Alfredo Cornejo: "Abran cancha", de "carasucia" a Gobernador

El Club Cultural y Deportivo Eugenio Bustos le abrió la puerta para jugar en Primera. Goles y campeonatos cimentaron un espíritu ganador.

Paradojas del destino. Ya de chiquitito era rápido. Hábil y punzante. Sus primeras gambetas tuvieron como testigo las callecitas y potreros del emblemático Barrio Ceferino Namuncurá de su pueblo natal. Pelota de goma en las veredas, "cabecitas con dos toques" y picados interminables pulieron futboleramente su técnica y astucia. Sus condiciones y pasión hicieron que pronto fuera un jugador federado. Ya pintaba bien. El Club Cultural y Deportivo Eugenio Bustos le abrió la puerta para jugar en Primera. Goles y campeonatos cimentaron un espíritu ganador. Y así el equipo "funebrero", y algunos de sus jugadores, pudieron proyectarse hasta lograr el reconocimiento provincial.

Pero otra veta se empezaba a manifestar en Cornejo. Empujado tal vez, por esa sangre "caliente" del radicalismo cordobés emanada de su padre.

Al calor de las siestas sancarlinas, tierra del Gobernador "Gaucho" Lencinas, y del reciente electo Rodolfo Suarez, aparecieron los primeros esbozos de su incipiente condición liderante. Era un "purete" todavía cuando sobre un improvisado cajón brindaba sus primeras indicaciones antes sus camaradas. La panadería de los Sorroche se convertía mágicamente en el lugar del "miting" circunstancial. Objetivos claros. Sin "biri -biri", como gusta manifestar asiduamente.

Y así como ayer, ante la muchachada del pueblo, establecía las pautas para el inminente baile juvenil, el campamento escolar del Don Bosco o la gira deportiva a las archiadversarios deportivos: La Celia o el Sportivo La Consulta; pero también el advenimiento democrático empezaba a perfilar al "político de raza" en que pronto se convertiría.

Con la misma garra que los sancarlinos defienden el agua y la tradición, iba aflorando el referente que establecía las pautas para el desenvolvimiento colectivo. De aquel secundario a "la colimba" en Uspallata; la guerra de Malvinas y el resurgir de las instituciones republicanas. Pasó rápido el tiempo. Parece ayer cuando danzaba en los familiares bailes sociales organizados por el club La Consulta o los tiempos adolescentes de Malake y Tijuana.

Alfonsin, "la Franja", Lucia. Y "la ciudad" que lo recibe para estudiar en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNC. El famoso "sexto - doce" de las torres de Mitre y Pellegrini se convertiría rápidamente en el activo comité de cuanto debate político andana dando vuelta por ahí.

Su tiempo universitario marcó a fuego al hombre que la ciudadanía conocería décadas después. Las pujas universitarias, tan constantes y virulentas como crueles, suelen mostrar "entre pares" y compañeros las más variadas y contradictorias facetas del devenir humano: los grandes afectos y las más ofensivas subestimaciones. Los férreos ideales y las más sangrientas de las traiciones. Todo junto. Todo enseña. Desde aquel primer triunfo por un voto como Delegado de Curso en Primer Año de su carrera universitaria hasta el dirigente estudiantil que ocupó los más altos espacios en la Franja, FUA y la Juventud Radical. No hay milagro. Estudio y convicción. Lo otro esta en los diarios: Ministro, Diputado Nacional, Intendente, Gobernador. Sencillo. Como la revolución que pregona.

"Me conformo con entregar al próximo gobernador una Mendoza ordenada, sustentable y gestionada a largo plazo en materia de infraestructura y servicios" (10 de diciembre de 2015 - Cornejo en la explanada de Casa de Gobierno). No solo se es lo que se dice, por sobre todo somos lo que hacemos.

De Alem a Cornejo

Quienes defendemos a la política, ejecutada por dirigentes honestos y preparados, vemos en esta ciencia, la alternativa que debe brindar posibilidades a nuestros ciudadanos de dar un paso ascendente en pos de una mejora en su calidad de vida. La vida institucional de los partidos políticos es fundamental para la confección de cuadros dirigenciales que luego ocuparan espacio de definición en los poderes del Estado.

La Unión Cívica Radical, como expresión centenaria del pensamiento argentino, ha brindado a la República innumerable cantidad de calificados cuadros políticos. Si tomamos como referencia solamente a los presidentes del histórico partido veremos claramente la importancia de la UCR en el devenir los tiempos. Y ahí nuevamente la relevancia del radicalismo mendocino y de Cornejo en la actualidad.

Partamos de la base que el primer presidente de la UCR fue, nada más y nada menos que Leandro Alem. Tiempos duros en aquellos albores de la lucha contra "el régimen" en 1891. Pero la lista continúa y observen que nombres entre los 22 presidentes partidarios en los 128 años de vida radical: Bernardo de Irigoyen, Hipólito Yrigoyen, Marcelo T. de Alvear, Laurencena, Arturo Frondizi, Ricardo Balbín, Carlos Contin, Raúl Alfonsin, Rodolfo Terragno, Losada, Rozas, los mendocinos Iglesias y Sanz, Barletta, Morales, Corral y otra vez aparece Cornejo.

De Alem a Cornejo; 128 años de historia nacional. "Cornejito", le decían peyorativamente algunos adversarios en los pasillos de su facultad. ¡Miralo vos a "Cornejito"! Mira a dónde llegó. Reitero, no hay milagro. Un político profesional no se amilana ante las adversidades, es fiel a sus convicciones, se sobrepone a los más duros pesares personales. Recordemos que el tiempo de gestión gubernamental se cobró en Cornejo la vida de su padre y de su madre en menos de un año. Calumnias y ofensas lastimaron duramente su familia, y la familia de sus hermanas. Miseria común a la que nadie está exento cuando se expone en la vida pública. Pero siguió. Le tocó poner de pie una administración provincial caída y librar una lucha constante contra sectores y corporaciones poderosas. Y llegó a buen puerto. "Con la memoria de un despechado", diría un amigo de siempre, y de esos gobernantes a los cuales sería "más fácil ordeñar una araña ante de sacarle un mango que no rendirá sus frutos".

"La lucha continúa". "La contradicción fundamental". "Somos la vida, somos la paz". "Franja Morada". Sergio Karakachoff y Mario Abel Amaya. Derechos Humanos. "En la lucha popular". "Al que no le gusta, se jode". El A.C.A. El Ébano. El Comedor Universitario. Alfonsín. Asambleas. El Partido. Sus amigos. "Ahora, la coordinadora". "El tomba". La urna. Carlos, Ramona, Lucia, Lautaro, Coty, Cecilia, Silvia. Cornejo.

"Rindo honores a quienes vivieron y murieron en la misma casa / porque con su trabajo se mantuvieron"; dice una viejísima canción española. Lo que demuestra su buena cepa. Así de sencillo.

Más de Opinión
¿Los legisladores nacionales por Mendoza deben acompañar a Milei con su nueva Ley Bases?