Entre motosierras y guillotinas
Javier Milei va contra el Estado criminal y los funcionarios que osan perjudicar el proyecto.
El presidente argentino, Javier Milei, se encuentra realizando una de las trasformaciones más importante de las últimas décadas tanto en lo económico, cultural y porque no, en el manejo político. El líder de la Libertad Avanza desprecia la cosa pública, está convencido que el Estado es una organización criminal que lo único que hace es impedir el desarrollo persona de los ciudadanos. En ese contexto, Milei no duda en utilizar la sierra mecánica para lograr un estado chico donde no se pueda inmiscuir en la vida de las personas.
La motosierra es una bandera de campaña y por supuesto, el libertario no piensa abandonarla en lo que resta de su mandato. Pero a este artefacto imaginario contra el Estado "criminal" ahora aparece uno nuevo que no estaba en campaña y por lo que se ve, alcanza directo a la tropa propia, sea eficiente, ineficiente, amigo o familiar.
La guillotina, el arma de Karina Milei "La Jefe" hermana del presidente y parte del tridente de hierro, se posiciona como la herramienta para desterrar al que osa salirse de la raya. El corta cabezas antifuncionario hablador, ya hizo eyectar de sus sillas a 119 burócratas de primeras y segundas líneas. Los casos más actuales son el titular de la ANSES, Mariano de los Heros, y la embajadora en la ONU, Sonia Cavallo. La salida de estos funcionarios demostró que las personas que no se encaminan dentro de las fuerzas del cielo, son proclive a ser desterrados sin ningún tipo de piedad.
Ahora bien, esta forma de gestionar abre un debate sobre la idoneidad en los máximos cargos nacionales. Una de las premisas del presidente Milei fue el no incluir "ñoquis" dentro del gobierno una especie del "mejor equipo de todos los tiempos" que acuño el expresidente Mauricio Macri. Si observamos con atención notamos que las personas del Ejecutivo no son eyectadas de las oficinas por sus capacidades sino por lo que hacen en contra del proyecto presidencial. Pareciera que estamos en momentos donde la lealtad le gana a la capacidad y eso suena mucho a casta.
Otro punto no menor de los guillotinazos del clan Milei es que comienzan a hacer ruido en tropa propia y ajena. Como tiburón que huele sangre, la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner salió a decir lo que muchos funcionarios ya están pensando.
Por supuesto no hablamos sobre la economía y las jubilaciones de privilegio, el político de la Libertad Avanza se ve en la encrucijada de ser más papista que el Papa y terminar en el ostracismo. El ir a fondo con hacer estallar el estado y quedar en el camino por no hacerlo en el momento indicado.
Los integrantes de las fuerzas que acompañan al ejecutivo miran con mucha preocupación estos movimientos. Recordemos que la gran mayoría de los cargos nacionales fueron repartidos entre los que responden a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, parte del peronismo dialoguista (el caso de Francos y Scioli) como también algunos radicales y massistas que acompañan de la primera hora la gestión.
Esto hace suponer que se viene un reacomodamiento en la gestión para los próximos dos años. Se vislumbra un gobierno de paladar negro donde los verdaderos libertarios sean los que queden. Solo esperemos que estos movimientos no terminen afectando la gestión pues la casta esta activa y no va a perdonar.