Las 5 hijas de la descuartizadora de Guaymallén vivirán en hogares estatales
Así lo confirmó el Ministerio de Educación, Cultura e Infancias, tras evaluar la situación de las niñas y verificar que no existe una red familiar para contenerlas.
Las cinco hijas de Adriana Valeria Suárez, acusada de descuartizar y quemar en una parrilla a su inquilino, quedaron alojadas en hogares de menores. La decisión fue tomada luego de evaluar a las menores y entorno familiar, tras lo cual se comprobó que no pueden ser contenidas.
La cartera de Niñez analizó la situación en la que vivían con la acusada y la falta de redes familiares, las secuelas psicológicas que evidenciaron, lo que llevó al Estado a separar a las mayores (de 13 y 15) de las nenas más pequeñas, de 11,9 y 7 años ya que están en distintos momentos madurativos y requieren otro enfoque; de todos modos, el objetivo es que puedan continuar vinculadas.
"A partir del análisis interdisciplinario realizado en las últimas semanas y en articulación con el Programa de Maltrato Infantil y Salud Mental de Hospital Carrillo se ha determinado que las niñas han atravesado situaciones de negligencia grave, maltrato crónico y exposición a extrema violencia", indica el informe.
En este sentido, se tomó "como medida de protección excepcional, el ingreso institucional de las cinco hermanas, dado que no se cuenta con red familiar para disponer una alternativa diferente en este momento".
Si bien Suarez tenía prisión domiciliaria por una causa de robo agravado para poder estar al cuidado de las niñas, los informes de las escuelas a las que asistían alertaban de inasistencias reiteradas. Además, se las veía muchas horas en la calle, según contaron sus vecinos.