hay que renovar)!

Todo indica que el Teorema de Baglini pasará su prueba más explosiva en la competencia electoral de Mendoza de este 2023. ¿Por qué? Porque en principio (y en privado) todos los sectores de la política admiten que "las cartas ya están echadas" y la única posibilidad es dar vuelta el mazo, barajar y dar de nuevo. Como no se puede reglamentariamente (o no tienen fuerza para imponer sus propios personalismos al de otros) y en uso del fair play, deberán apelar a la trampa. Y esa opción implica riesgo y posible ganancia.

Para desbancar a Alfredo Cornejo no se van a ahorrar calificativos ni denuncias. Como daño colateral, también quedará expuesto el gobernador que se va al Senado de la Nación y que está en el esquema de Cornejo, Rodolfo Suarez. Como en toda demolición, empezar por arriba no siempre es buena idea, de allí que el accionar estará dado en las bases, en los municipios, en sus intendentes que se han mostrado ganadores hasta ahora.

Flor Destéfanis se anotó para seguir y lleva a su marido como concejal

Hasta allí, el trabajo sucio que puede nutrirse (¿por qué no?) de datos reales. Pero lo otro, lo que alimenta el Teorema de Baglini, es la prepotencia de prometer cosas imposibles, mostrándolas fáciles y acusando por incompetencia a los que llevan las de ganar por no haberlo hecho.

Cabe recordar que esa tesis lanzada por el fallecido brillante legislador radical Raúl Baglini en la discusión por el pago de la deuda externa en 1986, sostiene básicamente que "el grado de responsabilidad de las propuestas de un partido o dirigente político es directamente proporcional a sus posibilidades de acceder al poder".

Grandes en las redes, chiquititos en las urnas

Lo que no ha sucedido antes en esta democracia que cumple 40 años es que haya una polarización tan fuerte y con gente (electorado, ciudadanía) que se comporta como hinchadas de uno u otro lado, sin darle espacio a la moderación. 

De allí que, por primera vez, los exagerados perdedores puedan llegar a sacar más rédito que nunca antes, justamente por decir grandilocuencias que le gusten a los votantes tribuneros.

Luis Petri: "Como gobernador haría cambios en seguridad, educación e infraestructura"

Hay un atenuante: que la sociedad tampoco se banca demasiado a los gritones y suele hacer oídos sordos a sus embestidas. Ellos optan por amplificarse por las redes, pero rara vez salen de un círculo vicioso que parece grande, pero que ante la universalidad del voto es diminuto. Esto ya se vio en las anteriores elecciones legislativas de Mendoza: los que parecían comerse el mundo salieron quintos. ¿Se animarían a acusar a los votantes por "equivocar su voto" al no elegirlos? No, acusan al ganador. Por ganarles, no más.


El peronismo silencioso

Hay discusiones y burlas en torno al peronismo en Mendoza, que no logra encontrar su eje. Una posible buena idea de Matías Stevanato fue proponerle a su partido que busque "perogansos", como lo hiciera en 1987 con "El Equipo de los Mendocinos" de José Bordón, Rolo Gabrielli y Arturo Lafalla. Y los kirchneristas encontraron a uno que parecía interesante, pero al que han dejado bastante solo: el tunuyanino Martín Hinojosa, que no siempre trabajó en el Estado, no se le han detectado posiciones extremas de kirchnrismo/antikirchnerismo dentro del Partido Justicialista, que mucha gente ni sabe que es peronista. Pero que es funcionario de un gobierno como el de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa...

Cornejo ratificó a Majul como precandidato en Maipú, pese al malestar de algunos

Adolfo Bermejo se bajó antes de que lo subieran, porque el intendente Fernando Ubieta, el paceño que por la fuerza de una picardía se quedó con la reina nacional de la Vendimia, apuró a la dirigencia del peronismo municipal a que se lance a pelear por la gobernación. Con Stevanato en stand by para el 2027, Bermejo se sintió tocado. Es "el Cobos peronista", dicen en los pasillos políticos, ya que haga lo que haga, incendio que le toque, no se quema y sigue activo. De hecho, cuando enfrentó al Cornejo ganador, le dio al peronismo un resultado muy elevado, justo después del paso por el gobierno de Paco Pérez, con todo lo que eso significó para el futuro electoral del PJ y todas sus marcas electorales.

Pero el que sí se subió es un abogado que proviene de los grupos de acción autopercibidos "de izquierda" aun dentro del peronismo, setentistas, aunque lo vivió en el exilio junto a sus padres. Es Alfredo Guevara, defensor de la Túpac Amaru en Mendoza, acusador de todo el que piense distinto a él, exconcejal de la Alianza de Fernando de la Rúa y Chacho Álvarez en Guaymallén, litigador contra el Estado y abogado de casos de derechos humanos. En su carta de lanzamiento desde una agrupación que se llama "La Base", se exhibió como defensor de que la etnia mapuche es originaria de Mendoza, con lo cual asume banderas que hasta ahora estaban solo en manos de la izquierda no peronista del FIT-U.

