Mendoza le pide al Banco Central que facilite el acceso a créditos para pymes

Lo hizo a través de la Legislatura. La Cámara de Diputados aprobó un reclamo a la entidad que preside Miguel Pesce porque no están ejecutando los planes anunciados por el Gobierno

La Cámara de Diputados de Mendoza aprobó, en sesión remota, un reclamo al Banco Central de la República Argentina porque, según explicó el diputado Guillermo Mosso, "las ayudas económicas que el gobierno nacional dispuso para empresas, pymes y comercios no está llegando en tiempo y forma y muchos actores no tienen acceso a las mismas".

Concretamente, la Cámara le pidió al Banco Central que instrumente medidas de emergencia para: 

1)- subsidiar la tasa de interés de créditos para pago de sueldos y capital de trabajo, y

2)- que facilite en la emergencia el acceso al crédito de las empresas, pymes y comercios que no califican en el sistema, avalando sus operatorias. La información crediticia, patrimonial y comercial que tienen el BRCA y la AFIP permite generar mecanismos de automaticidad para dar respuestas ágiles y evitar que se caigan nuestras empresas y el empleo que generan.

Consultado por Memo, Mosso explicó que, además de aprobarse el proyecto, lo han distribuido entre los legisladores nacionales por Mendoza para que gestionen en Buenos Aires una respuesta de parte de la entidad.

Los ejes de la fundamentación del reclamo son:

- El gran impacto que está generando la pandemia del coronavirus sobre la actividad económica en todo el territorio de la República Argentina, hace necesario contemplar una serie de medidas que colaboren a transitar el periodo que dure esta situación de aislamiento social, preventivo y obligatorio, pero también aquellas que permitan un proceso de recuperación inmediatamente concluya la cuarentena. Al respecto la OCDE ha recomendado que las ayudas a empresas se otorgados por lapsos de 180 (ciento ochenta) días, para que puedan recobrarse y retomar el ritmo de sus operaciones.

- En las empresas, pymes y comercios se está pasando un duro momento con la parálisis económica. Existe una gran incertidumbre sobre el desarrollo de la economía, con pocas expectativas positivas sobre el futuro de la misma. Si antes de la pandemia, en muchos sectores de la economía el panorama era delicado y crítico, los efectos del virus amenazan la capacidad económica y financiera de las empresas, pymes y comercios y por ende su supervivencia. Un sistema financiero con poca capacidad prestable, a un costo altísimo y con absorción de recursos en su mayoría por las necesidades del Estado, deja al tejido productivo y comercial sin una herramienta fundamental para su desenvolvimiento. Para ilustrar esta afirmación sólo señalamos que el sistema financiero argentino representa apenas 15% del PBI contra el 115% como en Chile.

- El gobierno nacional ha venido anunciando una serie de ayudas económicas y paliativos destinados a morigerar este duro momento que viven los actores de los distintos ámbitos de la economía argentina. Pero esas medidas que se han diseñado e implementado para hacer frente a esta situación y ayudar a empresas, pymes y comercios no está llegando a los destinatarios como se lo requiere. Lo que agrava la situación. En algunos casos, las medidas no superan el titular del anuncio, otras están en fase de implementación y gran parte no llegan en tiempo y forma por la conceptualización de la ayuda y su modo de distribución: ayudas crediticias dentro del sistema bancario argentino.

- Precisamente el sistema bancario no genera la cobertura necesaria que requiere el sector privado. Un cóctel de regulaciones, costos difíciles de afrontar, impuestos y problemas de escala entre otros, son los motivos por los cuales empresas y comercios encuentran inaccesible el financiamiento bancario, teniendo en muchos casos que recurrir a fuentes mucho más gravosas.

- Normalmente, los bancos tienen una serie de exigencias para calificar a la hora de otorgar un préstamo, entre ellas: 

Flujo de fondos positivo 

No tener deudas impositivas y previsionales, con presentaciones a día 

Balances certificados con resultados positivos de tres ejercicios seguidos 

No tener juicios laborales 

Ventas diversificadas (no concentradas) 

Cartera de cheques de cadenas de primera línea 

Situación 1 en el sistema bancario y financiero (Atraso menor a 30 días en deudas). 

No estar en Procedimientos Preventivos de Crisis o Convocatoria de Acreedores

Indicadores (ratios) positivos: Deuda Corto Plazo vs Activo Corriente, Utilidades vs. Patrimonio, Utilidades vs. Ventas, etc

Información de socios, propietarios y gerentes como avalistas (Propiedades, situación impositiva, información crediticia, etc.).

