Rifles silenciosos, riesgos letales: la urgencia de regular armas de aire comprimido

En los últimos años, el uso de armas de aire comprimido ha ganado notoriedad, dejando de ser un recurso exclusivamente recreativo para convertirse en una herramienta potencialmente peligrosa en manos equivocadas. Aunque muchas personas las consideran inofensivas, su capacidad para causar lesiones graves plantea serios riesgos para la seguridad ciudadana.

Eduardo Muñoz
Criminólogo y Criminalista. Especialista en Criminología Aplicada a la Seguridad. Consultor en Seguridad Integral y Riesgos. Analista Criminal @educriminologo

Los recientes sucesos en el Barrio Unimev, Guaymallén, son una prueba alarmante de esta realidad. Un caso que conmocionó a Guaymallén En este barrio mendocino, un agresor utilizó un rifle de aire comprimido para herir a varias personas en las cercanías de las torres ubicadas en las calles Adolfo Calle y Houssay. 

Entre las víctimas se encuentra un hombre de 35 años que fue impactado en el brazo mientras visitaba a un familiar, y una mujer que recibió un disparo en el cuello, requiriendo atención hospitalaria. En total, al menos cuatro personas resultaron heridas antes de que el tirador fuera detenido y el rifle confiscado. Este caso, más allá de su impacto inmediato, evidencia los peligros inherentes a estas armas y la urgencia de su regulación. 

El poder lesivo de las armas de aire comprimido A primera vista, estas armas parecen inofensivas, pero su capacidad para infligir daño es considerable. Rifles y pistolas de balines pueden disparar proyectiles a velocidades que superan los 150 metros por segundo, lo suficiente para perforar la piel humana y dañar órganos vitales. Además, su funcionamiento silencioso y discreto las hace ideales para quienes buscan actuar sin ser detectados. 

Esta combinación de factores las ha convertido en herramientas utilizadas no solo en agresiones, sino también en actos de intimidación y vandalismo. La accesibilidad: un problema sin resolver.

Uno de los mayores problemas es la facilidad con la que estas armas pueden adquirirse. En muchos lugares, no requieren licencias ni registros, lo que permite que personas sin capacitación formal o incluso con intenciones maliciosas accedan a ellas sin mayores obstáculos.

Además, su comercialización como "artículos recreativos" subestima el peligro real que representan, normalizando su presencia en los hogares y aumentando el riesgo de accidentes o usos indebidos. Lecciones internacionales: modelos regulatorios efectivos Algunos países han implementado medidas exitosas para minimizar los riesgos asociados con estas armas. En Alemania, por ejemplo, los rifles de aire comprimido con una potencia superior a 7,5 julios requieren una licencia y deben estar registrados. Japón, por su parte, regula estrictamente la venta y limita los calibres disponibles. 

Estas políticas han demostrado ser efectivas, reduciendo tanto su uso indebido como los incidentes asociados. Por el contrario, en países con regulaciones débiles o inexistentes, estas armas se han convertido en un problema creciente. Los vacíos legales facilitan su proliferación, lo que subraya la necesidad de adoptar políticas que prioricen la seguridad pública sin perjudicar el uso legítimo para actividades deportivas o recreativas. Estrategias para una solución integral basada en modelos internacionales. 

Frente a esta problemática, resulta indispensable establecer una regulación que contemple estrictamente la adquisición y el uso de las armas de aire comprimido. La ausencia de normativas claras en este ámbito representa un vacío legal que facilita su proliferación y abuso, con potenciales consecuencias graves para la seguridad. Países como Alemania y Japón han demostrado que la regulación estricta de estas armas puede ser eficaz. En Alemania, los rifles con potencia superior a 7,5 julios están sujetos a licencias y registros obligatorios, mientras que en Japón las limitaciones en calibres y su venta bajo condiciones controladas han reducido significativamente su uso indebido. 

Estas experiencias subrayan la importancia de no dejar al azar el control de armas que, aunque se consideren recreativas. Argentina no puede continuar ignorando esta realidad. Permitir que estas armas permanezcan fuera de cualquier normativa es un riesgo inaceptable. Garantizar que su adquisición y uso estén sujetos a regulaciones estrictas no solo protege a las posibles víctimas, sino que también refuerza el mensaje de que la seguridad colectiva debe prevalecer sobre cualquier forma. 

Prevenir antes que lamentar 

Los sucesos de Guaymallén son un recordatorio de que la regulación de las armas de aire comprimido es una necesidad urgente. 

Su accesibilidad y su capacidad de causar daño representan un peligro latente que no podemos seguir ignorando. Adoptar medidas regulatorias no solo protegerá a las potenciales víctimas, sino que también enviará un mensaje claro sobre la importancia de priorizar la seguridad colectiva. Regular estas armas no es solo una cuestión legal, sino un acto de responsabilidad social. Es momento de actuar para prevenir tragedias futuras y garantizar que el equilibrio entre derechos individuales y seguridad pública sea una prioridad compartida. 

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