La única osteoteca de Mendoza ya tiene un lugar para sistematizar su trabajo y formar estudiantes
Desde hace tiempo, el trabajo de especialistas es crucial para la práctica científica y forense. Aseguran que tener un espacio físico facilita y agiliza las tareas que llevan adelante, desde pericias hasta la formación de nuevos recursos humanos en la investigación antropológica.
La mayoría de las personas no sabe qué es una osteoteca. Para explicarlo de forma sencilla, se trata una colección sistematizada y documentada de restos óseos humanos, utilizada para la investigación científica y forense. Potenciar estas "bibliotecas de huesos" es clave; por eso, la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO), más específicamente la Facultad de Filosofía y Letras, dio un paso significativo al inaugurar un espacio físico propio para la primera osteoteca en la provincia de Mendoza.
Aunque la osteoteca ha estado en funcionamiento desde 2019, el hecho de tener un lugar propio ahora les permite a investigadoras e investigadores mejorar significativamente la calidad y coordinación de su trabajo. Ese que, más allá de estudiar y conservar el patrimonio biológico-cultural local, impulsa la investigación en antropología forense al resolver casos judiciales mediante la búsqueda, la recuperación y el análisis de restos humanos. De manera que el nuevo sitio facilita una colaboración más estrecha y efectiva del grupo, optimiza el proceso de realización en las pericias y, lo más importante, asegura un espacio físico para la formación de estudiantes y becarios.
La importancia de un laboratorio propio
La osteoteca es gestionada por Daniela Mansegosa y Sebastián Giannotti, ambos docentes de la cátedra de Bioarqueología de la UNCUYO y destacados investigadores del Conicet. Estos dos profesionales no solo transmiten la enseñanza de la osteología humana, sino que también juegan un papel crucial en la conservación del patrimonio biológico-cultural de la región. Además, crearon el Equipo Mendocino de Arqueología y Antropología Forense (Emaaf), que apoya investigaciones fundamentales para el sistema judicial en colaboración con el Ministerio Público Fiscal de Mendoza.
"El espacio físico, si bien nos lo otorgaron a fines del año pasado, lo empezamos a ocupar efectivamente a principios de este año. Este espacio propio nos permitió la realización de análisis, el acondicionamiento e inventariado de la osteoteca de una forma mucho más continua y rápida. De esta forma, logramos mantener un ritmo de trabajo constante y destinado exclusivamente al trabajo con restos óseos humanos, lo que también permite tener condiciones de seguridad y de higiene, tanto para los investigadores, becarios y estudiantes como para la colección en sí misma", afirmó Mansegosa a Unidiversidad.
Concretamente, el hecho de tener un espacio propio cambió mucho el trabajo que venían realizando. "En primer lugar, pudimos establecer un cronograma de trabajo para el día a día. Además, logramos un espacio para coordinar con estudiantes y recién graduados, donde cada uno tiene un horario que cumplir, un día específico y una tarea concreta; esto nos permite la formación extracurricular por fuera del plan de estudio, pero también una forma permanente y continua en el análisis específico de la osteoteca", explicó por su parte Giannotti.
Mantener la llama de la formación
La osteoteca de la provincia de Mendoza se convirtió en un pilar fundamental para la investigación científica y forense, pero también para la formación de nuevos recursos humanos orientados a la investigación antropológica. Ubicado en el tercer piso de la Facultad de Filosofía y Letras, este nuevo espacio busca marcar su compromiso con el ámbito académico y científico. Desde su creación en 2019 por la Cátedra de Bioarqueología, la osteoteca ha recibido importantes reconocimientos, incluyendo la declaración de interés forense por parte del Cuerpo Médico Forense y Criminalístico y la aprobación del Comité de Ética de Investigación Científica y Tecnológica del Conicet Mendoza.
"Considero que este proyecto es muy bueno para todos en general, pero particularmente por la importancia de la formación de nuevos recursos humanos. De esta forma, hemos podido coordinar un montón de líneas de investigación y brindarles el espacio a estudiantes y becarios. Así, logramos que surjan nuevos intereses en esas líneas de investigación", remarcó Mansegosa.
Giannotti, a su vez, aseguró que este proyecto es un buen ejemplo de cómo se articulan la investigación y la formación de nuevos recursos humanos, ya que, cuando se coordinan distintas líneas de investigación, también se está formando. "Estos resultados en la formación de nuevos recursos humanos nos permiten a nosotros dar pericias más eficientes, más eficaces y en el menor tiempo posible. Con esto, lo que estamos haciendo es darle a la fiscalía datos más concretos para resolver una causa o una investigación", explicó. La investigadora remarcó que los objetivos también apuntan a aprovechar los intereses y vocaciones que surjan durante la tarea de campo para darles a estudiantes y becarios el espacio necesario, los materiales y recursos, aunque sean básicos, e impulsarlos para que desarrollen sus líneas de investigación y progreso académico.