- Si antes de la crisis generada por el coronavirus, la situación era complicada y para muchas empresas estos requisitos eran de difícil cumplimiento para acceder al crédito, a partir de la cuarentena, esto se agravó de tal modo que la cadena de pagos en los sectores productivos, comerciales y de servicios se rompió, al punto que el BCRA tuvo que disponer a principios de abril una segunda fecha de presentación de los cheques rechazados. Las empresas y comercios, salvo los exceptuados y por un monto mínimo, no facturan y por ende no están generando las condiciones para ser objeto de financiamiento.

- La contracara de este panorama son las obligaciones salariales, impositivas y comerciales que las empresas deben afrontar, siendo las primeras las más imperiosas de asegurar en su cumplimiento, por el carácter alimentario que revisten para los trabajadores y sus familias. No se puede desconocer la importancia de las demás obligaciones, porque si no se desfinancian los distintos niveles del Estado que hoy deben actuar en la emergencia y se resiente el entramado de relaciones productivas y comerciales del conjunto económico. Pero el pago de salarios en el sector privado debe ser la prioridad en medio de la cuarentena. Por ello, en esta materia es importante señalar el rol principal que le cabe al Banco Central de la República Argentina, sin desconocer ni atentar contra su autonomía, por lo que lo propuesto en el presente proyecto es una sugerencia elevada a su consideración.

- Se está viviendo una situación excepcional que amerita ser tratada como tal. En la batalla contra el coronavirus, debemos afrontar la situación como una economía de guerra; un estado de emergencia requiere soluciones de emergencia. Por ello es necesario que el Banco Central se aliste para este combate y trabaje con una política de redescuentos para las empresas, pymes y comerciantes, así como lo hace con los bancos que integran el sistema bancario. Es necesario que a estos actores económicos se los asista con créditos puente directos del BCRA, con formato de adelanto en cuenta corriente para hacer frente a las nóminas salariales e incluso para cheques emitidos con anterioridad, para así evitar la ruptura de la cadena de pagos y asegurar el pago de salarios mientras dure la cuarentena.

- Reglamentariamente el Banco Central no puede prestarle a empresas y a personas, para ello están los agentes del sistema que son los bancos. Pero como hoy están implementadas las ayudas, con los procesos de calificación cuya velocidad de ejecución depende de la cultura organizacional de cada entidad bancaria, éstas no llegan en tiempo a quienes tienen potencial para calificar y dejan afuera a quienes no lo pueden hacer. Ya lo señalamos: estamos hablando de ayudas excepcionales y no de otorgamiento de créditos como si tratara de financiar operaciones, inversiones o desequilibrios financieros propios de un giro de negocios. Entonces una medida de emergencia puede ser reformar con este propósito la Carta Orgánica del Banco Central, ya que, si hay voluntad y decisión, se puede hacer rápidamente con acuerdos políticos. Y de no ser factible esta vía, se puede utilizar el circuito de pre-aprobación de créditos con la plataforma del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), como actualmente sucede.

- El BCRA y la AFIP cuentan con los sistemas informáticos más complejos y que mayor cantidad de información generan en todo el país, los cuales utilizan en sus operaciones diarias cruzando datos entre sí. Un cúmulo de historiales con datos crediticios, patrimoniales, impositivos y comerciales que permiten elaborar rankings, clasificaciones y scorings. La información acumulada de DDJJ y VEPs de los distintos impuestos como Ganancias e IVA, los F 931 del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) y otros registros transaccionales permiten demostrar para cada empresa o comercio, tanto persona jurídica como física, su capacidad económico-financiera junto con su historial de cumplimiento de las distintas obligaciones. En estos tiempos de Big Data, Artificial Intelligence y algoritmos complejos, con toda esa infraestructura e información es factible permitir adelantar redescuentos o acreditaciones de una o dos nóminas salariales a todas las empresas pymes y comercios que lo están solicitando.

- La liquidez en la economía es como el flujo sanguíneo del sistema circulatorio. Si ella, la actividad languidece, los sectores se paralizan y se termina degradando la cohesión social. Es necesario que la maquinaria de la economía argentina cuente con el fluido que lubrique sus engranajes. Es urgente que sus empresas, pymes y comercios tengan el circulante del sistema financiero para pagar los salarios de tantos argentinos que no pueden trabajar a pesar de su voluntad. Además, recuperando la cadena de pagos. Para tener una idea de la magnitud de la problemática, de los $360.000 millones que representan las nóminas salariales en toda la Argentina, los bancos han prestado hasta el momento $48.000 millones, o sea solo un 13%. Por ello es necesario que el Banco Central asuma el protagonismo de un piloto de tormentas en medio de un descalabro inédito a nivel mundial.

