Suarez dijo más de lo esperado y marcó el camino para su equipo y la política

El gobernador de Mendoza anunció que se avanzará con la reforma político institucional que muchos pensaban que había quedado en el pasado, e incluyó un impulso a la autonomía municipal, un reclamo tan antiguo que por lo menos debe haber un par de generaciones que ni siquiera lo discutieron ante el archivo en el que la discusión quedó durante años. Si todo sale como él lo planteó, el año que viene lo estaremos escuchando dar su mensaje ante la Asamblea Legislativa, sin o con barbijo, el 1 de marzo, dos meses antes. Y además, si es acompañado por la oposición en la reforma constitucional para eliminar una cámara legislativa y hacerla de representación mixta (poblacional y territorial a la vez) en el futuro votaremos como hacen los uruguayos: una sola vez todo, sin campañas políticas intermedias que enturbien los procesos de gestión y generen falsas expectativas y gastos monumentales.

Suarez dijo más de lo que se esperaba ante un recinto vacío y en una imagen que quedará en la historia por el contexto de pandemia y por ser la primera vez que se sesionó en forma virtual.

No solo repasó el contexto, sino que retomó la agenda que fue jaqueada por grupúsculos de interés que llenaron de temor a la población en torno a la minería antes de que otro miedo, la covid-19, nos confinara en nuestras casas y paralizara la economía, al punto de asfixiar notoriamente el presente y condicionar el futuro de todos los sectores.

Fue claro y concreto. No alentó falsas expectativas. Avisó a los políticos que se les reduce el espacio, a los empresarios que no pueden seguir "llorando" sin arriesgarse ellos mismos a más y se animó a lo que pocos: a los empleados estatales les avisó que además de recibir a fin de mes su salario en sus cuentas, puntualmente, cobran 30 por ciento por encima del promedio nacional. 

A todos les dijo que "no se puede distribuir lo que el Estado no tiene". Y claro: antes de poder repartir lo que todos reclaman hay que buscar nuevas formas de recaudar. En este punto, dejó liberado a interpretaciones la creación de un "consejo económico, ambiental y social" que la oposición de inmediato empezó a atribuirse como reclamo propio, pero que no le piden a un presidente al que aplauden hasta cuando no deben, por sumisión acrítica. Lo ambiental fue lo que justamente hizo fracasar la única salida económica que quedaba, pero que sigue estando disponible ante un cambio de opinión. De hecho, las cámaras empresarias de diversos sectores reclamaron reabrir el tema.

El gobernador mendocino pronunció la palabra clave que vienen pidiendo cual padrenuestro aquellos que han salido con sus productos de los Andes al mundo: "Trabajaremos en la internacionalización de Mendoza". De allí a la creación de la Agencia Mendocina de Innovación, Ciencia y Tecnología.

Suárez se metió con la educación y la seguridad al anunciar sendos observatorios que indican que se avanzará -si se concreta- a pasos agigantados en torno a temas que venían realizándose paso a paso y que la pandemia empujó: el uso de big data y de la explotación adecuada de la virtualidad.

Los momentos afectivos y políticos sirvieron solo de conectores de párrafos de tareas muy concretas que les ha pedido a sus ministros.Ahora falta que el equipo responda. Que se ponga en marcha. Que no se "borre" cuando las papas queman. Que le de impulso a los proyectos y no se escude en la pandemia para montarse sobre un "no se puede" que ni siquiera Suarez esbozó en momento alguno.

Un discurso que esta vez no fue tan solo para los mendocinos, sino para adentro de su Gobierno y, además, para la política, que al finalizar buscó un puñado de chicanas para contestarle y lograr existir pero que, cara a cara, no podrían refutar categóricamente.