¿Cómo financiar un atraso cambiario temporal?

Ya sean "precios adelantados" o "dólar atrasado", el gobierno apunta a que el problema competitivo se vaya eliminando sin necesidad de devaluar. ¿Cómo hacemos en el "mientras tanto"?

Sebastián Laza

Desde la asunción de Javier Milei como presidente de Argentina, la política económica ha estado marcada por un fuerte ajuste fiscal con el objetivo de estabilizar la economía. Lo fiscal se logró con creces, y en poco tiempo, lo que es digno de destacar, ya que pocos lo veían posible, al menos en esa magnitud. Sin embargo, lo fiscal necesitó de una fuerte estampida inflacionaria en sus primeros meses (para licuar gasto público -también pasivos monetarios-), lo que trajo como efecto colateral un atraso cambiario temporal (el ministro Caputo prefiere hablar de "precios adelantados").

Si bien hay cierto consenso en que el camino no es devaluar de la forma tradicional, sino "devaluar sin devaluar", es decir bajando impuestos y aumentando la productividad de las empresas (bajar costos de producción), en el "mientras tanto" emerge una pregunta difícil de responder: ¿cómo financiamos el proceso, hasta que se elimine el problema?

A continuación, se presentan las alternativas tradicionales:

  1. Reservas Internacionales: Una opción es la venta de reservas internacionales por parte del BCRA para sostener el tipo de cambio. Sin embargo, esta estrategia solo es viable en el corto plazo, ya que una caída pronunciada de reservas genera incertidumbre y puede desencadenar expectativas de devaluación. Para esto, desde el gobierno, se está intentando recurrir a nuevo financiamiento del FMI
  2. Endeudamiento Externo: La toma de deuda en el exterior permite cubrir los desequilibrios en la balanza de pagos y sostener el atraso cambiario, como se hizo durante la Convertibilidad. No obstante, esta estrategia depende del acceso al crédito internacional y puede incrementar la vulnerabilidad del país frente a cambios en las condiciones financieras globales. Si bien el país ha logrado una baja sensible de su riesgo país, todavía nos falta para una plena inserción en el mercado voluntario de deuda.
  3. Exportaciones No Tradicionales: Un superávit en la balanza comercial, impulsado por mayores exportaciones o por una restricción de importaciones, puede contribuir a sostener temporalmente un tipo de cambio atrasado. Si bien lo primero es difícil por la pérdida de competitividad de los sectores exportadores tradicionales, las exportaciones de energía y minería (no tradicionales) van a sumar favorablemente para nuestro país en los próximos años.
  4. Controles Cambiarios: La implementación de restricciones a la compra de divisas (cepos cambiarios) y otras medidas de administración de la demanda de dólares puede permitir sostener artificialmente un tipo de cambio atrasado. No obstante, estas medidas suelen generar distorsiones y mercados paralelos, además de afectar las decisiones de inversión. El gobierno dice estar en vía de desarmar el cepo cambiario, aunque muchos lo dudan a corto plazo.
  5. Crecimiento de la productividad: Si el crecimiento económico es lo suficientemente robusto, lo que lleva a aumentos de productividad en sectores clave, la inflación se mantendrá contenida, y así el atraso cambiario se corregirá gradualmente sin necesidad de devaluaciones bruscas. El gobierno pretende ir por este lado, abaratando importaciones para que las empresas se modernicen bajando costos.
  6. Subsidios y Transferencias: Los gobiernos pueden optar por otorgar subsidios a sectores afectados por el atraso cambiario, como los exportadores o la industria nacional, para compensar la pérdida de competitividad. Esta estrategia, sin embargo, requiere financiamiento adicional y puede complicar el equilibrio fiscal. No parece ser una vía buscada por este gobierno, siendo más el estilo del anterior.

Para finalizar

Cada una de estas estrategias tiene ventajas y desventajas, y su implementación depende del contexto macroeconómico y político de cada país, que en el caso argentino siempre es complejo. 

Un nuevo eufemismo: "No hay atraso cambiario, los precios están adelantados"

En general, financiar un atraso cambiario temporal implica riesgos, y su sostenibilidad a largo plazo depende de correcciones estructurales, como lo fiscal, que el presidente ha encarado con acierto. 

Sin embargo, aún falta recorrer bastante camino, se necesita una baja sostenida de costos de producción de las empresas (en dólares), para que puedan competir sin devaluar. 

Esta última es la idea del gobierno del presidente Milei: mientras recurre a parches de corto plazo (cepo, préstamos FMI, dólar blend, etc.), a largo plazo promueve un escenario de baja de impuestos y aumento de productividad, para evitar recurrir a las devaluaciones tradicionales, que en Argentina casi nunca han tenido efectos positivos. Veremos si lo logra, por ahora el apoyo ciudadano para sus reformas lo sigue manteniendo.

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