Más inversión y más déficit: la cara dual de la reactivación argentina

El aumento de importaciones de bienes de capital impulsó el déficit de cuenta corriente, que pasó de un superávit comercial robusto en 2024 a un rojo que alarma. Aun así, la fortaleza del ahorro privado y la necesidad de bajar el riesgo país serán claves para sostener la tendencia.

Juan Pablo Rotger
Analista macroeconómico en Mariva Research Licenciado en Economía UBA, maestrando en UTDT, lleva cinco años trabajando en consultoría macroeconómica. Especializado en temas monetarios y financieros, con un enfoque multidisciplinario

Se ha hablado mucho de la cuenta corriente desde que los últimos datos de la balanza de pagos mostraron un déficit de 5190 millones de dólares en el primer trimestre de 2025, alrededor del 0,7% del PIB previsto para el año. Esto supuso un gran retroceso con respecto al año pasado. Un rápido deterioro de la cuenta corriente en Argentina ha sido en el pasado una señal de sobrepresión del tipo de cambio, lo que ha llevado a una crisis de balance de pagos poco después.

La principal diferencia con respecto a casos anteriores es que ahora las cuentas fiscales están en equilibrio o son ligeramente positivas. En este caso, el resultado de la cuenta corriente es fruto únicamente de las decisiones de los hogares. Las crisis de balanza de pago que se explican solamente por el exceso privado de inversión sobre ahorro son extremadamente raras. Ybla lo que es más importante, por lo general, han requerido otros desequilibrios estructurales o vulnerabilidades externas, ninguno de los cuales encontramos hoy en la economía argentina. 

La balanza comercial de bienes ha pasado de un superávit de 5000 millones de dólares en el primer trimestre de 2024 a solo 2060 millones en el primer trimestre de este año. Según los datos de la balanza comercial del INDEC, las exportaciones aumentaron un 2,6% interanual entre enero y mayo de 2025. Por su parte, las importaciones se dispararon un 34,3% interanual en el mismo período. En este punto, cabe destacar que las importaciones de bienes de capital, sus partes y accesorios, representaron el 41,7% de las importaciones totales en los primeros 5 meses del año.

Esta cifra es muy superior a la de otros períodos de la historia reciente. Solo por detrás de 2006 en este siglo y muestra que gran parte del déficit por cuenta corriente se está destinando a la inversión. De hecho, los últimos datos del PIB muestran que el componente tendencial de la formación bruta de capital fijo está ahora cerca de su máximo del siglo. Esto es totalmente coherente con una economía en crecimiento y muy descapitalizada.

La cuenta de servicios podría ser motivo de preocupación, pero no es una sorpresa. El déficit de servicios casi se triplicó en 1 año, situándose en menos 4500 millones de dólares en el primer trimestre de 2025. La mayor parte de este resultado negativo procede del turismo emisivo. Consistente con una rápida apreciación del peso y una recuperación de los salarios reales.

Es poco probable que esto cambie pronto, pero esperamos que este déficit se mantenga limitado a niveles manejables y lo que es más importante, financiado a través del ahorro privado. De hecho, el sector privado no financiero de Argentina tiene una posición acreedora neta con el resto del mundo, de casi 200 000 millones de dólares. La mayor parte en efectivo y otros activos líquidos.

Esto da mucho espacio para financiar tanto la balanza comercial como los déficits turísticos en el futuro sin tener que depender de flujo de capital externo volátiles. Sí nos preocupa la necesidad de que el Tesoro recupere rápidamente el acceso a los mercados internacionales de deuda. Seguir atendiendo los vencimientos de deuda con el producto de los superávits fiscales, es totalmente insostenible, como hemos mencionado anteriormente.

Esto es especialmente cierto en un contexto en el que el BCRA necesita con urgencia recuperar su precario stock de reservas internacionales. Por lo tanto, trabajar para reducir el riesgo país debería ser la prioridad número uno a la hora de analizar las cuentas externas.

Esta nota habla de: