El dilema de Sergio Massa: tomar decisiones para el Massa ministro o para el Massa posible presidente

El ministro de Economía debe tomar medidas que podrían facilitarle la gestión, si fuera presidente, pero que lo perjudican en su frente interno. La columna de Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

El ministro está pasando horas complejas. Se acercan las PASO y se juega conseguir el mejor resultado posible. Para ello apuesta a su imagen y con un discurso vacía donde no hay promesas sobre la economía, solo descalificaciones a la oposición. Es razonable, no tiene nada que decir a su favor.


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Sergio Massa, además, tiene que lidiar con un dato de inflación que es muy alto, pero al ser menor al del mes pasado, intentan venderlo como un gran logro. Además, se quedó en descubierto en el Banco Central, usando plata ajena, y no consigue cerrar el acuerdo con el FMI. En este caso, se enfrenta a un dilema: si accede a los requerimientos del organismo, es posible que afecte su imagen ministerial, pero agradaría a los mercados, y podría darle buenas chances para llegara la presidencia. Si llega, deberá seguir negociando con el FMI y lo haría sobre una base más creíble. En este caso, tendría que devaluar el peso en el mercado para llegar con el dólar en el mercado oficial a $ 500 a fin de año.

Pero si opta por salvar su imagen interna, no ajusta más, emite un poco más de moneda y se banca alta inflación, podrá retener cierta imagen, pero no llegaría a la presidencia. Con esto no podría negociar con el organismo y lo justificaría con un discurso nacionalista, de la defensa de la soberanía, que agradaría a la izquierda y le daría el gusto a Cristina, aunque pelearía con la imagen la de expresidenta. Su ganancia sería ganar el liderazgo de peronismo en vista de 2027.

Como se ve, el problema de ministro es notable. Si hace lo que debe, debería pagar altos costos políticos internos, pero prepararía el campo para el próximo presidente, aunque no necesariamente sería él. Si adopta la posición contraria, que tanto quiere Cristina y toda la izquierda quizás podría pelear un lugar en la segunda vuelta con el apoyo de toda ese sector.

En el medio de estas especulaciones electorales, el Banco Central decidió mantener las tasas en un nivel elevado de 97% anual, o sea, un 8% mensual, lo que aparece muy atractiva ante una inflación del 6%. Además, este mes aceleró la suba del precio del dólar oficial, que marcha a un ritmo del 7% mensual, lo que ayudaría a recomponer algo de la competitividad perdida. La autoridad monetaria se mantiene muy prudente porque es consciente de la cantidad de moneda emitida y su capacidad potencial de producir un gran daño en caso de que se lo deje sin controlar.

La disparada del dólar

 

Esta semana el dólar blue cerró a $522 y avanzó en las últimas 6 jornadas $33, mientras desde el comienzo del año avanzó $174 (50,33%) luego de haber cerrado en diciembre de 2022 a $346 por unidad y muchos se sorprendieron, pero no deberían hacerlo. Si los bienes y servicios aumentan por la inflación, por qué no podría aumentar el dólar, que una mercancía más en el mercado. En definitiva, el dólar se había quedado quieto por muchas intervenciones del BCRA, pero este se quedó sin reservas para intervenir, y con el valor actual iguala la inflación acumulada en el primer semestre.  

El dólar blue sigue subiendo y ya se vende a $522

Por ahora, los operadores están tomando posición ante cualquier sorpresa en las próximas PASO, pero la mayor expectativa está puesta en el acuerdo con el FMI, que se sigue demorando. Mientras se discuten las exigencias del organismo y las posiciones del gobierno argentino, Massa aprovecha y dice que "algún funcionario del Fondo" le dijo que "algunos economistas de la oposición" llamaron al organismo a pedir que no le den más dólares al gobierno argentino. Una acusación grave lanzada llena de vaguedades y con el solo objeto de conseguir alguna ventaja electoral.

El mercado sigue muy sensible a cualquier noticia. Si habla acerca de la postergación de un viaje, eso hace que los ánimos se caigan. Todos saben lo duro que sería no tener los dólares del FMI ya que eso obligaría a devaluar o a caer en default, nuevamente, mientras se sigue emitiendo grandes cantidades de dinero que terminarán disparando una hiperinflación. Hasta este punto nos ha traído este gobierno, diciendo que lo hace por la felicidad del pueblo. De todos modos, hay que considerar que el mercado apuesta a un cambio de signo político en el gobierno y con ello a una mayor flexibilidad cambiaria. Nadie sabe de qué magnitud sería la devaluación, pero están seguros de que llegará y, por eso, también toman posiciones

Por esta razón es que el BCRA mantuvo las tasas en el mismo nivel. Aunque están casi dos puntos nominales por encima de la inflación, prefieren dejarlo como atractivo para los inversores y que no se vayan al dólar. Todos saben los riesgos que hay y por tanto intentan frenar cualquier intento de volatilidad. En definitiva, es el "Plan llegar" o también llamado "Vamos viendo" en toda su dimensión, que después de las PASO tendrá otra versión.

Sobran pesos y cae la actividad económica

El Gobierno sigue emitiendo bonos del Tesoro para financiar el gasto y el déficit y la mayoría son comprados por el Banco Central. La sorpresa, en la última emisión de bonos, fue que la mayoría de los inversores se inclinó por los bonos largos (a un año) ajustables por CER, o sea, por inflación. Todo esperan que la inflación siga alta hasta fin de año, pero la previsión es que el próximo gobierno, con los ajustes que tendrá que hacer, debería soportar una inflación igual o mayor en 2024. Mientras, la actividad económica, en general, va cayendo, aunque algunos sectores muestren leves mejoras.

En realidad, la emisión de pesos es lo que también motiva a los inversores a posicionarse en dólares porque suponen que, por más absorciones que haga el BCRA, siempre va quedando un remanente en el mercado, junto con los monstruosos intereses que se pagan por esos bonos. En 2023 la emisión para financiar al Tesoro llegó a $1,7 billón. Con estos valores se superan ampliamente las metas monetarias acordadas con el FMI y, además, está cerca de chocar con las restricciones que establece la Carta Orgánica del Banco Central. Según el artículo 20 de la normativa del BCRA, se podrán hacer Adelantos Transitorios al Tesoro hasta una cantidad equivalente al 12% de la base monetaria (hoy en $5,9 billones).  

Bodegueros reclaman un dólar más competitivo

La situación fiscal es alarmante. Ya no basta decir que fallaron las retenciones por la sequía, porque en parte, la pérdida de cosecha se compensó con precios récord. No ha bastado con diluir un 12% las jubilaciones en el primer semestre contra la inflación, más un 22% que hicieron el año 2022. Hay diversos gastos que no se tocan, como las jubilaciones de privilegio, los gastos de la política y la elevada ineficiencia e improductividad del sector público. Lamentablemente, tenemos un Estado que no sirve, porque no brinda servicios de calidad y porque la ineptitud de los funcionarios solo genera trabas a las inversiones y la creación de puestos genuinos de trabajo y de riquezas.

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