El día en que Jaliff anunció sorpresivamente que se retiraría de la política

Recordamos aquí la entrevista carpool que mantuvo Juan Carlos Jaliff con Memo y que fue publicada el 26 de enero de 2020. Este martes Jaliff presidirá por última vez una sesión del Senado. Volverá al llano, como lo contó en aquella oportunidad. Un repaso por el tramo en el que recorrió su trayectoria y las ofertas que recibió. El video completo.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

Juan Carlos Jaliff termina su vida en la política activa, aunque jamás se irá de la política. Es uno de los mendocinos que más sabe de gestión pública pero, por sobre todo, del armazón que hace posible sostenerla en pie: el entramado legal, sus interpretaciones, el espíritu con el que se sancionaron las normas.

Se ha dicho que es uno de los "fundamentales" de la política. En enero de 2020, hace más de dos años, le anticipó a Memo en una entrevista carpool (que aquí reproducimos en video íntegro, y parcialmente en texto) que se retiraría cuando terminara su mandato. Ese día es hoy.

Presidirá como vicegobernador interino la última sesión en la que estará presente y posiblemente haya homenajes y despedidas. Pero el "problema" estará el martes que viene, cuando no esté Jaliff, un Google viviente de la política, al servicio de propios y ajenos a la hora de las consultas, pero con claridad en torno a qué sector pertenece a la hora de las batallas.

En las últimas elecciones esperó a ver si le ofrecían ir en alguna candidatura, para ver si se le movía la tentación, pero no sucedió. Le dieron crédito a su anuncio. Sin embargo, consultado por Memo, el vicegobernador admitió en aquel momento que lo necesitaría a su lado y que, probablemente, lo convoque aun después de su retiro como asesor. 

Juan Carlos Jaliff: "Me faltó ser lo que más me hubiese gustado, gobernador"

Jaliff es testigo de todo el período de la democracia que se recuperó en 1983 y mantener esta charla dando vueltas por el parque San Martín, para continuarla ya con el auto frenado en la puerta de su casa en la Quinta Sección, fue un placer. Pudo no terminar por horas, pero había que hacerlo.

Ojalá ahora Jaliff tenga tiempo para escribir y contar cosas que nos falta saber o que olvidamos demasiado rápido.

Repasemos parte de aquella charla y al final de esta nota, escuchá cuando tengás tiempo el video completo.

Todas las veces de la polémica, al frente del Senado

- Le ha tocado el rol particular de que cuando se decide avanzar con minería en la época de Julio Cobos usted era el vicegobernador. Luego, entre gallos y medianoche se decide tratar lo que fue la ley 7722 y estaba usted. Y ahora, nuevamente.

- En las dos leyes, en la sanción de la 7722 y en su modificación, yo presidí la sesión.

- ¿Y en la derogación de la modificación?

- Fui el miembro informante por el Senado.

- ¡Estuvo siempre!

- Realmente el destino político, la vida, me llevó a esa situación que no hubiera pensado que sucedería así en esos momentos. Estas son las circunstancias por las que tiene que atravesar uno.

El retiro y los "cargos eternos" que rechazó

- Le ha tocado defender a los oficialismos en diferentes gobiernos y ya creo que hasta tiene un método. Ha pasado a ser una especie de legislador raro, porque todo aquel que dice que hay que renovar la política, en su caso se niega a que se jubile, porque es una pieza clave. Sabe cómo destrabar conflictos y cómo avanzar. ¿Cómo ve su propio futuro?

- Yo tengo dos años más en la Legislatura. Supongo que ya se acerca a su fin mi carrera política. Aunque a la política uno nunca la deja... Pero así, en esta función de legislador creo que llega a su fin. Me siento bien, intelectual y físicamente, gracias a Dios, pero bueno, todo tiene su fin.

- ¿Se imagina no estar opinando?

- Opinar, voy a seguir opinando aunque no tenga ningún cargo, eso está en el ADN de uno. De hecho, por eso yo he dejado -y no vamos a andar dando detalles- ofrecimientos de cargos muy importantes que he rechazado y que eran de por vida, por la decisión de seguir haciendo política.

- ¿Le ofrecieron ir a la Corte?

