Balance legislativo: el Congreso en un 2020 marcado por la pandemia

El balance del trabajo en el Congreso en el año de la pandemia: lo que se hizo y lo que no, en un 2020 atípico.

Claudia Najul

Desde que comencé mi carrera parlamentaria como legisladora provincial, grabé a fuego para siempre una máxima que me enseñaron las mujeres y los hombres que me acompañaron en mis inicios en la política: la rendición de cuentas a la sociedad es un aspecto central del trabajo legislativo. Los ciudadanos que representamos tienen el derecho de conocer qué hacemos para solucionar sus problemas, atender sus demandas y mejorar su calidad de vida. Y nosotros, como legisladores, tenemos la obligación constitucional y ética de transparentar nuestro trabajo.

En este 2020 impredecible y atípico por donde se lo mire, es más necesario que nunca que quienes nos desempeñamos en la función pública demos cuenta de nuestros proyectos e iniciativas. En tiempos de crisis, dar la cara y someterse a los controles verticales y horizontales que prevé la democracia, es una actitud clave para que la ciudadanía no pierda la confianza en el sistema republicano.

Desde que se estableció el aislamiento social, preventivo y obligatorio en marzo, presenté en la Cámara de Diputados proyectos de ley para agilizar la entrada al país de insumos y equipamientos médicos, así como para que el Estado garantice la distribución equitativa de los mismos en todo el país y los exima de impuestos internos.

En las primeras semanas de pandemia, el Instituto Malbrán de la Ciudad de Buenos Aires era el único centro de análisis de las muestras de pacientes. En este sentido solicité al Ejecutivo la implementación de los protocolos correspondientes para federalizar el diagnóstico y acelerar los tiempos de respuesta del sistema.

Desde el primer minuto, y a partir de conversaciones con organizaciones civiles y ciudadanos, puse el foco en las enfermedades crónicas y en los riesgos que suponía para los pacientes la suspensión de los controles rutinarios. Por ello pedimos que se restablezcan los tratamientos de afecciones cardiovasculares, neurológicas, oncológicas y controles de embarazo, entre otros.

Por haber trabajado codo a codo con ellos toda mi vida, sé que lo más valioso que tiene nuestro sistema de salud son las personas que en allí se desempeñan. Pedí en la Cámara de Diputados la duplicación del bono extraordinario de 5 mil pesos que otorgó el Gobierno, la eximición de pagar Ganancias mientras esté vigente la emergencia sanitaria y la puesta en marcha de un sistema de testeos sistemáticos para todo el personal de salud.

Mendoza enfrentó desde el comienzo una situación de doble vulnerabilidad en la pandemia. Por un lado, la discriminación del Gobierno Nacional en el reparto de los fondos coparticipables, una marca distintiva del kirchnerismo en todas sus versiones. Por otro, la fragilidad proveniente de las características singulares de su modelo económico-productivo. Es por esto que exigí en el Congreso que se incluya en el universo de beneficiarios del IFE a los contratistas de viñas y frutales de la provincia, además de los trabajadores de clubes de barrio y docentes de jardines de todo el país.

Los talleres especiales donde se capacitan y trabajan personas con discapacidad quedaron fuera del programa ATP del Gobierno, por ello solicité se los tenga en cuenta, no solamente para el cobro del beneficio sino también para reanudar sus actividades en vistas de la irremplazable función social que tienen.

El aspecto educativo de la crisis me conmovió enormemente. Es una verdadera tragedia haber mantenido las escuelas cerradas tantos meses, cuyas consecuencias conoceremos con el paso del tiempo. Propuse a mis colegas legisladores que las empresas de telefonía móvil liberen los datos móviles para el acceso sin costo a las plataformas educativas, una medida imprescindible especialmente para las familias que no cuentan con conexión a internet en sus hogares.

Ya con dictamen y esperando una señal del oficialismo para aprobarlo en el recinto, se encuentra mi proyecto de ley para que los pacientes de COVID-19 que estén atravesando la etapa final de sus vidas puedan ser acompañados por familiares incluso en las áreas de cuidados intensivos. La humanización de la atención médica hace a la calidad de la misma; en la medida que el sistema funcione con dosis importantes de empatía y solidaridad, no tengo dudas de que las cosas irán mejor. En esta iniciativa me acompañaron generosamente las autoridades de Mendoza, donde se estableció un protocolo que es un auténtico modelo para toda la Argentina.

La ampliación de los canales de denuncia para víctimas de violencia de género y una presencia más fuerte de profesionales en el terreno, para ampliar los márgenes de la prevención, fue una constante de mi andar legislativo en este año. Las mujeres son una de las grandes víctimas de esta pandemia, al haber aumentado considerablemente las tareas de cuidado en el hogar, de las que se hacen cargo en una proporción tres veces mayor frente a los hombres.

Sin dudas, la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo y la aprobación del Plan de los Mil Días constituye el hecho legislativo del año. Una lucha de tantos años por fin se cristalizó en una ley nacional que será aplicada en todo el país. Acumulamos sobre nuestras espaldas décadas interminables de un Estado que empujó sucesivamente a la clandestinidad a miles de mujeres. Hoy estamos más cerca de garantizar la igualdad en el acceso derechos elementales como la salud y la educación.

La intensidad de la coyuntura argentina y mi vocación política hacen que mi cabeza ya esté puesta en el 2021. Esperamos un año difícil, que se irá aclarando conforme avance el operativo de vacunación y ganemos en tranquilidad y seguridad. Deseo que el oficialismo -que tiene la primera minoría en la Cámara de Diputados y la mayoría en el Senado- ensaye una conducta más constructiva, apueste por el diálogo y se siente a debatir los grandes temas de la Argentina. Ante los reiterados intentos de maniatar a la Justicia, el radicalismo y sus socios políticos están unidos y convencidos para defender la democracia, tanto desde las instituciones como en las calles junto a la enorme mayoría de la sociedad que se manifestó sistemáticamente para decirle no a la impunidad y a la acumulación de poder.

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