Se picó la actividad judicial en Mendoza: sospechas cruzadas, casos frenados

La Justicia no puede modernizarse sin causar un terremoto a su alrededor. La pandemia dejó su huella, pero también lo está haciendo la campaña política .

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

En una tragicomedia de enredos, los abogados, esa red de "justicieros on demand" a los que pocos les entienden la terminología con la que se manejan en su cotidiano dialecto jurídico, están bebiendo de su propia medicina: no dan pie con bola con el programa Iurix Online, el nuevo sistema de consulta de expedientes del Poder Judicial de Mendoza.

Pero todo indica que no se trata de un problema de comprensión ante el cambio de mecanismos de los trámites jurídicos en sede judicial, sino que hubo apuro en implementarlo (se intentó aprovechar "la oportunidad pospandemia", arguyen) y por lo tanto, no funciona bien, por más que los abogados hayan tenido que aprender nuevas formas de llevar adelante su trabajo.

Ellos sostienen que hay un mix de situaciones, que combinan desacuerdos dentro de la Corte, entre ministros con origen en diferente signo político. Desde el cuarto piso del Palacio Judicial, a su vez, algunos alegan que "todo funciona bien e irá mejorando", con lo cual admiten tácitamente que "no todo funciona bien", ya que "irá mejorando". Pero otros dicen las dos cosas, según sea lo que le impulsa a decir la cara del cliente.

El juez Adaro respondió al audio de una abogada que se volvió viral

Al menos esto último denunció en diálogo con Memo la presidenta del Colegio de Abogados, Andrea Disparte, vapuleada por algunos colegas que la acusan de "inacción" ante el lío que hay en algunas áreas de la Justicia, especialmente en los Tribunales de Familia, en donde muchas causas están frenadas. Disparte asegura que el martes en la Corte, a donde efectivamente fue a reclamar en nombre del colectivo del Derecho (que este domingo no festeja su día a propósito, por el revuelo que hay), le dijeron que todo iba bien.

Pero luego, apareció un audio que le mandó la abogada Andrea Jara al ministro Mario Adaro, en donde le dijo de todo, y lejos de pedírsele sanción -como se hace habitualmente de acuerdo a los ritos, usos y costumbres del Poder Judicial a cualquier otro- éste la recibió, trabajó con ella y otra, Susana Stefanelli, "y trabajamos tres horas", como Adaro le contó a Memo. La contradicción que detecta Disparte es que el jueves, Adaro reconoció las críticas que el martes no había reconocido.

El conflicto es multipartes y si se siguen las sospechas de cualquier teoría en torno al caos, algunas de las partes afectadas podría inferir que es probable que la pandemia y las cuarentenas hayan minado las relaciones y el trabajo entre abogados y magistrados, pero que la campaña política probablemente esté haciendo más daño que el covid.

Esto surge de la sospecha en torno a por qué no se le da entidad al Colegio de Abogados y se lo sume en una sensación de poca representatividad, para otorgársela directamente a un grupo de "autoconvocados", sin entidad, recientemente aparecido que, apenas lanza un mensaje por WhatsApp, se le otorga espacio, se le da l razón y se lo invita a participar.

Qué hay detrás de la bronca entre clientes, abogados y Poder Judicial en Mendoza

Hay quienes afirman que hasta el envío de las "puteadas" de Jara a su excompañero de facultad Adaro pudo estar armado y que ella, como las otras protagonistas del "autoconvocadismo", como Fabiola Calle y la ya mencionada Stefanelli, responden a intereses del peronismo. Pero todo esto es parte de la ebullición provocada por una situación de no funcionamiento de la digitalización de expedientes que ha sublevado, antes que nada, a clientes contra abogados, porque sus causas no se mueven.

Metafóricamente hablando, ya el café que se toma en los alrededores de los tribunales está hervido; huele a quemado; sabe a borra e invita a ocupar los baños para hacer "lo segundo".

En la Corte hay pica, pero nunca abandonarán el espíritu corporativo. De hecho, en público radicales y peronistas se cuidan, espalda contra espalda. Lo hicieron cuando echaron a rodar una planilla de salarios de personal judicial, ministros, fiscales y defensores, que sumó fuego bajo la cafetera, con un gremio en conflicto por las paritarias y con abogados que tras 30 años de ejercicio nunca lograron los salariazos que consiguieron "los pibes y pibas de 30", como ya se les llama a los convocados a Palacio y que nacieron cuando ellos empezaban a "patear" por los pasillos de tribunales.

Cuando se iniciaba el "Año Judicial", que por privilegio es mucho más corto que el de cualquier otro ser vivo sobre la faz de la Tierra, un ministro que tiene el marketing de ser "el más tecno" se apuró en anunciar lo que iba a ser parte del discurso del jefe de ese Poder, Dalmiro Garay. Y allí empezó una partida de ajedrez interior que ahora ya es un campeonato de bochas a puro piedrazo.

Pero hay que ir más allá. El hoy polvoroso escandalete no permite ver el trayecto completo del problema, cuando hacé más de una década el Poder Judicial recibió dinero internacional para modernizarse y no lo hizo, dejando en ridículo ante esos organismos a toda la institucionalidad de Mendoza. 

Luego vino otra pelea palaciega: la de la ortodoxia contra el avance de Justicia Legítima en los tribunales mendocinos, que generó hipernombramientos con salariazos a gente que no tenía mucho que ver con la Justicia y sí con la política partidaria o ideológica, la sociología o la ciencia política, en altos puestos. 

Y otra: las 26 reformas al sistema judicial que impuso la gestión de Alfredo Cornejo con mayoría en todas partes, que dejó numerosos heridos y quejumbrosos. De paso, alguno de los batallones políticos que hoy disparan en este enfrentamiento le asignan al exgobernador un acceso inédito a las decisiones que se toman en el sector.

Todo esto es la base que permite que hoy parezca irresoluble. Lo parece para los abogados en pie de guerra, pero aun es más incomprensible, lejano y hasta ajeno para quienes necesitan un dictamen para "ayer" y no tienen fecha prevista para que su tema sea abordado en el juzgado correspondiente, ya sea por H o por B.

Se trata de la gente que tiene que resolver la cuota alimentaria por un crío, su tenencia, la exclusión del hogar de un violento, verle la cara y abrazar a un hijo que su ex mantiene alejado, o mucho más. Nada necesita respuesta más urgente que el dolor humano cuando es una institución la que tiene las herramientas para disolverlo o morigerarlo; para prevenir otros delitos probablemente irreparables.

Si así lo comprendiera el conjunto a los inmiscuídos en la hiperconflictividad judicial y no solamente mirándose al ombligo, este fin de semana habrían trabajado todos juntos para anunciar el lunes que todo ya funciona como debió hacerlo desde un principio.


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