¿Hasta dónde escalará la inseguridad en los barrios fuera del muro de la UNCUYO?
El muro que construye la UNCUYO es una evidencia del grave problema de inseguridad que sufre toda la zona. Qué pasa en los barrios Terrazas de Uno, Sanidad, Champagnat y sus alrededores.
Despertar con un revolver apuntándote la cabeza. Salir al patio a colgar la ropa recién lavada de tu bebé y encontrarse a un tipo que saltó la medianera para robarte. Ver desde la ventana que hay un grupo de hombres encapuchados con palos mirando para tu casa. Bajarte del colectivo y que te pongan una punta en el estómago para sacarte un celular y la mochila. Venir a dejar un pedido y que, a punta de pistola, te intenten robar la bicicleta. Te defendés- y de milagro- no sale la bala. Venís del supermercado y te esperan en el puente de la rotonda Gran Capitán para robarte lo que compraste. Salir a trabajar y descubrir que todas tus macetas ya no están, o la ropa colgada, o las herramientas, o algo del auto y un largo, largo, larguísimo etcétera.
El conteo infinito de hechos de inseguridad que vivimos los vecinos del Barrio Terrazas de Uno, de Ciudad sigue incrementándose día a día, dejándonos amargados porque el barrio ya no es lo que era apenas 3 o 4 años atrás, mientras sobrevuela la pregunta: ¿hasta dónde escalará el problema que nos acosa?
Lo que se cuenta más arriba no ha sucedido todo junto, siempre la seguidilla se da entre periodos espaciados (gran parte ocurrieron entre mediados del 2024 y el lunes pasado). El punto es que la frecuencia es cada vez mayor y ya no hay que hacer tanta memoria hacia atrás para contar lo que le pasó al Juan o a la Juanita. Ahora, las novedades son quincenales, semanales y hasta diarias.
Pero la frecuencia no solo es el problema, sino el modo en que se producen los asaltos. Al principio, los robos y los hurtos sucedían en la calle, o cuando no estabas en la casa. Ahora, el ladrón entra con el dueño de casa presente. No le importa enfrentarse a la posibilidad de que lo ataquen o tenga que atacar. Eso es sin duda el cambio más grave de todo lo que ocurre.
Y otra ronda de preguntas sobreviene. ¿Qué tiene que pasar para que la Policía reaccione? Qué más podemos hacer para protegernos, si ya tenemos alarma comunitaria, rejas, leoneras, alambrados electrificados.
Por otra parte, vale aclarar que la Policía siempre llega rápido cuando el hecho ya ocurrió. O los preventores de la Ciudad. A lo que siguen recomendaciones, la promesa cumplida de que habrá más móviles circulando, reuniones y pedidos a las autoridades para que mejoren iluminación, limpieza de toda la zona. Todo se cumple y la rueda comienza otra vez, como en una incansable puesta en escena. Pero, nada pasa en realidad.
El paso que facilitó los robos
El punto de inflexión fue la apertura de la flamante rotonda sobre Gran Capitán para unir el Oeste con el Este de la Ciudad en 2022, obra que, dicho sea de paso, sufrió muchísimos robos de material, al punto que tuvieron que poner dos guardias, uno en cada extremo del trazado para tratar de evitarlo. Pocas veces lo lograron.
Aunque duela, y la Municipalidad de Capital lo niegue, la realidad es que los hechos se multiplicaron por 100 cuando esa ruta quedó habilitada. El paso por el barrio desde y hacia los barrios aledaños como el Flores, el Olivares y sus alrededores, tuvo un impacto muy negativo, convirtiendo al Terrazas de Uno en un "pasillo copado por los chorros".
