Votar botando, o viceversa

Una elección atípica, con grandes divergencias entre quienes votan por uno u otro. ¿Se vota o se bota?

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

Es un domingo distinto. ¿Hay alguien sinceramente emocionado concurriendo a las urnas, esperanzado en que Javier Milei o Sergio Massa gobierne durante, al menos, los próximos cuatro años? ¿O es, como parece, que se concurre a votar solo para que el otro no gane?


Esta vez -y no es la primera, por cierto, pero sí se nota cierta masividad- concurrimos a las urnas para votar botando.

Botamos a lo que creemos inviable o negativo. Votamos por lo que sea capaz de aplicar mayor fuerza contra las posibilidades de que gane el otro.

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Puede resultar un experimento histórico: a 40 años de haber elegido al primer gobierno de la democracia recuperada tras la noche que empezó con las luchas armadas en lo años '70 y pareció eternizar la dictadura, esta vez no se elige, se opta.

En el medio, hay una cantidad de otros posicionamientos que se verá sobre la hora del escrutinio qué incidencia real tuvieron: voto en blanco, no votar o hacer anular su voto. En todos los casos, se bota más de lo que se vota. Suenan parecido, pero son cosas totalmente distintas.

Y una cuestión extra que entra en juego es que si bien todos estamos de acuerdo en que se elige a un presidente, también, casi por descarte, se elige a una oposición. Ya hay una, lo que fue Cambiemos -que fue capaz de ser oficialismo al expulsar al kirchnerismo, en su momento- y Juntos por el Cambio, descartada en la pretemporada electoral.

Como presos que quieren seguir enjaulados por miedo a no poder reinventarse afuera

Desde el lunes lo será el emergente libertario, tan masivo como amorfo. O lo será el peronismo, con todo lo que implica, tan corporativo y organizado, propietario de resortes que aunque cambien los gobiernos, siguen en sus manos.

Qué días vendrán después de hoy, no lo sabe nadie. Así y todo, la única esperanza que quede es que triunfe la voluntad de las mayorías y que estas comprendan que deben gobernar también sabiendo que están allí, viven, existen quienes resulten la primera minoría.

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