En 15 claves: por qué a Uruguay le queda solamente un 1% de reservas de agua

El vecino país vive la peor crisis en 74 años. El agua que beben tiene un sabor salado y con índice de sodio por encima de lo que establece la normativa.

Uruguay enfrenta una crisis hídrica sin precedentes por ausencia de lluvias y la falta de planificación, y se arriesga a quedarse sin agua potable, la cual directamente ya tiene un sabor salado.

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Las reservas están en el 1% y las obras provisorias que costarán US$40 millones demorarán dos meses y una vez que los embalses vuelvan a llenarse tendrán que ser destruidas.

Las claves de la emergencia son las siguientes:

1.- Uruguay experimenta una fuerte sequía y escasez de agua, la peor en 74 años.

2.- El 20 de junio, luego de más de siete meses de sequía, el gobierno decretó emergencia hídrica en el área metropolitana de Montevideo. Incluye la eliminación de impuestos a la importación de agua embotellada.

3.- El embalse Paso Severino suministra agua dulce a más de la mitad de los 3,4 millones de habitantes del país (Montevideo y área metropolitana), ya llegó a su mínimo histórico de una capacidad total de 63.000.000 de metros cúbicos.

4.- A la reserva de Paso Severino le queda apenas un 1,87% de su capacidad y Montevideo se encuentra a 1.255.226 metros cúbicos de quedarse sin agua disponible para consumo.

5.- El área metropolitana consume de forma diaria 506.775 metros cúbicos de agua, incluso en este contexto a pesar de estar más salada de lo habitual.

6.- Desde finales del pasado abril, Obras Sanitarias del Estado (OSE) ha estado mezclando el agua dulce de Paso Severino con la que proviene de fuentes cercanas al Río de la Plata, más salobre por provenir del estuario. Sin embargo, el cambio en el sabor del líquido es evidente.

7.- OSE ha elevado temporalmente el tope de sodio permitido por litro de agua, de 200 a 440 miligramos, duplicando lo establecido en las normas locales.

8.- El gobierno se comprometió a realizar un embalse en el río San José, más una serie de cañerías de 13 kilómetros y medio que llevará agua hasta Belastiquí para luego abastecer a la planta de Aguas Corrientes, con el objetivo de lograr mantener a flote las reservas agonizantes de Paso Severino.

9.- Según el presidente Luis Lacalle Pou, las obras estarán listas en 30 días; sin embargo, y según la resolución del directorio de OSE, las empresas constructoras a cargo de los trabajos acordaron un plazo de dos meses. El costo total será de unos 40 millones de dólares, pero la crítica es que son obras provisorias que luego serán destruidas porque no se pueden sostener en el tiempo.

10.- Con la obra podrían sacar del río San José unos 200.000 metros cúbicos de agua dulce por día. Es decir, un poco menos de la mitad del consumo total diario de Montevideo y el área metropolitana. De esta forma OSE sólo podría asegurar el suministro de agua en las condiciones en las que la está entregando ahora, con niveles de sodio y cloruro por encima de la normativa, pero apta para consumo.

11.- La solución más rápida sería que se registren lluvias, lo que podría ocurrir esta semana y se calcula que llegarían a los 20mm, ayudando en la emergencia, pero no con la capacidad para volver a la normalidad.

12.- A este paso, si no cambian de forma radical los pronósticos, en poco tiempo el agua que saldrá por las canillas de los hogares del área metropolitana no será bebible.

13- Desde la oposición, el Frente Amplio (FA-centroizquierda) recordaron que el expresidente Tabaré Vázquez (2015-2020) entregó a su sucesor, Luis Lacalle Pou, el Proyecto Casupá, para construir una represa que podría haber aumentado la reserva de agua dulce. Ese proyecto, asegura el FA, fue desestimado por el Gobierno actual.

14- El total de los gastos de las obras provisorias se acerca a la mitad de lo que habría costado la represa de Casupá (80 millones de dólares), obra que muchos señalan como la que hubiera sido la respuesta necesaria para enfrentar el escenario crítico a nivel hídrico y que el gobierno desestimó en función de priorizar el Proyecto Arazatí.

15- El proyecto Arazatí prevé la construcción de infraestructura para potabilizar agua, a partir de una inversión de 200 millones de dólares, que podría alcanzar los 500 millones.

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