En bolas, como Adán y Eva: nadie sabe quién ganará, pero seguro estaremos todos lejos del Paraíso

Qué pasa y qué podría pasar en un país en el que nadie sabe quién ganará y con el que gane, tampoco se sabe qué podrá hacer. El triste 2024 que viene y Mendoza, entrampada en estas circunstancias.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

Está bueno hacer una pausa. Es domingo. Sí, es cierto que están las elecciones más raras que muchos hayan vivido, pero también ¡es domingo!, repetimos: como tal, momento de la picada, el encuentro, el intercambio, la paciencia. Es verdad: hay que votar. ¿Antes o después de comer? ¿Qué comemos hoy?¿Asado o pastas?

Desde que hacemos "La Picada" para analizar las perlitas (anécdotas, cosas superficiales) y los datos (la sustancia, lo profundo) de la política, tuvimos en cuenta el riesgo de ponerles nombres propios a los protagonistas del típico entremés argentino dominguero:

"El salame". Llamamos a una persona así para decir que está haciendo las cosas muy mal, de forma tonta, o dejando que otros se aprovechen de él. Podríamos identificar variantes: picado fino o picado grueso, según "lo grasa" que sea. Y una versión aun más despectiva: el salamín.

Video pre #LaPicada del domingo: ¿quién ganará? ¿Cómo se vive la víspera?

"Es un queso". Es fácil, con ese término, quitarle expectativas a la consideración de una persona. Sería como decir que es "ni fu ni fa", aunque la verdad es que resulta injusto, porque no es lo mismo ser un queso mantecoso, soso, que se derrite con solo ponerlo al aire libre, que un buen Brie, Azul, o un Gouda, o tantos otros. Igual, su aroma y sabor también servirían para identificar a tipos de políticos y dirigentes.

"Picante". Un calificativo que pone sobreaviso lo "leche hervida" que puede ser una persona, por un carácter mal llevado, o bien porque dice cosas sin calcular sus consecuencias, como cuando uno come un ají putaparió sin recordar que después eso tiene que salir del cuerpo humano por un lado sensible.

"Un salado" podría llamársele a una persona que tiene mucho sobre sí, ya sea responsabilidad o prontuario.

"Mortadela" podría ser el término adecuado para alguien que ya no tiene circulación en el ambiente, o bien para denotar una baja de nivel.

¿Por qué no saldrá más "La Picada" en los mediodías de Nihuil? 

Dicho esto, ¿esperaban identificar a alguien con cada condimento de "La Picada"? ¡Háganlo ustedes! Va a servir para clasificar muy bien al espectro dirigencial y saber a ciencia cierta "con qué se come" cada uno.


Qué país es el que viene

Nadie sabe nada

Por primera vez desde 1989 estas elecciones nacionales no llegan con un ganador claro. Podrá fanfarronearse  más o menos desde uno u otro lado, e inclusive especularse con datos sobre los pesa más la fe que la estadística, pero la verdad es que los máximos dirigentes y analistas desconocen qué hará la población a la hora de depositar el voto en las urnas.


Tragame tierra

Todos estamos "en bolas", para ser claros. Algunos, nerviosos. Otros, con miedo. Hay quienes han manifestado tranquilidad, en confianza con el presunto funcionamiento de los mecanismos institucionales. Pero todo entra en un terreno fangoso, de arenas movedizas: cualquiera puede ser tragado por la tierra.


Sabremos quién no

Un solo dato concreto emergerá esta noche cuando se tengan los datos del escrutinio provisorio y es quién no ganó. Ya sea porque haya balotaje o porque se impuso un ganador en primera vuelta, uno o dos de los tres principales candidatos quedará indefectiblemente afuera. 


¿Y si es Massa?

En caso de que quien no llegue a presidente o balotaje sea Massa, todos recordaremos que es el ministro de Economía del actual gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. El lunes deberá hacerse cargo de evitar que el país se incendie e iniciar un proceso de transición. ¿Debería renunciar? ¿El peronismo le pasará factura como "mariscal de la derrota"? ¿Y si se va, quién vendría? ¿Serviría un reemplazo sin poder y a plazo fijo? ¿Habría un ministro de Economìa "blue"?


