Unos índices que no coinciden con el humor social
El IPC del Indec dio 2,2% y el de Mendoza dio 1%. El análisis de Rodolfo Cavagnaro.
La difusión de los índices de precios de enero ha causado muchas sorpresas. En Principio, el IPC del Indec arrojó un dato del 2,2%, pero más sorpresivo fue el IPC de Mendoza, que elabora la DEIE (Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas), que dio un valor del 1%. Pero lo llamativo, y que mueve a darle cierta credibilidad a los números es que, en los datos nacionales, la desagregar el IPC por región, la zona de cuyo es una de las que menos variación registró, y en Mendoza, tanto como a nivel nacional, el rubro de indumentaria da un registro negativo.
La sensación térmica de la población era sensiblemente mayor, sobre todo por los aumentos que habían registrado las carnes, tanto las de carne vacuna como las del resto, que actúan como espejo y que siguen más baratas y se venden cada vez más. Y en el caso de la indumentaria, que el último año veníamos señalando que aumentaban sin ninguna razón, parecen haber entrado en razón: la apertura de las importaciones parece haber puesto un freno y, además, la menor expectativa inflacionaria genera una forma distinta de manejo del stock, tanto por fabricantes, mayoristas, minoristas y consumidores.
En ambos índices el rubro que más aumenta es el de restaurantes y hoteles, arriba del 5%, pero con muy poca incidencia en el índice general. Este es un claro aumento estacional, mientras que Alimentos y bebidas no alcohólicas, a nivel nacional, registró 1,8% de aumento mientras que en Mendoza fue del 1%. Este es otro dato donde aparece esta gran diferencia entre ambos índices.
Fue muy interesante el comportamiento de las categorías de bienes ya que los estacionales crecieron un 0,6%, mientras que los regulados crecieron 2,6%. Esto incluye las tarifas, que a partir de enero el gobierno aplacó su ritmo de crecimiento, tratando que sigan la inflación. Finalmente, el IPC núcleo creció también 2,4%, que eran los guarismos anteriores, pero en enero la tasa de devaluación bajó del 2% al 1%, con lo cual, la inflación núcleo, junto con la inflación inducida, debió ser menor al 2%. Se supone que en enero puede haber habido un arrastre estadístico y que la inflación núcleo debería bajar en febrero, lo que impactaría en el índice general.
Finamente, una mención especial para el tema de la carne, porque tuvo un crecimiento en enero, pero en los índices no aparece tan grande, ya que se los mayores aumentos se registraron en diciembre. Además, según indican las consultoras, hubo un aumento en la primera semana de febrero a nivel mayorista pero no fue convalidado por los minoristas. Además, la retracción del consumo hizo que los precios bajaran en la segunda semana, por lo que algunos auguran para febrero un índice menor al de enero.
Y mientras siguen los debates acerca de la credibilidad de los índices del Indec, por responder a estadística de consumo atrasadas, es muy difícil interpretar el índice de Mendoza. No sabemos cuál es la base, aunque sabemos que el universo de productos relevados es menor al del Indec. Pero un índice tan bajo no parece representar los que han vivido los consumidores. No queremos ofender a quienes hacen las estadísticas, pero deben comprender que la sensación de la población es distinta.