- Cualquier medida que se adopte debe ser implementada de modo tal que no atente contra la confianza del sistema bancario, pues en lugar de estar dando una solución se podría llegar a generar un problema mayor. 

- Lo primero debe ser la definición de que estos mecanismos son ayudas económicas y no préstamos como cualquier operación crediticia originada por motivos de inversión, comerciales o financieros. 

- Segundo, estos mecanismos deben estar dotados de un nivel de automaticidad que permita una rápida implementación y no una tramitación burocrática y engorrosa que conspire contra la llegada en tiempo y forma de la ayuda. 

- El tercer aspecto a tener en cuenta es que la diferencia entre los depósitos que los ahorristas hacen al sistema menos el encaje bancario (las reservas líquidas que no pueden ser prestadas) es la capacidad prestable que define la autoridad monetaria. Una forma inicial para aumentar ese músculo financiero en la emergencia, es reducir esos encajes bancarios. 

- En cuarto lugar, debería establecerse una diferenciación entre el universo de aquellas empresas con capacidad para calificar y ser sujetos de préstamos, de aquellas que no cumplen esos requisitos por distintos motivos. Hecha esta distinción: 

a)- El Banco Central podría canalizar los encajes disminuidos que aumentan la capacidad prestable de los bancos, para que éstos puedan otorgar más fondos con mayor rapidez y menores requisitos formales a las empresas que califiquen para operaciones crediticias, a las cuales se les preste con un subsidio de tasa. En este caso, los bancos como agentes del sistema, canalizan el ahorro de sus depositantes acorde las normativas vigentes adaptadas a la emergencia para tener mayor velocidad de ejecución, a empresas que son sujetos con capacidad de endeudamiento y repago. En este segmento de operatoria, la ayuda es el subsidio del costo financiero de la tasa de interés de esos préstamos, por los meses que dure la cuarentena.

b)- En el caso de aquellas empresas que no califiquen para el otorgamiento de préstamos, el Banco Central debería implementar con algunas instituciones determinadas del sistema (4 o 5 bancos de los 30 actuales) una operatoria de redescuentos a empresas o adelantos en cuenta corriente, en función de los pagos efectuados al SIPA vía F931, de los F731 de IVA, de los movimientos bancarios o de documentación probatoria y/o DDJJ de pagos efectuados a personal registrado. Esos montos adelantados en las cuentas de los tomadores beneficiarios, constituirían un pasivo para con los bancos que liberen los fondos, que el BCRA avalaría con un instrumento para garantizar, como un bono o la constitución de un fideicomiso. Es decir, las empresas acceden a los adelantos, ese pasivo es una obligación a pagar por los tomadores y el BCRA otorga el aval que garantiza la operación. En este caso, la ayuda es el acceso a una financiación avalada por el BCRA con los bancos elegidos, con condiciones de acceso, tasa y plazos más flexibles. 

- En esta propuesta el sistema bancario contaría con a) más capacidad prestable al reducir encajes, b) permitiría generar los adelantos en cuentas corrientes con un mayor de automaticidad para financiar inmediatamente pago de nóminas salariales y capital de trabajo (con la información de los registros bancarios y promedios de ventas de los últimos dos meses, los F931 de obligaciones previsionales y de los F731 de IVA), c) posibilitaría en forma excepcional y en contexto de emergencia el acceso a empresas que no son sujetos de crédito y d) otorgaría financiamiento de un modo que no extingue ni condona ninguna obligación sino que se asume el subsidio de la tasa de interés por el período de la emergencia y e) se avala a las empresas que no califican en el sistema, con un instrumento que puede ser ejecutable superada la emergencia y el período de gracia para la recuperación de la economía.

- Entendemos que una solución de este tipo colabora para paliar la situación económica a nivel federal, ya que esta problemática se repite a lo ancho y a lo largo de toda la geografía argentina. Este auxilio, esta ayuda hay que concretarla de inmediato, para que las empresas, las pymes y los comerciantes cuenten con el respaldo necesario para sobrepasar la crisis de la pandemia con su cuarentena, manteniendo el nivel de empleo y la capacidad operativa para retomar su ritmo de operaciones apenas ésta finalice.

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