- ... Bueno... se habló... pero lo de la Corte no quiero hacer referencia... Uno de los cargos que me ofrecieron en su momento, cuando no estaba el Consejo de la Magistratura, fue ser camarista federal en Mendoza. Lo rechacé porque quería seguir haciendo política. Estamos hablando de los años '92, '93. Pensaban crear una nueva Cámara. Lo rechacé. Y he rechazado otros de los que no quiero dar detalles para no involucrar a las partes o a las personas que estaban relacionadas con eso. Me gusta esto. Lo hago con pasión, con amor. Con una ventaja a esta altura de mi vieja que es la paciencia y la prudencia que dan los años.

- Y la experiencia...

- ... La experiencia. Todo eso conlleva a que uno pueda llevar algunas conversaciones, algunas discusiones para conseguir algunos acuerdos de un modo distinto a como lo hubiera llevado hace mucho tiempo. Siempre digo que si en tantos años no hubiera aprendido es porque sería un bruto, directamente. Creo que estoy satisfecho por eso.

A lo largo de diez gobiernos

- Le ha tocado vivir a veces con más o con menos protagonismo, toda la nueva etapa democrática, desde el gobierno de Llaver y Genoud en adelante.

- Sí, yo fui director del Instituto Provincial de la Vivienda en el gobierno de Felipe. Trabajé con los cinco gobernadores (radicales).

- ¿Y cómo vio la evolución? ¿Todos muy distintos, no?

- Muy bien. Sí, distintas características. Felipe era un hombre que conocía profundamente los problemas de Mendoza, especialmente la vitivinicultura.

- Fue el primero que se enfrentó al sector.

- ¡Claro! Porque él decía -y estamos hablando de los años '82 y '83- que no había excedente de uva, sino excedente de agua. Quiero recordar que les echaban agua a los camiones tanque porque no se fraccionaba en Mendoza. ¡Se adulteraba el vino!

- Y bajaba el precio.

- La verdad era que transformaban el agua en vino. A eso se refería. Después ya hubo otras circunstancias que perjudicaron mucho a la vitivinicultura de Mendoza como fue la baja del consumo, al aparecer otras bebidas alcohólicas como la cerveza, que o fue sustituyendo o fue cambiando el gusto. Pero por otro lado, también la industria hizo un gran trabajo y puso al vino de Mendoza en el mundo con un gran prestigio.

- Pero cuénteme de los gobernadores. De los cinco radicales.

- Y cinco peronistas. Son cinco y cinco. Con Felipe, ser director del IPV no era estar involucrado directamente en el gobierno, pero sí lo estaba porque integraba un sector interno importante en ese momento, que es el que lideraba (José) Genoud. Felipe era un hombre de tremendas convicciones y, además, en ese momento hablaba de una pelea entre Llaver y Genoud que no era tal.

- Siempre se habló de eso, ¿no?

- Siempre. Y es un mito, porque Felipe termina arreglando con Genoud quién iba a sucederlo a él, que era (Raúl) Baglini, de Causa Nacional. Así que tan peleados no estaban. Después estuvimos doce años en el ostracismo, pero en el centro del ring. Eso es muy importante. Mucho ayudó para ello un partido muy organizado, (Víctor) Fayad fue una figura, aunque todos saben que tuve grandes diferencias con él, pero debo reconocer que fue hombre que mantuvo al radicalismo en el ring a pesar de perder todas las elecciones. Y apareció Roberto Iglesias, a quien le toco bailar con una muy fea.

Cómo Iglesias terminó siendo candidato y gobernador

- Recordemos que Iglesias suplantó la candidatura a gobernador a la que renunció Genoud.

- Renuncia Genoud, que había sido elegido por el partido como candidato a gobernador. Hubo elecciones internas y hubo una sola lista. Después renuncia. Yo era presidente del partido.

- ¿Fue complicado eso?

- Fue uno de los momentos políticos más difíciles de mi vida, porque me quedé con un partido del que era presidente y sin candidato a gobernador. Así que fui a verlo a Roberto (Iglesias) que era intendente y al que nosotros mismos, como sector interno, lo habíamos condicionado para que no fuera candidato a gobernador... Le tuvimos que pedir que fuera...

- ¿Fue una oferta directa esa, no? ¿O hubo consultas?