¿Y si fuera Bullrich?

Si la candidata de Juntos por el Cambio se quedara fuera de la competencia habría un escenario electoral con dos miradas muy distintas posibles: 

1) La que dice que "es un juego en tándem", es decir, que Massa y Javier MIlei tienen los mismos "dueños" detrás y que lo único que variaría es los tiempos en implementar medidas para satisfacerlos, ya que uno tiene el contrapeso de un partido y el otro la libertad de no tener ningún respaldo ni límites.

2) La que los ve como extremos opuestos y cree que uno efectivamente es el futuro y el otro, el pasado, y por lo tanto el libreto sería ya conocido.

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Además, en segundo plano transcurriría un replanteo dentro de Juntos por el Cambio, en donde además de las tradicionales y esperables facturaciones cruzadas, habría un replanteo ideológico o práctico entre quienes deben definir si apoyar a Massa o a Milei (y ya nos podemos imaginar quiénes estarán de un lado y del otro) y los que bregarán por la neutralidad. Tal vez en este último grupo radique la creación de un espacio de evolución de JxC a futuro, que será otra cosa.


¿Y si Milei quedara tercero, o sea, digamos?

Si el anarco libertario quedara fuera de competencia, se pincharía un fenómeno que hata ahora mismo parece imparable y genera tantas esperanzas en sus fanáticos enceguecidos, tanto los "virgos" novatos que no saben nada de política y gestión como los que saben demasiado y se le han subido, cual Caballo de Troya.


No hay Paraíso

Como el mito cristiano de Adán y Eva, estamos en bola y como argentinos, sabemos lo que es pecar y ser expulsados del Paraíso. No hemos aprendido de las crisis cíclicas, sino que acostumbramos a profundizarlas. Hay más corrientes de pensamiento en este punto con respecto al fin de la elección.

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1) La que dice que a cualquiera de los tres posibles presidentes les resultará igual de terrible quedarse con el triunfo en sus manos y que no habrá "luna de miel" con una sociedad que le demandará "un cambio ya" imposible en los hechos de generarse, al menos en profundidad.

2) La que sostiene que "como siempre ha sucedido, esta crisis pasará también" y, por lo tanto, le da todo igual. Sobre todo, son los que no tienen pruritos en apostar a la continuidad porque ya tienen asegurada su porción de algo y solo tendrían miedo a tener que ganársela con esfuerzo en el futuro.

3) Aquellos que solo ven la posibilidad de un caos y, en lugar de enfrentarlo, esta vez estarían dispuesto a unírsele para agitar más la cosa. Cual pescadores en río revuelto, digamos, o sea. Son probablemente los que se han dado cuenta de que no solo "estamos en bolas" sobre el resultado electoral, sino como país: no hay más plata, entre otras cosas. Y aprovechando las circunstancias, preferirían morir en una orgía...

Qué Mendoza podremos tener

En bolas, también aquí

Los dos gobernadores, Rodolfo Suarez, de salida, y Alfredo Cornejo, entrando, se engriparon a la vez. Se desconoce si es producto del estrés de no saber con qué se tendrá que lidiar a nivel nacional tras conocerse los resultados de este domingo, pero se sabe que los llevó a bajar un cambio en la última semana y a tachar cosas en las agendas. Parece mentira, pero tampoco la dirigencia mendocina sabe hacia dónde irá el país a partir de este domingo.

No lo conocen ni los políticos (que prevén tanta sorpresa como en las PASO, en donde las encuestas no fueron muy orientativas que digamos) ni los empresarios, que no saben si tirar los dados para saber con cuál candidato presidencial quedarse.

Tres provincias y CABA eligen a sus mandatarios

Estas son las elecciones de la ludopatía política, el desconcierto, el rating en lugar de los programas de fondo de cada uno y también, de la astrología, la numerología y otros mitos y vicios a los que se les echa mano cuando se está en situación límite.

