Cuál es el impacto de las misiones comerciales que ofrece la NASA
Una misión ha sido un éxito, dos no llegaron a lanzarse, cuatro fallaron en órbita o al alunizar
La imagen mostrada fue enviada por el módulo lunar Athena de Intuitive Machines antes de quedar sin energía. Al igual que su predecesor, terminó en posición horizontal, lo que le impidió desplegar sus cargas útiles. Además, la orientación y la orografía del lugar impidieron que recargara sus baterías.
Athena (IM-2) es una de las muchas misiones del programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS) de la NASA. Este programa, anunciado en 2018, marca el regreso de Estados Unidos a la superficie lunar tras más de 50 años de ausencia, ya que la NASA dejó de realizar misiones lunares (tripuladas o no) después del Apolo 17.
El programa CLPS permite a la NASA contratar empresas privadas para transportar experimentos científicos a la Luna. Estas compañías desarrollan sus propias naves espaciales, financiadas en parte por contratos de la NASA y otras entidades interesadas en enviar carga al satélite. Para la agencia espacial, este modelo representa un enfoque de bajo costo: cada misión cuesta alrededor de 100 millones de dólares, mientras que los alunizajes del programa Surveyor en los años 60 costaban diez veces más (ajustado a la inflación).
Sin embargo, este esquema también conlleva un alto riesgo. La NASA paga un monto fijo por misión sin cubrir sobrecostes, transfiriendo a las empresas el desafío técnico y financiero. Mientras que para la agencia un fracaso es una pérdida asumible, las compañías enfrentan una gran presión por demostrar resultados.
Un inicio complicado
Las misiones CLPS comenzaron con retrasos y dificultades. Estaban previstas para 2020, pero la empresa OrbitBeyond canceló su contrato en 2019 por problemas financieros, y Masten Space quebró en 2022 antes de poder lanzar su misión. Aun así, compañías como Astrobotic, Firefly Aerospace e Intuitive Machines lograron seguir adelante, aunque con desafíos considerables.
Hasta la fecha, cuatro misiones CLPS han intentado alunizar, con solo una logrando un éxito completo:
Peregrine (Astrobotic, IM-1): Lanzada el 8 de enero de 2024 con un cohete Vulcan Centaur, sufrió una fuga de propelentes poco después del despegue, quedando inoperativa y sin poder completar su misión.
- Odysseus (Intuitive Machines, IM-1): Lanzada el 15 de febrero de 2024 a bordo de un Falcon 9, llegó a la Luna pero aterrizó de lado, impidiendo el despliegue de varios instrumentos. A pesar de ello, operó durante siete días antes de quedarse sin energía.
- Blue Ghost (Firefly Aerospace, IM-1): Lanzada el 15 de enero de 2025, logró alunizar en posición vertical el 2 de marzo de 2025, convirtiéndose en la primera misión comercial en completar con éxito su objetivo.
- Athena (Intuitive Machines, IM-2): Lanzada el 27 de febrero de 2025, también alunizó, pero terminó de lado, sin poder recargar sus baterías, lo que limitó su tiempo operativo.
Junto con Athena, el orbitador Lunar Trailblazer, parte del programa SIMPLEx de la NASA, también fracasó al perderse la comunicación poco después de su despliegue. Su predecesor, LunaH-Map, había fallado por problemas de propulsión.
Otro revés para CLPS fue la cancelación del rover VIPER de la NASA. Aunque estaba listo para su lanzamiento con el módulo Griffin de Astrobotic, la agencia prefirió cancelarlo para evitar retrasos y sobrecostes. En lugar de desmantelarlo, lo ha puesto a disposición de empresas privadas interesadas en operarlo.
Próximos intentos
A pesar de los desafíos, varias misiones CLPS están en camino:
- Astrobotic (Griffin), programada para finales de 2025.
- Intuitive Machines (IM-4 e IM-3), en 2026, con el taladro Prospect de la Agencia Espacial Europea y una misión a la región de Reiner Gamma.
- Firefly Aerospace (Blue Ghost 2 y 3), en 2026 y 2028, explorando los domos de Gruithuisen.
- Draper, con el módulo APEX de ispace, intentará alunizar en la cara oculta de la Luna.
El balance: una apuesta arriesgada, pero prometedora
Aunque el inicio del programa CLPS ha sido difícil, cada misión ha contribuido al desarrollo de las empresas involucradas. Si bien su impacto científico es menor en comparación con programas más avanzados, como los de la agencia espacial china, CLPS permite a la NASA explorar la Luna de manera más económica y flexible, impulsando la industria espacial privada.
Si las próximas misiones logran mejorar la tasa de éxito, CLPS podría consolidarse como un pilar clave en la exploración lunar y en el apoyo científico al programa Artemis.
xataxa