Mitos y verdades de las inversiones chinas en Argentina

Un informe de Gaceta Mercantil aborda la realidad de las inversiones asiáticas en la Argentina, más allá de las opiniones cargas de ideología.

En medio de la discusión que se generó a partir de la decisión del Gobierno de comprar 20 millones de dosis de la vacuna rusa, resurgieron otras cuestiones cargadas de ideología. Es el caso de las inversiones chinas, la cuales -según un informe de Gaceta Mercantil- reciben críticas que van desde la mala calidad de sus productos a las razones geopolíticas porque ambas potencias buscan ganar espacio en América latina, en general, y en Argentina en particular en medio de su disputa global con Estados Unidos.

Según el informe de Gaceta, un obstáculo para el desarrollo de la nota fue la tradicional opacidad en la comunicación de las autoridades de Pekín, que ha impidió que se pudiera contar con fuentes "on the récord". 

Los chinos son la segunda potencia mundial en el plano económico pero seguramente figuren en los últimos lugares en un ranking de relaciones públicas.

Hablando del sector energético, en el último tiempo volvió a hablarse en los medios locales del proyecto de construcción de la cuarta central nuclear en el país, sobre la que se especula hace décadas. Y la oferta china volvió a la palestra. Pekín busca vender un reactor PWR de uranio enriquecido y agua liviana que demandaría una inversión de 7.800 millones de dólares y, luego de seis años de construcción, aportaría a la red unos 1000 MW.

En primer lugar, la propuesta data de hace más de diez años y siempre, y vuelven a hacerlo ahora, los "antichinos" en el sector han planteado que se trata de una enorme inversión para una tecnología de la cual el país terminaría siendo esclavo, dependiendo de insumos críticos. 

Fuentes de la secretaría de Energía, dijeron que las versiones que dan como cercano un acuerdo no tienen asidero. "Tiene que ver con otra cosa, con recordar el miedo que hay que tenerle a cualquier cosa que venga de China. Es una operación", estimaron.  

Desde el ministerio chino del ramo responden que han logrado construir y manejar centrales nucleares con distintos orígenes tecnológicos, lo que les permite adaptarse a las necesidades de cada país. De hecho, tienen como socios estratégicos a la francesa Alstom, a la estadounidense GE y a la alemana Siemens. Experiencia no les falta con tres mil proyectos de ingeniería en 112 países, terminados y en ejecución.

No obstante, tras el accidente en Fukuyima, Japón, en 2014, la velocidad de construcción de centrales nucleares en territorio chino se ralentizó. 

Un proyecto importante para la potencia asiática es la construcción de Portezuelo del Viento sobre el río Grande, en Mendoza. Allí participa a través de Sinohydro, subsidiaria de Powerchina, Aquí hace falta alinear a varios actores: los gobiernos de Mendoza, La Pampa, Neuquén, Río Negro y Buenos Aires, por lo pronto, que integran el Comité Interjurisdiccional del Rio Colorado (COIRCO). 

Según la única fuente que aceptó hablar, el ingeniero Tu Shuiping, presidente de Powerchina en Argentina y responsable de Marketing en Powerchina Americas, la obra de ingeniería de 1.023 millones de dólares, debe pasar los filtros políticos pero las gestiones están "bien encaminadas". 

Actualmente Powerchina, una empresa 100% estatal y la segunda entre las 150 mejores del mundo en diseño de ingeniería, participa en el país en el desarrollo de cinco parques eólicos con 355 MW totales y cuatro solares de 412,6 MW, todos en ejecución y con una inversión total de 1000 millones de dólares. 

En todos los casos la empresa china se ha hecho cargo del capital de trabajo, enfrentando incluso flujos de caja negativos, apunta el jefe de la filial local, que según como sean los contratos, entrega las instalaciones "llave en mano" y, a veces, se queda con el mantenimiento durante un tiempo.

La mirada estratégica del gobierno de Xi Jinping se fija en los negocios, en el marco general de la "Nueva ruta de la seda", desplegada en decenas de países con mucho conflicto con Estados Unidos en medio de la guerra comercial desatada por Donald Trump desde 2016. 

"La clave está en el desempeño de la economía de las naciones", advirtió una fuente oficial en Buenos Aires. "Si no se han cerrado más negocios en Argentina es por su inestabilidad económica, no por prejuicios u otras cuestiones ajenas", asegura el interlocutor.

"Tenemos la misma mirada sobre los negocios que puede tener Petrobras, Enel, Total o Repsol en el país, todas quieren ganar plata y nosotros igual. A todas les preocupa la economía, por lo cual es muy difícil invertir si eso no va a ocurrir. Pero todas las empresas miran el largo plazo y si no están seguras, siguen viendo oportunidades de inversión sin arriesgar, así funciona", explicó Tu, quien asegura que mientras no define inversiones Pekín les dice a las empresas chinas: "Es a tu riesgo". Y después, si se pierde plata "es grave", admite el ejecutivo.

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