Los radicales

El radicalismo mendocino ha ganado tirando lastre. Se sacaron de encima, queriéndolo o no, el peso que significaban socios no armónicos de Cambia Mendoza y así y todo ganaron y se posicionaron. Ahora necesitan saber en qué condiciones tendrán que navegar en los próximos cuatro años, ya que el gobierno nacional que llegue, con todas las dificultades que ya se conocen que tendrá cualquiera que gane, podrá ser un más afín y participativo, medianamente negociador o bien, una símil pandemia que lo paralizará por ser adversario.

Un 2024 triste

No lo ha ocultado Cornejo: el año que viene, "gane quien gane" será un año de numerosas dificultades, de ajuste de cinturón y de pasarla mal. Cornejo sostiene que "gane quien gane" -y es necesario reforzar esa opción, que incluye tanto a Massa como a los opositores Bullrich y Milei- habrá un cambio de modelo económico. Dice que ninguno podrá sostener las prácticas que el kirchnerismo impuso desde su pobrismo que indica que "mientras más pobres haya, más votos sacaremos". Pero esta vez podría ser una vuelta de página y no como se creyó en 2015 con Mauricio Macri, que al final de cuentas creyó que dándoles todo a los gobernadores peronistas, con Rogelio Frigerio como principal responsable, se los metería en el bolsillo. Fue al revés. Ellos se metieron al bolsillo todo, siguieron siendo provincias feudales, no generaron su propio sistema de creación de riquezas y después le dieron la espalda. Igual, más allá de las torpezas y picardías del exministro entrerriano (que tiene sus amigos empresarios menducos que ostentan con yates y aviones propios y toman Don Perignon del pico), los pueblos de esas provincias hicieron el trabajo que la dirigencia macrista de aquel momento no supo, no quiso o no pudo hacer y los desalojó del poder en muchos casos.

Un peronismo sin GPS

En tanto, ¿vale la pena hablar del peronismo mendocino cuando en los municipios más grandes salió cuarto, detrás inclusive del atomizado Partido Verde? Y, vale desde el momento en que esta democracia de 40 años les dio 5 de los 11 gobernadores. La UCR y sus aliados acaban de desempatar poniendo a Cornejo como el sexto gobernador radical.

Necesitan en forma desesperada de que Massa cumpla algún papel. Es decir: que gane o que se sume a Milei (para el peronismo nada es descabellado). Pero el kirchnerismo no se asusta de la situación y alega que, además de haber puesto la cara y los recursos para la última y fatídica campaña, si el futuro fuera muy de derecha, con venganza antimontonera, por ejemplo, ellos podrían seguir con la cantinela de su setentización y así ocupar el otro extremo del péndulo político argentino, dejando a JxC y la UCR en el medio, a los ademanes, buscando una identidad.

El vuelo de los "gansos", en silencio

Los viejos demócratas, en tanto, han preferido el silencio. Sus candidatos volvieron del acto de lanzamiento de Milei con una foto junto a su "Cristina", la ultraideologizada candidata a vicepresidenta Victoria Villarruel. Ni siquiera consiguieron una foto con "el león"que ya los ha ninguneado sobremanera. Igual, se la bancan porque van a volver a tener una banca en el ongreso, muy probablemente. Y tal vez dos. Algunos han dicho que hasta tres, incluyendo a candidatos absolutamente desconocidos por la sociedad, lo que no es sinónimo de "renovación", sino que es un dato real de que "la casta" ha envejecido y tiene hijos, sobrinos, nietos y muchos más para rellenar las listas y cubrirse las espaldas.

Sin hablar con la prensa ni con nadie, calladitos, bajo la capa de su máximo superhéroe nacional aunque sin él, sino con su espíritu, avanzan hacia la resucitación política y, con ello, de su poder de lobby para muchas otras cosas, como ya se vio en su pasado.


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