Ética y agnotología de la propaganda y la divulgación

El autor de la nota, Eduardo Atilio Da Viá, se concentra en un hecho publicado por el portal de curiosidades MDZ, del que es protagonista Tini Stoessel.

Eduardo Da Viá

A propósito de un artículo reciente publicado en MDZ, y en la que aparece Tini Stoessel, bailarina, cantante y modelo, ensalzando a su cirujano estético Pablo Palmieri, el que para colmo aparece en una foto compartida con la paciente y vestido con ropa que se usa en sala de operaciones exclusivamente. Claro ejemplo de falta de ética por parte del profesional, avasallando el Código que la regula perteneciente a la Asociación Médica Argentina y más específicamente a la Sociedad Argentina de Cirugía.

Aclaremos de paso qué se entiende por ÉTICA según la Real Academia: Conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida.

La mayoría de las profesiones tienen sus propios códigos de ética, que acotan la actividad en cuestión. En el caso de la Medicina es bien claro en materia de propaganda, y el de la Sociedad Argentina de Cirugía es bastante estricto.

Por cierto la conducta de Palmieri infringe descaradamente estos códigos.

Para colmo de males, se trata de una indiscutible propaganda velada, disfrazada jocosamente de un recordatorio del cumpleaños del profesional, sin extrañarme lo más mínimo, que la susodicha actriz se haya beneficiado económicamente, soborno de por medio, como gesto retributivo del cumpleañero.

Creo entonces que vale la pena aclarar los términos a los efectos de que los incautos lectores no se dejen engañar por estas actitudes agnotológicas, tan vilmente utilizadas hoy cuando de vender se trata, independientemente de la naturaleza del bien comercializado.

Comencemos por definir qué es la AGNOTOLOGÍA: proviene de agnosis, la palabra griega a que se refiere a la ignorancia o el "no conocimiento", y ontología, la rama de la metafísica que trata la naturaleza del ser, y es el estudio de actos deliberados para sembrar la confusión y el engaño, normalmente para vender un producto o ganar un favor.

En definitiva tiende a propender la ignorancia, por cuanto ésta, inocentemente, da enorme poder a los sabedores inmorales.

El ignorante es un crédulo en potencia sin capacidad discriminativa, y por lo tanto un cliente en ciernes, al que sólo hay que saber guiar para que llegue a buen puerto, pero siempre y cuando atraque en el muelle de mi propiedad.

Esta actitud, cuya reprochabilidad es más que evidente, resulta ser de cotidiano uso en ese maléfico mundo de la mercadotecnia, más conocida hoy como marketing, dada la anglofilia que impera en el país, a lo que estamos permanentemente expuestos, por todos los medios habidos y por haber, y utilizando una gama de disfraces a veces tan ingeniosos que pasan por ciertos o reales.

Hay malicia detrás, sin duda alguna, por cuanto el difusor de la buena nueva, sabe que es mentira, pero justamente apela a la ignorancia y a la benevolencia de las normas que rigen el mercadeo, haciéndolo ambiguo y difícil de calificar como delictivo.

Si bien el engaño y la mentira adrede son común denominador de todas las actividades comerciales, con las honrosas excepciones por cierto de los comerciantes honestos, que por suerte existen pero cuyo número no alcanza a contrapesar el daño de sus colegas delictivos.

Se entiende por PROPAGANDA: "Acción y efecto de dar a conocer algo con el fin de atraer adeptos o compradores" (Real Academia Española). Lo cual es perfectamente lícito siempre y cuando no implique engaño.

Con extrema frecuencia se la disfraza de DIVULGACIÓN, y que por tal se entiende la publicación de conocimientos, descubrimientos o avances en el saber, destinados a la persona común, sin que requiera una preparación especial para entenderla, de ahí que etimológicamente esté vinculada a vulgo: "Conjunto de las personas que en cada materia no conocen más que la parte superficial". Pero además, la divulgación debe ser sin fines de lucro personal o empresarial, y mucho menos que estos fines se encuentren solapadamente inclusos en las palabras utilizadas.

La divulgación honesta está vinculada siempre a la experiencia de una reconocida institución, preferentemente del ámbito público y sin nombres excepto del máximo responsable, sin fotografías de las personas y mucho menos direcciones privadas para ampliar información.

Por ejemplo: el Dr. Fulano de tal, Presidente de la Asociación Argentina de Diabetología, advierte acerca de los riesgos que implica el consumo de alimentos que contengan determinado componente, sin mencionar la marca comercial de los productos que la incluyen y mucho menos proponiendo un sustituto de su autoría.

El ejemplo paradigmático en la Argentina de la propaganda oculta tras la faz de la divulgación, ha sido y lo es el conjunto de consejos dietéticos del Dr. Cormillot.

Y ya que estamos en el rubro medicina, permítanme decirle que toda vez que en un programa televisivo, supuestamente dedicado al cuidado de la salud de los televidentes, en el cual aparece la fotografía y peor aún la presencia directa de un supuesto experto, con el nombre y apellido claramente expuesto y que no pertenece a una institución oficial en la que trabaja a sueldo, sino que lo hace en el ámbito privado, es vil PROPAGANDA. También lo es cuando el periodista se refiere encomiásticamente a un profesional del cual fuera o es paciente privado y con excelentes resultados terapéuticos, tal los casos Neustadt y Susana Gimenez, ambos beneficiarios de sendos éxitos en sus tratamientos oftalmológicos realizados en Mendoza.

