El tal Márquez frente a Vargas Llosa: el ultraestupidismo de un chupamedias de Milei
Nicolás Márquez dice ser "amigo" del Presidente. Y su biógrafo. Desde su chiquitez humana quiso humillar nada menos que Mario Vargas Llosa el mismísimo día de su muerte.
Muy poca gente sabe quién es Nicolás Márquez. Su mención se reduce a un círculo pequeño, de gente informada sobre puteríos: acostumbra a hablar mal de quienes considera enemigos en una guerra que desarrolla en su cabeza junto a otros personajes con los que se interconecta cual adolescente subsumido por la seducción de la playstation: la "batalla cultural".
Sin embargo, se lo puede mencionar ahora y alguien más pasará a conocerlo, por su despedida estúpida a Mario Vargas Llosa -como tantas cosas que postea y con las que busca desmoralizar en lugar de aportar argumentos de debate- innecesaria y en el mismísimo día de su muerte.
No abundaremos aquí en dimensionar la estatura de uno y otro: es evidente el abismo que separa al genial autor peruano español del escriba que parece solo buscar que Milei lo considere su amigo.
Uno puede disentir con el pensamiento político liberal de Vargas Llosa pero no desconocer su monumentalidad literaria, como con tantos otros, como podría ocurrir con el izquierdista Gabriel Garcia Márquez, o el anarquista Jorge Luis Borges, por citar solo algunos ejemplos.
Lo hizo, por caso, Martín Caparrós cuando critico recientemente una portada del diario monárquico español ABC que consideró a Vargas Llosa como un luchador contra tiranías que el autor argentino no considera que sean tales, pero valoró su obra literaria.
Pero lo de Márquez es deleznable y probablemente él quiere ser visto así, porque no parece haber mérito en su prédica constante. Posteó: "Murió Vargas Llosa: jamás pudo superar el resentimiento de que Fujimori le ganara la elección presidencial en Perú".
Hasta el momento en que esta nota se escribía, consiguió 665 comentarios, 248 mil visualizaciones y un categórico repudio a su estupidismo militante, con el que no construye nada.
Darío Lopérfido le dijo: "Tu nivel de idiotez debería preocuparte, Nicolás. Cariños". Y con eso ya se puede visualizar cabalmente por dónde seguía la pelea, porque debate no es.
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En definitiva, si esta es la calidad del staff "intelectual" que acompaña el proyecto de Javier Milei, terminaremos por extrañar a los delirantes de "Carta Abierta", adoradores de la libreta de racionamiento (para otros, no para ellos) de los países sin libertad ni democracia.
Una verdadera contradicción, un retroceso, una invitación a la involución, a pedalear en el barro.