Presiones y porteñocentrismo: 7 datos de la despersonalización de los bancos en Mendoza

En la serie de notas sobre la forma de actuación de los bancos, ofrecemos ahora una síntesis de situaciones que caracterizan a muchas de las entidades que operan en Mendoza y que deben consultar todo a Buenos Aires, a veces sin que se les responda.

Memo

No es fácil para las entidades bancarias que son sucursales de entidades internacionales o con casas matrices en Buenos Aires, desplegar una tarea bajo la idiosincracia y características propias de Mendoza.

La mesa de consulta que generó Memo para la serie de notas denominada "Chau caretas", dejó numerosas puntas de análisis en torno a esa característica, que los deja simplemente como bocas de una empresa pensada para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y su gente.

Durante muchos años hubo entidades bancarias locales o regionales, que enfocaban sus acciones de acuerdo a las características o demandas del mercado local. Pero ya no hay. Tampoco hay una banca estatal que compita con los tentáculos de los grandes bancos que operan en forma totalmente centralizadas con respecto a la capital del país.

De allí que surgen numerosos inconvenientes o frustraciones, además de acciones que fuerzan a sus clientes mendocinos a tomar "productos" sin que los necesiten o sin que sea realmente obligatorio contratarlos.


Un resumen de los diálogos mantenidos da cuenta de los siguientes puntos:

- No hay ninguna obligación de contratar seguros con los bancos. Pero en épocas de vacas flacas para las entidades bancarias, echan mano a ese recurso porque les deja muchos ingresos por comisiones. Desde Buenos Aires las exigencias sin totales hacia los empleados de las sucursales en torno a que busquen, convenzan y concreten venta de seguros. La presión es muy grande en todos los puestos, no solo los empleados rasos, sino en toda la escala. "Es un trabajo muy lindo, con buen sueldo, pero la presión que se vive a diario es muy grande", reconoció a memo un "desertor" del sistema bancario que ocupó lugares intermedios. 

- En Mendoza, principalmente los bancos que son privados, tienen tan poca autonomía en cuanto a la toma de decisiones, que se hace cuesta arriba -si no imposible- desarrollar alguna estrategia para promover y colaborar con las economías regionales o fijar acciones netamente locales que le sirvan a la producción y la industria y que, además, le resulten redituable al banco, para que no tenga que apostar a los recursos grises de enchufarles "productos" a los clientes por insistencia, miedo o acorralamiento.

- Un caso que pinta de cuerpo entero la situación es que desde una entidad en Mendoza centralizada en Buenos Aires se intentó general una línea especial de créditos para exportación de vinos y productos agrícolas en los que ya hay acreditada inserción internacional (por lo que, a todas luces, no se trataba de una aventura) y en la matriz lo ningunearon totalmente.

- La "paquetización", o enchufe de "productos", es considerado el espíritu de los bancos, y no la promoción del intercambio y la producción. Por ejemplo, diferentes testimonios recogidos por Memo dieron cuenta de que "un empleado en relación de dependencia no necesita una cuenta corriente, pero muchos bancos les generan la necesidad para captarlos, podría decirse que 'de prepo'".

- No le dicen a los clientes que pueden tener sus cuentas de ahorro vinculadas a su tarjeta de crédito, una caja de seguridad o un préstamo, sin "paquetizarse". Pero los bancos incitan y obligan a multiplicar los servicios sin necesitarlos, y deben pagar por ello. La realidad indica que cada cliente debería ser quien decida qué tener, consultando qué beneficios y costos tiene, mientras que el banco debería desarrollar estrategias de más volumen y calidad. "Lo que están haciendo -opinó un exbancario que sirvió de referencia a las consultas de Memo para esta serie de notas- es 'cazar en el zoológico', pero pierden confianza y en muchos casos hasta logran enemistarse con la gente, por abusar de su miopía estratégica para conseguir recursos".

- El Banco Central es el que insiste en que sean obligatorias las cajas de ahorro, porque deben facturarse los cobros de cajas de seguridad, cuotas de préstamos y tarjetas. Diferente es la imposición de seguros, sobre todo a los pequeños comercios que operan con los bancos, que se ven empujados a hacerlo. Y lo mismo ocurre con la inducción a  optar por los fondos de inversión. Desde que se implementó la tasa regulada de los plazos fijos a los bancos les empezó a convenir derivar clientes a los fondos.

- En tanto, otro tema que une en sus prácticas a los bancos es que cuando el Gobierno impulsa líneas subsidiadas: las cubren con financiación a corto plazo para no tener que hacerse cargo de los costos financieros en mucho tiempo, por lo que lo destinan a descuento de cheques pero no a operaciones de mediano y largo plazo.


La serie "Chau Caretas"

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