El pecado de querer caer canchero ante el interlocutor de turno

"Los mejicanos vienen de los indios...". El exabrupto que el presidente Alberto Fernández sacó de un tema musical de su admirado Lito Nebbia, pronunciado ante el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, bajo el análisis de Gustavo Capone.

Ante confusiones recientes emanadas desde las más altas esferas del poder, y a fin de poner en advertencia a profesores de música, literatura y maestras de ciencias sociales e historia, es conveniente aclarar, apoyándonos en manuales de cuarto, quinto y sexto grado de escuelas primarias, que algunas consideraciones que se tergiversan y hasta ofenden, deben ser rápidamente aclaradas para no mal informar a nuestros estudiantes y no caer en errores pedagógicos del pasado. Mucho más en un avanzado siglo XXI donde creíamos que ciertos discursos xenofóbicos estaban sepultados.

Primeramente, la canción de Litto Nebbia: "Llegamos de los barcos" (1982), es la que hace referencia a "que los mejicanos vienen de los indios". Ergo; no es una frase de Octavio Paz (Nobel de Literatura en 1990 y Premio Cervantes en 1981).

Mientras que "los mexicanos descienden de los aztecas; los peruanos, de los incas, y los argentinos, de los barcos", es una frase que Carlos Fuentes sí atribuyó a Octavio Paz, donde pondría de manifiesto, un tanto en broma, de ese preconcepto del resto de Latinoamérica sobre que nosotros los argentinos (cuando en realidad cubriría a una fracción porteña) tenemos la fantasía de creernos mucho más de lo que somos.

Lo de Fernández es ignorancia, no xenofobia

Seguramente quien haya leído al menos los citados manuales, ayer o en la actualidad, podrá corroborar que la apreciación es cuando mucho, muy parcial. Podríamos decir: errónea. Cuando Colón llegó a la isla Guanahaní, archipiélago de las Bahamas, pensó que había llegado a la India. Por consiguiente, el almirante llamó "indios" a esos pobladores. Realmente eran taínos, más precisamente lucayos. Nunca imaginó el conquistador que ese bautismo cubriría a innumerables pueblos de los cuales probablemente nunca tuvo noticia.

Entre estos pueblos desconocidos originarios estaban los mesoamericanos, oasisamericanos y aridoamericanos, más los descendientes de ellos (Tarahumaras, Huicholes, Mazahuas, Otomiés, Purépechas, Mexicas, Nahuas, Yaquis,Tapanecos, Mixtecos, Mixes, Triquis, Zapotecos y los Mayas, entre otros), pobladores del territorio que en la actualidad conocemos como México. Pero más allá de la simplificación antropológica, lo complejo de la situación es que el término "indio" se usa como término despectivo o insulto en prácticamente todo Latinoamérica. Como designación de un conjunto de personas que se ubican en la periferia de la estructura social. Llamar a una persona indio es equivalente, en ciertos contextos, a calificar despectivamente. A su vez también la categoría de "indio" denota la condición de colonizado y hace referencia necesaria a la relación colonial (Guillermo Bonfil Batalla, etnólogo y antropólogo mexicano). El término "indígena" definiría de mejor manera a estos pueblos.

Los brasileños provienen de la selva

Gran parte de la Amazonia, a pesar de la genocida devastación y la atroz desforestación actual sigue siendo el bosque tropical más grande del mundo. Será esa la selva mencionada entonces.

Cinco siglos atrás todo el litoral de Bahía de San Salvador estaba ocupado por dos naciones indígenas del grupo lingüístico tupí: "los tupinambás", sobre la del Dendê y el río São Francisco, y "los tupiniquins", desde la costa del Dendê hasta el límite con el actual estado de Espírito Santo. Hacia el interior, también estaban los aimorés. Estos grupos étnicos provenían de Alto Xingú, dominando prácticamente toda la Amazonia.