- Fue directa. No, no hubo consultas. Yo fui y me senté con él como presidente del partido y le dije: "Roberto, tenés que ser el candidato a gobernador". Primero pensé que me iba a sacar... Primero no dijo nada; después planteó que "veamos", "charlemos". Y después tuvo otro gran gesto que es acordar con todo el partido. Él podría haber dicho: "Sí, soy el candidato a gobernador pero las listas las armo yo". Y no. Él sabía que para ganar necesitaba a todo el partido. Tuvo una visión política. Después, me tocó ser candidato a gobernador del sector contra Cobos. Una semana después de que los dos habíamos lanzado la candidatura me ofreció ser su vice y bueno, lo charlé con los amigos, acepté e integré la fórmula.

- ¿De estar enfrentados después terminaron siendo bastante amigos?

- ¡Muy amigos! Somos grandes amigos. Julio es uno de los grandes amigos que me dio la política, claramente. Allí es cuando trabajamos como equipo. La verdad es que el trabajo que hicimos con Julio fue muy bueno. Debo reconocer que él me dio el lugar.

- Bueno, él no tenía experiencia política.

- Es allí cuando ya empieza a tallar Cornejo, como ministro de Gobierno, como armador y después terminamos armando lo que se llamó "cobismo" con expresiones de los distintos sectores internos. Un sector de Causa Nacional liderado por mí se sumó, al igual que un sector de Renovación y Cambo armamos la Convergencia. Y después armamos otro partido. Todo terminó como terminó... Después en el 2011 yo fui candidato a vicegobernador con Iglesias.

- ¿Cómo fue?

- Yo había dicho que iba a ser vicegobernador de algún exgobernador y los únicos dos exgobernadores que había eran Iglesias y Cobos. Los dos se juntaron en mi casa y Roberto dice: "¿Vos querés ser gobernador, Julio". "no, no", contestó Cobos. Entonces arreglamos la fórmula. Alfredo también quería ser candidato pero lo entendió. Le vino muy bien. Esperó un turno. Terminó de completar esa gran gestión que hizo en Godoy Cruz y que lo catapultó a la candidatura a gobernador.

- De los cinco radicales: no le voy a pedir que elija al "mejor", porque lo pondría en un compromiso y no me respondería. Pero, ¿con cuál tuvo que trabajar más?

- ¡Es que trabajé con todos! Con Iglesias, fui su ministro de gobierno los cuatro años. Con Cobos fui su vicegobernador durante cuatro años. Y con Cornejo, fui su presidente provisional del Senado durante cuatro años y trabajamos muchísimo en el tema legislativo. Las propuestas de Cornejo como Poder Ejecutivo dieron vuelta el Derecho.

- Fueron 26 las reformas a la Justicia.

- ¡Yo siempre decía que la mayor reforma de la Justicia en Mendoza la hizo un licenciado en Ciencias Políticas y no un abogado!

- Fue una reforma por goteo, porque si la querían hacer de golpe, no salía.

- Fue haciéndose de a poco porque había que implementarla de a poco. Ahora con Rody recién empezamos. Hemos tenido charlas y en este tan poco tiempo hemos hablado de las dos cosas más importantes que fueron la decisión de la Ley Impositiva y la de Avalúo, que se iban a dejar para más adelante junto al presupuesto, pero tomamos la decisión de avanzar. Y ahora me quedan dos años para trabajar con Rody.

- ¿Cómo ha sido trabajar con todos esos gobernadores?

- Todos han tenido personalidad distinta. En eso también e han ayudado los años y la experiencia. Cuando fui ministro de Gobierno de Iglesias, ¡fue el 2001! ¡Fue tremendo!

- Y fue uno de los pocos gobernadores que no cayó, mientras en todas las provincias iban cayendo.

- Y, recordemos cómo lo voltearon a (Alfredo) Avelín en San Juan. Acá venían por Iglesias. Pero hubo una ventaja: el radicalismo, todo, estuvo detrás del gobernador, tanto Genoud como Fayad.

- Y me parece que hubo lealtad de los partidos que integraban la Alianza, sobre todo con Juan González Gaviola que era el vicegobernador.

- Sí. Debo reconocer que tuvieron alguna diferencia, pero nunca perjudicó al Gobierno. Se fue un tiempo antes porque fue designado funcionario del gobierno de (Néstor) Kirchner.

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