Fondos de Pensiones: temen que Boric haga lo mismo que CFK en 2008

En el vecino país crece el temor por lo que puede ser una estatización de los fondos de pensiones que están actualmente en las AFP. Aunque el Ejecutivo niega esa posibilidad, la convención que redacta la nueva constitución entrega otras señales que generan alarma.

Cada día se repiten con mayor frecuencia en los medios chilenos las referencias a la experiencia argentina con las AFJP y la forma en que terminaron de existir. No se trata de un ejemplo positivo, sino de una verdadera experiencia de terror que vivieron millones de personas que vieron cómo sus fondos fueron tomados por el Estado argentino para no verlos nunca más.

En Chile ahora se teme que eso suceda con los fondos que tienen los habitantes del vecino país en su cuentas individuales, los cuales quieren que sigan siendo de su propiedad y no pasen a un fondo común administrado por el Estado.

Los fondos de pensiones han sido un tema constante de discusión desde el estallido social y también en pandemia en el vecino país. Uno, porque la gente critica el sistema de AFP (AFJP), y también porque durante la emergencia sanitaria se permitió el retiro de un porcentaje de esos ahorros para poder enfrentar la crisis económica que trajo el coronavirus. Significaron una inyección de US$50.000 millones que para los economistas generaron gran parte de la inflación del 9,4% interanual que tiene Chile.

Ahora, con la llegada del nuevo gobierno, se volvió a pedir un retiro de fondos, pero la administración de Boric se opuso, generando mucha molestia y una caída en la popularidad del presidente. A mucha gente no le gustó esa posición, ya que ahora que está en el poder se opone, cuando en cuatro oportunidades anteriores -siendo diputado- votó a favor de los retiros.

Pero más allá del hecho puntual de los retiros, el temor que crece es que la reforma al sistema de pensiones que prometió, derive en un sistema de reparto -como el de la Argentina- y que los fondos de las AFP sean estatizados como lo hizo CFK en 2008.

Recordemos que el gobierno de Cristina Kirchner dispuso la extinción de los fondos de la AFJP, que pasaron a integrar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses. Eran $98 mil millones, casi US$ 30 mil millones que ingresaron a ser administrador por el Estado y que nadie explica muy bien dónde fueron a parar. En una entrevista en 2008 el analista económico Agustín Monteverde decía, cuando aún no se concretaba la idea, que "los argentinos se tienen que dar cuenta que los están robando lisa y llanamente".

Señales

Aunque Boric reiteró que no está en sus planes expropiar fondos y aseguró que seguirán siendo propiedad de cada cotizante, las señales contrarias vienen desde la Convención Constituyente, organismo que está redactando la nueva constitución del vecino país y que será sometida a un plebiscito el 4 de septiembre.

Allí, los convencionales que en teoría responden o son cercanos a la administración de Boric, rechazaron la iniciativa ciudadana más votada y que se denominaba "Con mi plata no". Ésta establecía que la Constitución garantizara la propiedad de los fondos previsionales a los cotizantes y -además- que puedan ser heredables, como ocurre en la actualidad. A cambio de eso, se aprobó otra iniciativa impulsada por algunos miembros de la Convención que apunta a un sistema solidario o de reparto.

Si tiene cola, cuatro patas y ladra es un perro, pero en algunos casos eso pareciera que no es así. Los convencionales que redactan la nueva carta magna aseguran que no están en contra de que las personas sean dueñas de sus fondos, pero rechazaron todas las iniciativas que establecían la propiedad en la Constitución. No lo hicieron una, sino dos veces de manera específica.

En cambio, lo que aprobaron dice que "la ley establecerá un Sistema de Seguridad Social público". A simple vista no ofrece muchas interpretaciones, ya que si bien es el poder político el que establecerá las leyes para crear un nuevo sistema de pensiones, la Constitución lo limita al ámbito público y eliminando la opción de que participen los privados, como es el caso de las AFP.

Aunque a la mayoría de los chilenos no les gusta el sistema de AFP, les gusta mucho menos pensar en un sistema de reparto en el que pierdan la propiedad de los fondos como en la actualidad, donde saben cuánto dinero tienen para su jubilación.

Ante estas señales, crece la desconfianza y el temor de que ocurra lo mismo que en la Argentina, ya que a los chilenos no se les daría la opción de elegir -por ejemplo- entre dos sistemas y tampoco se podría implementar un sistema mixto. Con las líneas que marca el borrador de la carta magna, todo apunta a un sistema de reparto, lo que se confirma en los discursos de los convencionales, los cuales apuntan al deseo de un sistema con mayor solidaridad en la nueva etapa de Chile.

A pocos meses de que se tenga que votar el texto constitucional, la convención es el blanco de las críticas no sólo por este tema, sino por un sinfín de normas que generan fuertes cuestionamientos. Pero las críticas no sólo son para los sectores de izquierda que están redactando el texto sin considerar ideas opositoras a partir de que son mayoría, sino también hacia la derecha, por el papel que jugó en el proceso.

Es importante recordar que la elección de convencionales fue la votación que menor participación ciudadana tuvo en los últimos años en Chile. Votó sólo el 20% del padrón. Aunque es legítima, porque se eligió en un proceso que cumplió con todos los requisitos legales, carece de representatividad y claramente tiene sesgos ideológicos, cuestiones que pueden llevar al fracaso del proceso.

Muchos referentes, entre ellos expresidentes, están alertando de las medidas y las encuestas comienzan a apuntar a un rechazo del texto, cuestión que preocupa de manera importante al presidente Boric, porque parte de su gestión es lograr que se apruebe la Constitución. Sin embargo, las críticas llegaron incluso desde su madre, quien en una entrevista se manifestó decepcionada del proceso.

Faltando pocos meses para el fin del proceso, el temor en Chile crece por los fondos de pensiones y otros temas. Se acabó la luna de miel del nuevo presidente y está enfrentando un arranque de gestión duro como no tuvo ningún otro mandatario en los últimos 20 años, sumado a una crisis mundial y el aumento de la inflación.

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