El MendoExit improbable, pero posible: los datos sólidos más allá de las bravuconadas

El gobernador electo Alfredo Cornejo, junto al economista Alfredo Aciar, confirmaron que "Mendoza podría sustentarse sola". A la vez de ratificar la pertenencia a la Argentina, reclamaron un cambio de incentivos, que haga que las provincias dependientes de los recursos de otras, se desarrollen.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

Se vociferó tanto y sin sustento la idea de la separación de Mendoza de la Argentina, que el concepto de MendoExit se degeneró y se utilizó partidariamente, cuando es, en realidad, una herramienta política para discutir sobre el posicionamiento de esta provincia en el país y una barreta para apalancar la reconstitución de su autoestima perdida.


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La bravuconada que le pudo servir a algunos para tener likes en Twitter/X tiene sustento, y no para "irse del país", sino para conocer cómo la evolución económica de Mendoza le ha permitido llegar a ser sustentable, con muchísimo esfuerzo, a lo largo del tiempo.

Así lo confirman los datos sistematizados por el economista Alfredo Aciar y explicados por el gobernador electo Alfredo Cornejo en el libro "Gildokracia", que fue presentado este lunes con la coordinación de Jaime Correas y ante un público mixto escuchando datos duros: políticos, actores institucionales, pero centralmente gran parte de los que día a día tejen el entramado económico de Mendoza desde empresas y gremios empresarios.

"Categóricamente no quiero irme ni tenemos ninguna posibilidad de irnos de la Argentina", subrayó Cornejo, atento a los recortadores de frases que podrían haber "hecho dulce" con su nueva mención a la presunta autosuficiencia de Mendoza. Pero resulta, ejemplificó, que "los incentivos que ofrece la realidad de la distribución de los recursos de las provincias que ponen y no reciben nada y las que sacan sin producir nada, están planteados como para irse del país como provincia y no solo como lo perciben jóvenes que se van". Para sustentar en datos lo dicho empezó explicando por qué el modelo de la Formosa de Gildo Insfrán es el contrario al que la Argentina necesita y ubicó a la provincia que gobernó y volverá a gobernar en ese contexto, con la coparticipación como vara de medida.

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Cornejo se lamentó de que el análisis de estos temas no cuajen en la sociedad ni en los medios. Por ello, se disfrutó de un público que se apropió de la discusión, que resulta central para saber por qué el país tiene gobiernos tan desiguales y consecuencias en el mismo sentido sobre sus poblaciones, según la provincia de la que se trate.

El color del gato, o su eficacia ratonera

Frente al caso de Formosa y Catamarca, en donde se invierte más dinero en educación, sobresalen, explicaron los autores, Córdoba y CABA, que invierten menos pero consiguen mejores resultados en sus alumnos. "No importa discutir si el gato es blanco o negro", dijo, aludiendo a las discusiones sobre la espuma del tema que se da habitualmente y con mayor facilidad, "sino si el gato finalmente caza ratones", graficó para referirse a las evaluaciones sobre la eficacia de la política pública.

Cornejo y Aciar dieron cuenta de que Mendoza "no está tan perjudicada como otras provincias en materia de distribución de la coparticipación, pero finalmente el sistema es injusto". "Es una tarea política cambiar los incentivos que hoy están distorsionados", dejó latente. Y fue contundente al recordar que si bien la Ley de Coparticipación no se puede cambiar sin la aprobación unánime de las provincias, tampoco "hay que asustarse con la posibilidad de eliminarla (como propone Javier Milei) ya que hace 100 años no había legislación en ese sentido, las provincias recaudaban y usaban sus propios impuestos y el país recaudaba y usaba para gastos nacionales los producidos por el comercio exterior", dijo.

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Se lamentó de la tergiversación de la Ley de Coparticipación cuando "se han creado numerosos impuestos, sobre todo después de la pandemia, y sin que las provincias más pobres se quejen, el Estado nacional usa esos recursos sin coparticiparlas".

