El difícil momento que atraviesa Conin: el pedido de Abel Albino a la sociedad mendocina
El fundador de Conin Abel Albino comentó que están atravesando dificultades económicas y es necesario que la sociedad colabore para seguir sosteniendo la estructura de la fundación.
La situación de Conin es compleja: debido al aumento de los costos, la fundación atraviesa problemas económicos que no le permiten, entre otras cosas, abonar salarios. En diálogo con Gabriel Conte en "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, el fundador y presidente de Conin Abel Albino habló acerca de la situación e hizo un llamado a la sociedad mendocina.
"El problema es de todos y la solución está entre todos. Ninguno de los actores individualmente puede: el gobierno solo no puede, la ONG sola tampoco, la sociedad sola menos, pero todos juntos podemos cualquier cosa. Los gobiernos, junto con las organizaciones no gubernamentales, las escuelas, los colegios, las universidades, las empresas, las iglesias, todos juntos como hermanos que somos, tratando de sacar al país adelante", señaló Albino.
En referencia a los problemas económicos, el referente explicó que no se han actualizado los montos de colaboración: "¿Cuánto costaba una pizza hace dos años y cuánto cuesta una pizza ahora? Es sorprendente ¿Cuánto cuesta lustrarse los zapatos hoy? Todo se ha ido un poco a las nubes y los ingresos no se actualizan en la medida que deberían, o que habría la posibilidad de hacerlo, entonces queda uno descalzado. Hay que volver nuevamente a señalar la necesidad que es permanente, no es esporádicamente me voy a hacer cargo de esto, es permanente".
Sobre las formas de colaboración, Albino explicó que hay diferentes empresas, particulares e instituciones que son parte de la Asociación de Amigos: "Permanentemente nos van aportando, nos van dando. Así construimos los edificios, así equipamos el hospital, hicimos el hospital nuevo que es una maravilla, es un orgullo. Yo diría que también sirva esta oportunidad, no solamente para comunicarnos y pedir apoyo a la gente, sino para que vean lo que hicimos, vayan y conozcan el hospital, siempre serán invitados míos todos los que quieran ir a conocerlo aunque yo no esté. Van a quedar gratamente impresionados de lo que hacemos, de lo que van a ver, de los chicos que atendemos y de los testimonios de las familias".
Además, señaló que este espacio queda muy cerca del aeropuerto y se ha replicado nacional e internacionalmente: "Tenemos en Lisandro Moyano y Dorrego de Las Heras el centro de prevención que es único en el mundo, ese modelo es nuestro y lo hemos replicado 114 veces en la República Argentina y 13 veces en el extranjero. Lo trajimos a Monckeberg, que es nuestro vicepresidente y nuestro orgullo, él es 100 veces más que yo. Es el padre del milagro chileno".
Sobre las cifras que reflejan el crecimiento de la mortalidad infantil, Albino marcó la importancia de sostener los controles: "En las crisis la gente se afloja mucho en cuanto a controles. No se puede cortar una flor sin que parpadee una estrella, todo está interrelacionado. Entonces, sobrevino una etapa de crisis y tenemos que estar más alertas que nunca porque hacen falta los controles: si hay control, la otitis no termina en meningitis, la bronquitis no termina en neumonía y la diarrea no termina en una gastroenterocolitis infecciosa. Entonces, vamos parando las enfermedades. ¿Es mejor tener una baranda en un precipicio o un hospital abajo? Es mejor tener una baranda. Y la baranda es el control periódico, la baranda es la atención individual a cada chico, pesarlo, medirlo. Ahí uno detecta cosas, se da cuenta de situaciones, ve que va ingresando en un cuadro que se está prolongando, infeccioso, bacteriano, viral, micótico, lo que sea, entonces le ponemos un parate".
Además, comentó que la Fundación Conin tenía un vehículo de 17 asientos donado por Mario Goldstein, el cual ya no pueden utilizar: "Con eso íbamos, buscábamos a los chicos y los traíamos. Cuando nos dijeron ‘tiene más de 10 años ya esta camioneta, no pueden usarla más'. Al decirlo que ya no podíamos usar esa camioneta porque era vieja, para transportar gente, dejamos de ir a buscar los chicos y cuando uno deja de ir a buscar los chicos no vienen porque en la pobreza extrema no tienen plata para pagar dos micros, ni tienen la empleada que se quede cuidando los chicos mientras la mamá va con uno de ellos. Entonces se rompe ese circuito que ya estaba hecho y al romperse ese circuito no tenemos control: si no hay controles hay desmadres".
Finalmente, puso como ejemplo una persona manejando por la ruta y recalcó la importancia de la atención en los dos extremos de la vida: "Usted tiene que ir manejando y permanentemente mirando la ruta: si se cruza alguien, si hay algún pozo, un perro, un niño, una pelota que cruza. Uno tiene que estar atento y corrigiendo el volante permanentemente para no irse. Lo mismo pasa en salud: tenemos que estar permanentemente controlando en la etapa vulnerable, que es la de recién nacido, que es la etapa más vulnerable de la vida porque no tiene defensas ese chico; y en la vejez, en la ancianidad, porque ya se las gastó la defensa. Son las dos puntas vulnerables de la existencia del ser humano", concluyó.