Para muestra basta un botón dice el dicho. Ahí está el muro de la Universidad Nacional de Cuyo señalando como si fuera un enorme cartel de neón: acá hay inseguridad y debemos protegernos. Y les guste o no a los responsables de Seguridad, es obvio que la discusión no es por la estética, ni por la responsabilidad de la "academia" de dar el ejemplo para hacer "lo que es correcto", según la Ciencia Social. Lo cierto es que toda la zona está afectada por la ola de robos y ninguna reunión de buenas intenciones alcanza. Preguntar en el barrio Champagnat, o en el Sanidad, solo confirma lo que ya es sistemático. Todos sufren cosas parecidas, cada vez con mayor frecuencia. Ergo, ¿qué hacemos? ¿Levantamos más muros? ¿Pagamos seguridad privada? ¿Nos compramos armas? Al parecer, no hay respuestas incorrectas.
Mendoza maravillosa
Otra cosa que sucede en el Barrio Terrazas de Uno es que al abrir la calle Gran Capitán, se construyó un pasadizo junto al final del barrio, donde el terreno convive con el obrador del Barrio Dalvian. Esa "veredita" la usan los habitantes de los barrios Flores, Olivares para ir trabajar, pero, sobre todo, los que piden puerta a puerta, los que recolectan para reciclar con carritos y una cantidad de personas que no se sabe qué quieren o hacen. Entre este último grupo, un personaje viene casi todas las noches a llevarse las bolsas de basura, con 6 o 7 perros. Al final de la cuadra, en general, la manzana A se puede ver el tiradero de los residuos desparramados por todos lados. Pero eso no es todo, sus perros atacan a los gatos del barrio. Ya mataron a tres mascotas de la manera más cruenta que se puedan imaginar. Y este señor, obviamente los deja.
Lo que pasa con la basura
Otro aspecto no menor del tema es que todos los días. Todos los días, repito, se ven personas revolviendo los contenedores para comer. Pueden ser jóvenes, viejos, mujeres con niños. Algunos se dejan ayudar, otros te miran con odio. Sin contar con la mugre que se genera en esa indigna búsqueda.
¿Y otra ronda de preguntas? Si yo como vecina lo veo, ¿que ve la Municipalidad? Qué hacen para asistir a estas personas que tienen hambre.
También vale decir, que los alrededores se han convertido en el tiradero de todos. Muebles, electrodomésticos, ropa, escombros, ruedas, hasta plantas y pasto cortado... todo queda en las esquinas donde hay contenedores. El servicio de recolección municipal vendrá seguramente a levantarlos. Algún día.
Pero no es todo señores. Alrededor de la basura también pasa algo que no sé qué es. Pero, siempre hay personajes revisando contenedor por contenedor buscando algo. Y nos recicladores. No buscan comida. No. Estos, revisan y no sacan nada aparentemente. Pero se los ve ir de un lugar a otro, mirar en la acequia... Y vuelvo, si yo lo veo, qué ven los preventores? ¿O la Policía?
Claramente, la inseguridad de la zona no sólo será resuelta con la Policía. Falta tomar el toro por las astas y ver, ver realmente a las personas. Hacer preguntas, quiénes son, qué hacen, qué necesitan, dónde viven. Por qué hacen lo que hacen.
Actitud incomprensible
Esta última postal, creo que completa muy bien el clima que vivimos.
Hace unos días atrás, yo misma noté la presencia de un joven, flaco, alto, de remera rosa, gorro y pantalón rojo, que traspasaba un alambrado para acceder a los patios de la manzana A del barrio Terrazas. Me vio y solo se sentó a esperar a que yo pasara. Llamé al Ojos en Alerta, el sistema de prevención que implementó la comuna capitalina y está coordinada con las alarmas comunitarias. La comunicación fue casi cómica. El preventor lo tuvo a la vista hasta que el muchacho en cuestión abandonó su posición y cruzó al barrio Olivares. Pregunto: ¿llamar al 911 para que lo interrogaran, tomaran datos? ¿No? ¿No se podía? Parece que no.
Un detallito: hace meses que los preventores están solos en los vehículos para hacer las rondas. Hasta no hace mucho, iba un policía con ellos. Por qué se dejó esta modalidad, tampoco se sabe.