Por espontáneo que parezca el panegírico, no puede menos que estar autorizado por el protagonista, dado que en ninguno de los casos apareció en los medios una excusa del profesional alabado.

Tampoco lo hizo Palmieri, por cierto

En otros dos rubros claves para la sociedad actual, se miente en forma descarada, y se trata de la FARMACOLOGÍA Y DE LA COSMÉTICA.

En el primer caso abundan las recomendaciones de automedicación con el pretexto fundamental de la detestable "CULTURA ANTI AGE". La ingesta de ciertos medicamentos en base a vitaminas y minerales en una asociación infalible y casi siempre con el aditamento de algún extracto vegetal proveniente de lejanas tierras. Más, no contentos con los consejos rejuvenecedores, se atreven a proponer la toma de medicamentos potencialmente peligrosos para los dolores abdominales o los ósteo-artículo-musculares, sobre todo derivados de la actividad deportiva, o laboral o simplemente por la artrosis ampliamente difundida en los pacientes de edad avanzada. Tal el caso del Ibuprofeno, cuyas bondades no discuto pero sí que se venda sin receta bajo el salvoconducto de la VENTA LIBRE, siendo que puede producir efectos secundarios gravísimos.

Hay un video repetido hasta el cansancio en la TV, en la que se observa una pareja de edad relativamente avanzada, con dificultades para la marcha y la subida de escaleras, supuestamente debido a la pérdida de masa muscular, fenómeno fisiológico, y que después de tomar ENSURE, son capaces no solo de caminar ágilmente sino hasta de trotar; todo debido al gran aumento de masa muscular producido por la ingesta del mágico compuesto, lo cual es simple y llanamente MENTIRA.

Ni qué hablar de los productos cosméticos, donde el engaño raya lo delincuencial. Veamos alguno de los tantos ejemplos: los champús que contienen colágeno.

El colágeno es sintetizado por células especializadas llamadas fibroblastos, existiendo 28 colágenos diferentes y 42 genes que intervienen en su producción y destino.

Ninguna de las formas farmacéuticas aporta colágeno biodisponible, vale decir que termine actuando en el tejido u órgano deseado. Cuando se aplica en forma de cremas, como la molécula es muy grande, no atraviesa la piel para supuestamente llegar a las estrías o arrugas que yacen por debajo de ella, por la misma razón las cicatrices son siempre indelebles, es decir duran toda la vida; la única manera de eliminarlas es la cirugía que no hace sino trasladar la cicatriz a un lugar menos visible. Volvamos al colágeno, si en cambio de aplicación cutánea se opta por la ingesta para fortalecer el aparato músculo esquelético, al ser una proteína, es digerida de inmediato por las enzimas digestivas a nivel estómago e intestinos para terminar desarmándolo por así decirlo, liberando los aminoácidos que lo componen, que sí se absorben pero que no intervienen en la síntesis o fabricación del pretendido nuevo colágeno. Lo mismo ocurre con el colágeno de las carnes animales que comemos, en cantidades muy superiores a las que alberga una capsulita de cualquiera de los medicamentos supuestamente supletorios.

Respecto específicamente a los champús, invito a los lectores tomar una marca cualquiera, SEDAL por ejemplo y hacer historia de la innumerable variedad de modelos que ha ido presentado a lo largo del tiempo, tratándose siempre del ahora sí, la solución final para.....Y en el para entran la caída, la delgadez, la sequedad, la fragilidad, la opacidad etc. etc. Yo me pregunto, si este último modelo es el ahora sí, quiere decir que todos los anteriores fueron mentiras, ¿o no?

Admito que este es un tema casi inabarcable, pero no quiero darlo por terminado sin hacer una brevísima referencia a otro grupo de mentiras descaradas, cual es el de las bondades de los distintos aparatos para gimnasia casera, también enfocados al rejuvenecimiento y la eterna primavera.

Estamos sometidos al bombardeo de propagandas de falsas panaceas, de las cuales viven los medios, aplicando la agnotología y faltando a las más elementales normas de ética, tomando ventaja de la ignorancia y del rechazo patológico a la senectud, uno de los peores males que afecta a la sociedad moderna, especialmente en occidente.

En octubre del 2017 publiqué en el diario digital MDZ un ensayo titulado SEAMOS VIEJOS DIGNOS.

Allí menciono la Gerascofobia que no es sino la fobia a los viejos, pero también menciono que las cosas ahora son peores que años atrás, por cuanto los viejos tienen fobia a su propia vejez, de la cual pretenden evadirse por cierto inútilmente, pero contando con la ayuda de médicos y farmacólogos falaces, viles mercaderes que se aprovechan de las debilidades humanas.

Para redondear el tema, volvamos al caso de esta dama Stoessel, quien junto con Palmieri fueran disparadores para la escritura de estas páginas.

Con tan sólo 23 años, ya es la cuarta o quinta vez que se somete a modificaciones de su natural belleza.

Quizá lo haga para adecuarse a los famosos cánones griegos, idea de Policleto el Viejo S V a.C, aunque no creo que su formación le dé para tanto.

Imaginémosla dentro de treinta o cuarenta años; yo le mostraría una foto de la duquesa de Alba, caso paradigmático de la inutilidad de la lucha contra la edad, cirugía mediante. De ser una bella señorita fue transformándose paulatinamente en un monstruo simiesco, motivo de cientos de publicaciones a nivel mundial.

"LA MAYOR PARTE DE LOS HUMANOS PREFIEREN PARECER QUE SER". Esquilo de Eleusis

Eduardo Atilio Da Viá

Agosto de Pandemia 2020



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