Tener especialistas en antropología forense en la UNCUYO
La relevancia de la osteoteca se refleja en sus seis proyectos de investigación, financiados por organismos nacionales, y en sus publicaciones en revistas internacionales de alto impacto. Además, ha desarrollado estándares metodológicos que aportan datos biológicos valiosos a un proyecto internacional en el que participan colegas de 16 países de América, Europa y Asia. Este intercambio académico y científico no solo enriquece la investigación global, sino que también sitúa a Mendoza en el mapa internacional de la bioarqueología y la osteología forense.
"Mendoza es la tercera jurisdicción en el país que cuenta con un cuerpo específico de antropólogos para el sistema judicial formal. En este sentido, son pocas las provincias que cuentan con un Ministerio Público Fiscal que dispone de antropólogos forenses propios y que no requiere convocar a una ONG externa. Además, esto permite involucrar a los antropólogos desde el día uno de la investigación", destacó Giannotti.
Por otro lado, el docente de la cátedra de Bioarqueología insistió en remarcar que estas líneas de investigación y formación son inéditas para la región de Cuyo y una de las pocas experiencias con estas características en el interior del país. En este caso, para Giannotti, es importante la vinculación entre los equipos de antropología forense, la Facultad de Filosofía y Letras y el sistema judicial, ya que le permite a la UNCUYO pertenecer a una de las pocas instituciones que cuentan no solo con un laboratorio propio, sino también con un programa de investigación y de formación en antropología forense.
La clave de trabajar junto con el Ministerio Público Fiscal
En 2018, la Facultad Filosofía y Letras de la UNCUYO firmó un convenio con el Ministerio Público Fiscal para poner a disposición de la Justicia provincial a un grupo de docentes-investigadores expertos en antropología, con el objetivo de colaborar en el relevamiento de los depósitos judiciales de causas antiguas, realizar capacitaciones y brindar servicios periciales.
"Este acuerdo arranca a partir del año 2018, cuando nos ponemos en contacto con el Ministerio Público Fiscal para empezar a fortalecer el área de antropología forense. A partir de entonces, surge la necesidad de generar una colección osteológica documentada de la población mendocina actual. Con este material, nosotros pudimos hacer varias investigaciones científicas aplicadas a una problemática concreta", señaló Mansegosa.
A raíz de este acuerdo, se creó el Equipo Mendocino de Arqueología y Antropología Forense (Emaaf), conformado por un grupo de docentes, graduados, graduadas y estudiantes enfocados en la investigación de problemáticas forenses locales, el desarrollo de nuevas metodologías de análisis y la colaboración como peritos del Cuerpo Médico Forense y Criminalístico (CMFyC). Para Giannotti, este acuerdo con la justicia mendocina fue fundamental, ya que hizo posible detectar, entre otras cuestiones, que el cuerpo médico forense carecía de un cuerpo de antropología forense; por ende, cuando la provincia requería este servicio, lo solicitaba generalmente a ONG externas. El acuerdo se complementa con la necesidad de fortalecer recursos y el capital humano propio de la provincia y, por último, el hecho de salir de miradas tradicionales de la arqueología, es decir, ya no centrada en el pasado, sino también en el presente.
Qué tareas desempeña el Emaaf para el Ministerio Público Fiscal
El Emaaf logró generar una línea de trabajo que articula un servicio pericial integrado por antropólogos locales del sistema científico y universitario público. Durante estos años, aportó al sistema judicial mendocino en más de 200 pericias y participó en 10 causas federales en las provincias de Mendoza, San Luis y San Juan. Asesoró al CMFyC en la gestión de cadáveres "NN" de personas asociadas con COVID-19; Realizó más de una decena de talleres de capacitación a personal médico, judicial y de las fuerzas de seguridad públicas; Ejecutó el relevamiento de restos óseos de causas judiciales pendientes resguardadas en los depósitos de todas las morgues de Mendoza; Firmó convenios de cooperación mutua con el Equipo Argentino de Antropología Forense y el Banco Nacional de Datos Genéticos, entre otras actividades.
La demanda del servicio pericial permitió que el Emaaf identificara problemáticas específicas de la práctica que orientaron las nuevas líneas de investigación desarrolladas con la incorporación de estudiantes. Se lograron así la primera tesis de grado de la carrera de Licenciatura en Arqueología (FFyL-UNCUYO) y una tesis de la Licenciatura en Seguridad Pública (IUSP-UNCUYO), el dictado de cursos de grado para estudiantes de la carrera y el otorgamiento de becas para proyectos de jóvenes estudiantes del equipo (Conicet, Consejo Interuniversitario Nacional).
Emilio Murgo para Unidiversidad