Alfredo Guevara.

La aparición de Guevara, si se sostiene y no negocia algo para bajarse, pega un volantazo para el otro lado a la teoría que impulsa a un "peroganso". Pero le serviría una vez más al PJ o Frente Elegí -tal la máscara que usarán este año- para abrazar al electorado con los dos brazos, el izquierdo y el derecho. Garantiza un peronismo vivo y activo, que todavía espera qué hará el massismo de Gabriela Lizana o el de Jorge Difonso. La pelea interna en una Primaria (PASO) podría sumar votantes o espantarlos. Aunque desde el kichnerismo oficial creen que el amague de Guevara es un plan para dividirlos a ellos.

Pero en definitiva, el peronismo tiene una gran base silenciosa, que los vota "igual", les perdona lo imperdonable y marca algo que necesita recuperar: la bipolaridad electoral de Mendoza entre radicales y peronistas.

La puja de De Marchi contra el peronismo

Mientras muchos se comieron el ademán del diputado lujanino Omar De Marchi de querer transar con el peronismo, convencido de que todos lo quieren y, por lo tanto, todos podrían votarlo repentinamente, lo que está peleando en el fondo es el lugar del PJ como contrapunto central de la UCR.

Después de mucho amagar el peronismo disciplinó a Pezzutti en Maipú

Con Cambia Mendoza en modo residual, casi como una "UCR y sus amigos", el peronismo tiene la oportunidad de disputar en terreno bipartidista, ya que el Partido Demócrata no pudo despegar con el frente Vamos Mendocinos, en una amplia alianza con sectores muy activos en Twitter, aunque con poca calle y reconocimiento. Aun apadrinados externamente por De Marchi, su experiencia fue frustrante para muchos de sus integrantes. Algunos llegaron a pedirle turno a Ricardo López Murphy para sumársele, pero pronto volvieron a encantarse con las encuestas que solo consigue De Marchi y que le dicen que "Mendoza quiere sí o sí una tercera fuerza", aunque después no pasa. (Y así, cada cuatro años).

Igual, hay un gran esfuerzo movido por un grupo de experonistas motorizados por Carlos Iannizzotto (¿los hay en todos los partidos!) desde un espacio que representa a la "nueva derecha" y que se llama Encuentro por Mendoza. Con modales diferentes a los de la rosca demarchista, está consiguiendo coincidencias ideológicas y programáticas con el PD. El único gran escollo son "las efectividades conducentes": los que se quedan sin banca en la Legislatura y quieren renovarla. No hay sitio para todos y tampoco son necios: necesitarían una avalancha de votos para que sus dichos cuajen en hechos.

De tal modo que aquí está la pelea: los enojados con los radicales y con los peronistas, tratando de hacer una gran catarsis electoral con una tercera fuerza, una vez más. Si logran salir del "modo rosca" y no caen en el Teorema de Baglini, probablemente puedan sintonizar con una sociedad que está enojada con la política, pero que no come vidrio, como para votar solo gritos y dedos pontificadores.

Un llamado a ser razonables y a dejar de cacarear

El senador del PRO que responde a De Marchi, Germán Vicchi, presentó en la Legislatura un proyecto de ley para "evitar la utilización política partidaria de distintas celebraciones populares tanto de carácter provincial como nacional". Una intentona de "despolitización" de la Vendimia, básicamente. Al golpeado (por la realidad) Ministerio de Cultura y Turismo no le alcanzaron las fuerzas para responderle y el resto de los legisladores estaban jugando al Antón Pirulero (cada cual, atendido a su juego), por lo que la respuesta le llegó desde el mundo "emprelítico", el de Activá Mendoza de los empresarios que van a las Primarias (PASO) dentro de Cambia Mendoza.

  "Nos preguntamos si los ciudadanos mendocinos que pagamos impuestos necesitamos que la misma política que hace uso y abuso de los espacios públicos en las fiestas populares necesitamos que sancionen una ley para controlarse ellos mismos. Es fundamental que se llamen al decoro y a la ética", lanzaron los "activistas", que subrayaron en un comunicado que "no es necesario llevar a cabo una ley de estas características".

Los precandidatos de Cambia Mendoza en los 7 departamentos que desdoblan

"¿Cómo van a controlar el cumplimiento de este proyecto?", se preguntaron. E ironizaron sobre la ocurrencia de Vicchi: "Tendríamos policías que controlen la Fiesta Nacional de la Vendimia para poder sancionar a aquellos que no cumplen con la norma". No se anduvieron con vueltas y dijeron que "es un total absurdo un proyecto de este tenor. Pagamos sueldos de asesores muy caros para que hagan iniciativas que son ilógicas".


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