El expolicía Ochoa preso, "el Chocobar mendocino": una de sus hijas cuenta el calvario que vive la familia

Myrna, una de las hijas del expolicía preso Santiago Ochoa, contó cómo vive su padre en la cárcel y cómo la familia atraviesa estos momentos difíciles: "Me han ayudado mucho en este camino mis hijos", contó.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

El viernes pasado se presentó el libro "Justicia injusta" del expolicía Santiago Ochoa, quien se encuentra preso tras haber matado a un delincuente. Una de sus hijas, Myrna, habló con "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, y contó cómo es la vida de su padre tras las rejas y la de la familia que lo espera afuera.

"La verdad que es muy difícil, ha pasado mucho tiempo y como familia la verdad que lo hemos podido sobrellevar. Un dato no menor es que por ahí hemos recibido más ayuda emocional de parte de él, nosotros acá afuera, que por ahí nosotros el apoyo con él. La verdad que es una persona que todo el tiempo está, gracias a libros que se ha puesto a leer, cuando tenía la posibilidad de tener el celular muchos vídeos de YouTube de autoayuda, está todo el tiempo motivado, todo el tiempo reinventando, todo el tiempo viendo qué hacer, no se queda quieto, su cabeza no para. Por suerte le ha servido y le ayuda a motivarse eso: todos los días hace algo, siempre actividades, más allá que trabaja todas las mañanas, entonces como que todo el tiempo le va encontrando la vuelta", contó Myrna.

La hija del exoficial contó que han intentado tener contacto con Patricia Bullrich, pero aún no han obtenido resultado: "Seguimos intentando la comunicación con ella. Respecto a los abogados, la verdad es que han estado haciendo los recursos a la Nación, pero en dos oportunidades han sido rechazados. Estamos ahora en instancias de seguir insistiendo, a ver cómo podemos seguir. La verdad que también todo esto implica dinero que por ahí realmente no lo tenemos".

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Sobre su padre, Myrna contó que estaba haciendo terapia con la psicóloga pero no pudo continuarla porque le quitaron el celular según las normas: "Trabaja todas las mañanas, ahora está haciendo un curso de herrería. Como decía, todo el tiempo va haciendo, no se queda quieto, se mete en todos los cursos que sea posible, tiene que estudiar, tiene que rendir, entonces se va motivando y aprendiendo con tareas que le van brindando desde allá adentro. Los fines de semana, sinceramente se le hace un poco más pesado, las horas no se le pasan tan rápido porque no tiene nada para hacer. Entonces ahí es como que cuesta y baja un poquito, pero luego en la semana comienza".

Myrna comentó que pueden visitar a su padre los días lunes, en los horarios de visita: "Está en el módulo 6B de San Felipe, de 8 a 14, ese es el horario. Es un poco más reducido porque al entrar, no es que uno entra directamente, sino que entra, espera a completar la documentación, luego tenés la parte donde te requisan, como todas las semanas se le lleva comida, los artículos de limpieza. Todo eso es revisado, requisado, nosotras, todo eso te lleva un tiempito y después pasás a otro sector donde otra vez revisan la documentación y luego vas hasta el lugar".

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Sobre la familia, Myrna le dio mucho valor al rol de sus hijos para poder sobrellevar la situación: "A mí sinceramente me han ayudado mucho en este camino mis hijos, han sido una salvación muy grande emocionalmente. La más grande estuvo dos años y medio con él y la verdad que los estuvo y los vivió bastante, ella por ahí lo sintió un poquito más. Con Brunela y Álvaro lo íbamos a visitar, yo iba embarazada, lo visitamos porque en ese momento antes de la pandemia, podían entrar cinco personas y los niños no contaban. Sus nietos podían pasar siempre y cuando vaya el papá y la mamá, no había problema. Después de la pandemia ya no, así que a los nietos ya no los ve muy seguido".

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Además, Myrna señaló que el hecho de que no tenga más acceso al celular fue un duro golpe, ya que era la manera de poder sostener una comunicación más fluída: "Así no se perdía momentos y para nosotros acá afuera también se nos hacía fácil porque con esta empresa de seguridad que él maneja, que él tiene, todo el tiempo estaba también en actividad, lo hacíamos partícipe. Entonces como que la comunicación nos ayudaba a todos a no darnos cuenta que algo físico acá faltaba e igual podíamos ir llevando el día. Así ya otra vez como que se nota y está todo el tiempo en nuestra cabeza presente, de que algo falta, de que no sabemos cómo está, esa incertidumbre que teníamos desde un principio. A nosotros la pandemia, al revés lo que le ha pasado a la mayoría y tomado con pinzas lo que voy a decir, fue como un alivio cuando les permitían tener el celular para poder hablar porque sucedió todo esto que él hacía, que aprovechó y que podía hacer con el celular".

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Finalmente, la hija de Santiago Ochoa señaló que la idea de la presentación del libro fue un poco la de movilizar a las personas que lo apoyan: "No era una cuestión política, más allá de que era un sueño para él, es también un poquito haber llegado, comentarle a la sociedad y ponerla en conocimiento de que nadie está exento de que puedan pasar estas cosas. Hay que conocer y ver cómo se vive desde el otro lado, como familia. Gracias a Dios hubo mucha gente acompañándonos y hemos recibido mensajes re lindos, re motivadores. Mucha gente se fue pensando, muchos de los mensajes dicen ‘nos fuimos pensando tanto, uno las ve que van y vienen, casi normalizada la situación'. En realidad no, no hemos podido y no pasa. Uno tiene que continuar porque la vida sigue, las cosas de cada una, hay que seguir viviendo. Pero sí tenemos un ancla que nos está frenando todo el tiempo. Como se puede continuamos, pero no queremos normalizar la situación porque realmente no es así.".

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