La desinvitación a Sergio Moro en la UBA: un extraño viaje en el túnel del tiempo

Emilio García Méndez, profesor titular de Criminología en a Universidad de Buenos Aires, rescata el hecho insólito de que justo allí hayan censurado la presencia del exministro de Justicia de Brasil, el investigador del Lava Jato Sergio Moro.

Emilio García Méndez

La discusión acerca de la censura al exministro Sergio Moro en un debate organizado por la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires comienza con una peculiaridad que me parece digna de destacar. No es poco que en la época de las fake news, la controversia no se centre en los hechos sino en las opiniones. Hay, sin embargo, algún remanente de punto ciego en los hechos, en cuanto no resulta claro quién, dentro de la Facultad de Derecho, asume la responsabilidad por la desinvitación. En este punto, todos los dedos parecen apuntar hasta hoy al inefable "Fuenteovejuna".

En todo caso, sí resultan claros los nombres de estos eminentes profesores de la Facultad de Derecho (casi todos penalistas), que han clamado por el "derecho" a silenciar la voz de un personaje que les resulta políticamente antipático y cuyas opiniones abominan. El punto aquí no trata para nada de la defensa de Moro, que ya es grande y sabe defenderse solito, como de hecho ya ha sucedido.

El punto aquí remite a la pregunta acerca de cuál es el proyecto político en nombre del que resulta posible censurar un debate en una Universidad como la UBA, que debe precisamente su prestigio a jamás haber amparado prohibiciones de esta naturaleza.

El debate no es fácil, entre otras cosas, porque uno se da cuenta de que no está lo suficientemente preparado para argumentar en favor de la libertad de expresión, especialmente en el ámbito universitario, con personas que entre otras cosas se perciben antes que nada como progresistas.

La lista de argumentos de los censores para justificar la desinvitación a Moro es larga. Ella se refiere básicamente tanto a sus posiciones políticas, como a su participación en hechos que no dudan en calificar como delictuales. Sobre estos últimos, en ningún caso existe la sombra de una sentencia firme, así como tampoco la de un proceso judicial.

Esto último viene específicamente a cuento, ya que buena parte de estos eminentes profesores se ha cansado de repudiar en la Argentina y en el Brasil, los linchamientos mediáticos.

En algunos casos, el ímpetu de estos aprendices de Torquemada es tal que, en el apuro, no dudarían en cargarse al pobre Otelo, el Moro de Venecia.

En todo caso, la desinvitación hace parte de los hechos indiscutibles del debate. Ella parece recordarnos, salvando sus enormes diferencias, a los momentos más tristes de la época de oro de la Universidad de Buenos Aires.

EL AUTOR. Emilio García Méndez, profesor titular de Criminología en a Universidad de Buenos Aires. Diputado nacional (mandato cumplido, 2005 - 2009).

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