YPF, Kicillof y otro afano kirchnerista: un nuevo atraco a los argentinos
La opinion sobre la situación de YPF de Diego Decara Bustos.
Una vez más, la casta política, esa manga de inútiles que se llenan la boca hablando de "soberanía" mientras entregan el país al desastre, nos clava un puñal en la espalda. El fallo de la jueza Loretta Preska en Nueva York, que obliga a Argentina a ceder el 51% de YPF por USD
16.100 millones más intereses, no es más que una de las tantas facturas que tenemos que pagar los argentinos de bien por la ineptitud, la corrupción y el populismo barato que fue el kirchnerismo.
El saqueo de 2012: una expropiación ilegal
En 2012, el kirchnerismo expropió YPF sin cumplir su propio estatuto. No hubo oferta pública de acciones ni compensación justa a los accionistas minoritarios, como exige la ley. Ese acto, celebrado como un "gesto soberano", fue en realidad una violación legal internacional que hoy nos cuesta una fortuna.
No se defendió a la patria: defendieron su relato. El resultado es un fallo histórico en nuestra contra, fruto del estatismo improvisado, la soberbia ideológica y el desprecio por la seguridad jurídica.
De mamón de la condenada a verdugo económico
En el centro de este circo, está Axel Kicillof, el inútil soviético que soñaba con ser Lenin pero terminó siendo el sepulturero de nuestra economía.
En 2012, bajo el califato comunista de Cristina Fernández de Kirchner, con Kicillof como su fiel escudero, el kirchnerismo perpetró el robo del siglo: la expropiación de YPF. Lo vendieron como un acto de "patriotismo", pero no fue más que una maniobra burda para saquear una empresa y entregarla a sus amigos de la casta.
Violaron el estatuto de YPF, espantaron a los inversores y convirtieron una petrolera en un pozo de ineficiencia y clientelismo. ¿Resultado? Hoy, los argentinos de bien, los que laburamos y pagamos impuestos, tenemos que hacernos cargo de la cuenta de sus delirios estatistas.
¡16.100 millones de dólares! Una deuda que equivale a años de esfuerzo de los trabajadores, mientras la casta sigue viviendo de prebendas y choreos. Pasaron más de 10 años y los argentinos seguimos sufriendo las consecuencias de uno de los peores gobiernos de la historia argentina.
Cinismo sin límites
Kicillof, ese burócrata de CUIT virgen con ínfulas de intelectual marxista, tiene el tupé de salir a lloriquear que el fallo es un "disparate jurídico" y una "intromisión en la soberanía". ¿Soberanía, Axel? ¡La única soberanía que defendés es la de tus amigos sindicalistas y los empresarios prebendarios que bancan al peronismo! Mientras vos jugabas a la revolución en un despacho, destruiste la confianza de los mercados, ahuyentaste la inversión extranjera y dejaste a YPF en manos de una burocracia que no sabía ni perforar un pozo sin perder plata. Y ahora, desde la gobernación de Buenos Aires, seguís hundiendo a la provincia más rica del país con tus políticas de miseria y control. ¡Sos el campeón de la decadencia!
La casta en su máxima expresión
El peronismo y el kirchnerismo, esos parásitos que llevan décadas viviendo del Estado como si fuera su caja chica, son los arquitectos de este desastre. Ellos, junto con la casta que los aplaude -esos políticos, jueces y medios que se arrodillan ante el relato populista-, nos trajeron hasta acá. Mientras los argentinos nos rompemos el lomo para salir adelante, ellos festejaban sus "gestas nacionales" que no son más que excusas para seguir robando. ¿Y qué hace Kicillof? Sale a dar conferencias de prensa, a hablar de "privatización" como si fuera una víctima. ¡Hipócrita! La verdadera privatización fue la que hicieron ustedes, entregando YPF a sus amigotes y dejándola en la ruina.
Libertad o decadencia
¡Basta! Basta de esta casta que nos condena a pagar sus errores. Basta de un Estado elefantiásico que asfixia al privado, al que produce, al que genera riqueza. Es hora de dejar atrás a los Kicillof, los peronistas y los kirchneristas que nos arrastran al abismo. La libertad es el camino, y no hay casta que pueda detener a un pueblo que despierta. No podemos permitir que la fiesta kirchnerista siga y avance con privilegios que sostengan a esta manga de corruptos e inútiles.
La verdadera batalla no es solo por YPF, es por el país que queremos dejar.
¿Seguimos pagando la fiesta de los políticos de siempre o construimos una Argentina libre, con un Estado que no robe y con políticos que no vivan de nosotros?
La libertad no es una consigna: es la única salida.