Hecha esta salvedad, diremos que esa supuesta frase atribuida a Paz, y recientemente puesta en boca del presidente argentino, no habla de brasileros (si la canción de Nebbia). La frase de Octavio Paz hablaría "de peruanos provenientes de los Incas". Eso sería lo correcto.

Los argentinos bajamos de los barcos

A nadie escapa que el Atlántico actuó como puente entre América y Europa, no como un abismo. Pero vuelvo nuevamente a la infalible fuente siempre vigente: lo que mi señorita de quinto grado me enseñó y que aun con pasión se sigue enseñando.

Otra vez Fernández tuvo que salir a pedir disculpas

Consideremos primero, que hacia 1492 ya existían en América aproximadamente 14 millones de nativos organizados en comunidades de altísimo desarrollo cultural y económico (las cifras oscilan ostensiblemente según distintos autores). En lo que concierne a nuestra actual Argentina, según el filólogo y ensayista Ángel Rosenblat (1902 - 1984), aproximadamente 300.000 nativos vivían en nuestra geografía nacional. Mientras en nuestros vecinos sudamericanos por aquellos tiempos habitaban: Colombia: 850.000, Venezuela: 350.000, Guayana: 100.000, Ecuador: 500.000, Perú: 2.000.000, Bolivia: 800.000, Paraguay: 280.000, Uruguay: 5.000, Brasil:1.000.000 y Chile: 600.000. Además, y mucho tiempo antes la migración hacia el continente americano habría comenzado desde la Siberia asiática y desde la Polinesia y Australia, 30.000 años antes de la llegada de Colón. Contemplando además que vikingos, aventureros y corsarios, algunos autores sostienen que también egipcios y fenicios ya visitaban estas tierras con cierta frecuencia desde mucho antes del arribo del genovés.

Sobre esa base surgirán en Argentina los pueblos originarios: Atacama, Chané, Charrúa, Chorote, Chulupí, Comechingón, Diaguita, Guaraní, Guaycurú, Huarpe, Iogys, Kolla, Kolla Atacameño, Lule, Lule Vilela, Mapuche, Mapuche Tehuelche, Mocoví, Mbya Guaraní, Ocloya, Omaguaca, Pilagá, Quechua, Ranquel, Sanavirón, Selk'Nam (Ona), Tapiete, Tastil, Tehuelche, Tilián, Toba (Qom), Tonokoté, Vilela, Wichí. Actualmente El Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) tiene identificadas 1653 Comunidades Indígenas, entre las cuales 1456 han registrado su personería jurídica en el ámbito del Registro Nacional de Comunidades Indígenas (Re.Na.C.I.) y de los registros provinciales.

La reacción de los Bolsonaro: ¿No dirán que Alberto Fernández fue racista con su comentario?

En paralelo, negar además el proceso migratorio producido en Argentina y su extraordinario aporte al crecimiento del país desde final del siglo XIX sería también una "burrada" (manual de sexto grado).

En fin. Argentina siempre se manifestó como el producto de la yuxtaposición de culturas convergentes, por lo tanto, nuestro denominador común ha surgido de nuestras especificidades, siendo la rica diversidad creativa el mayor presupuesto ostentado. Y muy a pesar de nuestros desencuentros y los abusos que sometieron culturas y generaciones, Argentina seguirá siendo siempre la tierra de las emociones, la fantasía y los recursos naturales. Continuará siendo el transparente espacio de las venas abiertas y la esperanza. "Porque en la historia de los hombres cada acto de destrucción encuentra su respuesta, tarde o temprano, en un acto de creación" (Eduardo Galeano).

Los descendientes de aquellos pueblos originarios, los descendientes de aquellos inmigrantes, los criollos de ayer y hoy, siguen esperando que alguien deje de invocarlos y usarlos solo discursivamente, para que de una vez por todas se ocupen de ellos seriamente. Y más allá de lo que cante Nebbia, opine Paz o declare un presidente.

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