Covid-19 y mipymes: tres formas para superar la situación

Paula Peláez es jefa de PyME (pequeñas y medianas empresas) y negocios sostenibles de BID Invest.

Paula Peláez

La respuesta ante la covid-19 para las mipyme requiere no solo garantizar la supervivencia de estas a corto plazo, también exige evaluar los escenarios posibles para alinear los esfuerzos de recuperación. En esto último, resulta indispensable reforzar su resiliencia.

Todos los días se sienten como 27 de junio. Al mismo tiempo vemos el impacto desproporcionado de la pandemia de salud de la covid-19 en las Microempresas y de las Pequeñas y Medianas Empresas, y un incremento en sus ya conocidos desafíos, el 27 de junio es el día en que celebramos el Día Internacional de las mipyme. Este día nos recuerda las importantes contribuciones de las mipyme al crecimiento económico y al desarrollo sostenible.

El impacto de la covid-19 implicará un alto costo social y económico en la región, considerando que casi el 99% de las empresas latinoamericanas son mipyme, las cuales representan el 67% del empleo. Las mipyme son también a menudo las únicas que alcanzan al cliente final con bienes y servicios esenciales. Debido a las medidas de distanciamiento social adoptadas por los gobiernos de toda la región, muchas mipyme que no pueden realizar la transición al teletrabajo están experimentando caídas en la demanda de bienes e incidencias en la cadena de suministro. Al mismo tiempo, mientras que las cuentas y la deuda se acumulan, el escaso capital de trabajo disminuye. La supervivencia de muchas mipyme está en riesgo, ya que se ven obligadas a reducir operaciones y despedir trabajadores.

Por si fuera poco, las mipyme que operan en la economía informal tendrán más dificultades para acceder al apoyo de emergencia de los gobiernos.

Encaminando esfuerzos en la dirección adecuada

Evitar el colapso de las mipyme atañe a todos. Los gobiernos temen una exacerbación de la ya elevada desigualdad en la región; las grandes empresas, cuyos minoristas, productores, proveedores y distribuidores son mipyme, así como las instituciones financieras que sirven al segmento mipyme, todos comparten este objetivo común y están movilizando esfuerzos para apoyar a las mipyme. El enfoque a menudo se divide entre la respuesta inmediata para garantizar la supervivencia a corto plazo, junto con la planificación de escenarios que puede ayudar a alinear los esfuerzos de recuperación. En esto último resulta indispensable reforzar su resiliencia.

Las empresas resilientes serán aquellas que con el tiempo podrán mejorar sus habilidades para anticipar, comprender y responder a los riesgos y vulnerabilidades de una disrupción (económica, física, ambiental, de gobierno o social). Dicha respuesta de las empresas no solo requeriría de ellas la capacidad de evolucionar y adaptarse a las nuevas circunstancias, sino que también les pedirá que aprovechen sus esferas de influencia para dar forma al ecosistema en el que desean operar. Aquí es donde la resiliencia y la sostenibilidad están profundamente interconectadas. La sostenibilidad, que prevé una sociedad mejor y un planeta mejor, actúa como brújula para los esfuerzos de reconstrucción y resiliencia.

Antes de la covid19, vimos un mayor compromiso de los gobiernos y las empresas de la región con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París. Cuando llegó la pandemia, nos quedamos en la incertidumbre de saber si veríamos reversiones, estancamiento o aceleración de estos compromisos. Somos de la visión optimista de que las empresas ahora más que nunca entienden la sostenibilidad como un pilar central de sus estrategias de negocio, una que les da previsión, una ventaja competitiva que garantiza la continuidad del negocio en el tiempo y una alineación con el propósito que sirven a la sociedad.

Para las grandes empresas, la capacidad de recuperación de sus propias operaciones solo será una fracción del trabajo por delante; el apoyo a las mipyme asociadas a través de cadenas de valor complejas se convertirá en una parte integral del esfuerzo. Para las instituciones financieras, la resiliencia implicará garantizar la continuidad del servicio, la seguridad de los datos y el bienestar financiero de los clientes y la organización.

    Jugando el rol esencial

    Tanto las grandes empresas como las instituciones financieras pueden desempeñar un papel vital para facilitar la resiliencia de las mipyme y su capacidad de resistir futuras disrupciones. Pero, ¿cómo?

    1. Capacidad financiera:

    Apoyar a las mipyme con una gama de instrumentos financieros que les permiten no solo sobrevivir, sino también proporcionar un empleo decente, hacer crecer su negocio, realizar inversiones a largo plazo e innovar. Aprovechar las plataformas digitales emergentes y la democratización de los datos puede ofrecer nuevas oportunidades para ofrecer soluciones de financiación digital no tradicionales, las cuales pueden proporcionar financiamiento a las mipyme más transparente, asequible y accesible. La capacidad financiera también se puede respaldar a través de herramientas y orientación financiera para las mipyme sobre cómo administrar su deuda y mantener su salud financiera a lo largo del tiempo.

    2. Capacidad de adaptarse a las nuevas condiciones del mercado:

    La crisis de covid-19 ha evidenciado la necesidad de que las empresas aceleren sus esfuerzos de digitalización, lo que crea una oportunidad sin precedentes para el desarrollo y la innovación. A medida que las empresas y las instituciones financieras aceleran estos esfuerzos, es importante que lo hagan teniendo en mente impulsar la inclusión de las mipyme, facilitando su acceso y asequibilidad de productos y servicios, y superando los desafíos de infraestructura. Además, las mipymes mismas deberán adaptarse y participar digitalmente para responder a las nuevas necesidades del mercado. En este sentido, necesitarán apoyo a través del acceso a soluciones digitales que pueden implementarse con facilidad en sus negocios (como plataformas de comercio electrónico, pagos digitales, minería de datos, trazabilidad, etc.); desarrollar habilidades digitales y garantizar la ciberseguridad y la gestión adecuada de datos, entre otros.

    3. Adoptar prácticas sostenibles:

    Defender políticas y planes ambiciosos de sostenibilidad, y apoyar a las mipymes para que se alineen con los objetivos de sostenibilidad corporativa garantizará no solo la viabilidad a largo plazo de las cadenas de valor, sino también la capacidad de las mipymes para permanecer y crecer dentro de esas cadenas de valor.

    Volverse resilientes y adoptar comportamientos sostenibles requiere un cambio de mentalidad. Si bien no podemos afirmar que la covid-19 ha cambiado nuestra mentalidad, sin duda nos ha empujado en la dirección correcta: ha mejorado nuestra conciencia, empatía, capacidad de acción colectiva y decisiva así como nuestra disposición a aceptar el cambio.

    Haciendo clic aquí, podrás contactarte con el área del BID que apoya a las mipymes.

    LA AUTORA. Paula Peláez es jefa de PyME (pequeñas y medianas empresas) y negocios sostenibles de BID Invest. Ha sido jefa en Business Call To Action (BCtA), plataforma del PNUD para incentivar modelos negocios innovadores entre empresas del sector privado que incorporen retorno en la inversión con impacto en el desarrollo. Ha sido gerente de programa en CARE Canadá y gerente de servicios de asesoría en la consultora BSR (Business for Social Responsability) de San Francisco, California. Tiene una maestría en estudios medioambientales y desarrollo sostenible por York University y grado de ingeniería industrial por la Universidad de Los Andes.

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