Eduardo Da Viá escribe sobre la vejez y cómo llevarla hacia adelanrte, a pesar de las adversidades y de la gerontofobia. Un buen mensaje, que deberían leer los jóvenes.
Sara O'Connor escribió un provocador artículo en Financial Times en el que señala el potencial caso de que la edad no fuera la unidad de medida del envejecimiento (leer con clic aquí). Se basó en estudios y propuestas de Kotschy, Bloom y Scott.
Los que estamos inaugurando este paradigma de nueva longevidad fuimos criados con otros métodos, otros mensajes y ejemplos. No venimos de padres que nos enseñaran a llegar mejor sino de adultos mayores que, por el contrario, nos enseñaron a no mirarnos demasiado
La elección de Alejandra Rodríguez como representante porteña en el famoso certamen despertó una polémica sobre si realmente su participación reivindica a las personas mayores frente a las miradas negativas sobre la vejez
La idea de que los mayores no son cool y que es mejor usar imágenes de millenials en las publicidades, porque de todas formas los mayores se sentirán identificados -ya que "todos queremos sentirnos jóvenes"-, son dos prejuicios todavía instalados en muchas empresas
La política comunicacional de La Libertad Avanza tiene detrás una fuerte planificación, por lo cual sería inocente suponer que las frases con tono viejistas de sus referentes son simples exabruptos. Deslegitimar a los adultos mayores busca justificar el ajuste
El doctor Eduardo Da Viá denuncia en su columna de opinión situaciones incómodas, ataduras de las cuáles es central desatarse. Y se adentra en una fuerte reflexión sobre la vejez. Hay que leerlo.
Isaac Katz dice que es imperativo eliminar todas las barreras al crecimiento económico porque sino las tendencias demográficas indican que México se podría convertir en un país de viejos pobres.
En la Grecia Clásica los ancianos integraban la llamada gerusía o Consejo de Ancianos, que era una agrupación de personas mayores, cuya sabiduría y experiencia era requerida cada vez que el estado debía enfrentar situaciones complejas, tanto domésticas como internacionales. La consulta era vinculante y no un mera demostración social de respeto por los que "van adelante".