Sí, Mendoza podría vivir con sus recursos

Cornejo afirmó que hoy, al finalizar el gobierno de Rodolfo Suarez, se puede decir que con el aporte de su gobierno a la autosuficiencia energética, Mendoza sí podría hacer frente a sus salarios, los pocos planes sociales que tiene, la Universidad, hacerse cargo de las fuerzas federales que hoy la Nación envía y afrontar todos los gastos, con lo que recauda.

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Alfredo Aciar fue lacónico al respecto, al afirmar que "absolutamente sí: Mendoza podría sustentarse sola". Y agregó que sería "lo mismo en toda la franja central productiva del país, provincias que en general ponen más de lo que sacan". Reafirmó la idea de la mala interpretación de la Coparticipación, creada bajo el principio de la solidaridad de las provincias más desarrolladas para ativar a las que peor les va. "Pero esos a los que les va mal no hacen nada por cambiar sus realidades, reciben todo del resto de las provincias que sí se esfuerzan y es probable que un vecino que recibe una casa en Formosa ni se dé cuenta que fue financiada por los contribuyentes de otras provincias que no pueden tener la propia. En Mendoza estamos poniendo en una caja para no sacar nada", subrayó.

La internacionalización de Mendoza

El gobernador electo coló en el encuentro uno de los lineamientos de su segundo gobierno: la internacionalización de Mendoza. "Quiero internacionalizar Mendoza, pero el país nos tira para atrás. Nuestro ratio de deuda para tomar deuda es muy bueno, nuestros bonos cotizan mejor que los soberanos y que los otros de Argentina, pero eso nunca entra en la deliberación pública. Eso habla muy bien de Mendoza afuera del país. Podríamos obtener deuda para empreser gran obra pública, por ejemplo, pero estamos en un contexto de país que no podemos obviar".

Al conceptualizar sin "bravuconear" sobre el MendoExit, llamó a reflexionar sobre la potencialidad reprimida por el desinterés de la Nación hacia Mendoza, y la impotencia consecuente. Junto con Aciar remarcaron su reproche a los sectores que, aun siendo afines políticamente a Cambia Mendoza, su fuerza política, insisten con la queja de ampliar la matriz productiva, "cuando ya es una de las provincias con mayor variedad de producción en el país", recalcando algo que ya ha dicho Cornejo muchas veces: que no es verdad que a las provincias vecinas les vaya mejor dependiendo de la coyuntura particular de una sola actividad.

"La chatura del país nivela para abajo no sólo la deliberación pública sino las oportunidades para Mendoza", expuso Cornejo, y sostuvo algunos deseos, como que "las provincias deberían involucrarse más en la negociación de los tratados internacionales". 

Dio el ejemplo de una conversación bilateral con México, en la que propuso a Mendoza que le permita entrar a los autos fabricados allí y llevarse tanto vino "que los mendocinos deberían volverse abstemios", bromeó. Pero ratificó que el entramado legal ahoga cualquier posibilidad de negociación subnacional en materia de comercio exterior. "Tenemos una pata encima y no podemos salir. Si Mendoza no estuviera en Argentina, tendríamos la inflación de Chile", completó Aciar.

"Esta forma de apropiación de la riqueza que plantea la Coparticipación que sostiene este gobierno nacional no es funcional a un país productivo ni es federal. Aún con la Ley de Coparticipación, que en su tiempo buscaba distribuir riqueza, pero que no está cumpliendo su objetivo y cada vez el país es más unitario y depende más de la asignación nacional", dijo el gobernador electo y senador nacional.

"Nuestro modelo exportador es muy poco federal hasta para los que tienen commodities, porque no le sirve, por ejemplo, al gobernador de Santa Fe para tener mayor voz en el país. Es una tarea política cambiar los incentivos que hoy están distorsionados", analizó Cornejo.

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