Navidad en la playa y en pleno invierno: ¿buen tiempo y mal clima en Barcelona?

Temperaturas altas no registradas desde hace 108 años sorprendieron, abrieron discusiones y animaron a meterse al Mediterráneo en plena Navidad.

La Navidad fue diferente en Barcelona. Y no solo porque la guerra en Europa, con la invasión rusa a Ucrania copa los comentarios, sobre todo, por un bombardeo en plena Nochebuena y por los precios "que se han ido por las nubes", según comenta una señora mirando sin acercarse la góndola de las carnes en el supermercado Mercadona.

Es que mucha gente acudió a la orilla del mar Mediterráneo. Primero, tímidamente. De a poco, animándose. Hasta que muchos, directamente, se metieron al agua. Es pleno invierno y la zona registró la temperatura más alta desde 1914. Fueron 22,7 grados este domingo de Navidad según el Servei Meterológic de Catalunya (SMC). Los medios avisaron que "el anterior récord era de 20,6°C, que se registró hace siete años, concretamente el 16 de diciembre de 2015". Es decir, prácticamente se repitió una escena de hace 7 años, con una festividad que se volvió playera.

Parece poco y tal vez es la misma temperatura que dio una Navidad fresca en Mendoza. Sin embargo, representa todo lo contrario para esta zona.

Cataluña es grande y no solo Barcelona vivió una temperatura anormal. El sábado hasta once de las 153 estaciones meteorológicas que tiene distribuidas el SMC a lo largo y ancho de la región habían registrado récords de temperatura para un mes de diciembre.

Una ironía que surgió de los intercambios de sobremesa: ¿es este buen tiempo un dato del mal estado del clima también en esta zona del mundo? Debería hacer frío.

Aun al atardecer, más fresco, la gente seguía en Barceloneta disfrutando del buen tiempo.

Tras el almuerzo en alguno de los chiringuitos del Puerto Olímpico, en donde las paellas fueron la mejor oferta, los tapados y suéteres fueron cayendo hasta animar a arrimarse a las arenas de la costa y disfrutar del sol y del agua. Aunque todo, con la sorpresa y por que no, en algunos, con el miedo de estar cayendo en alguna trampa del tiempo: es absolutamente inusual esta ola de calor en una zona en la que el frío debería estar reinando desde hace rato.

Las altas temperaturas del domingo de Navidad no fueron las únicas: el 24 también trepó a 20 y, si bien no hizo récord, solo fue por unas décimas.

El cambio climático hace su trabajo también en el Mediterráneo, como en cualquier otra parte, y muchos de los comentarios en la playa versaron sobre si ya no abría invierno, o si aunque tarde, llegaría este o el otro año, que pronto empezará.

La tarde sobre las arenas de Barceloneta.

Cielo brillante, hasta última hora.

Un paseo por la playa, de traje y con zapatos: la tentación de un día de invierno, pero primaveral.

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