La Revolución debe continuar: el 9 de marzo de 1812 José de San Martín llega a América

El ensayista Juan Marcelo Calabria pone en foco la recordación de un 9 de marzo, pero de 1812.

Juan Marcelo Calabria

"Las revoluciones abren un campo inmenso a la maledicencia, y sus principales tiros se dirigen principalmente contra los hombres que tienen la desgracia de mandar".

El 9 de marzo de 1812, constituye una de las fechas trascendentales en el calendario americano, ya que ese día se producía un hito de gran importancia que cambiaría el rumbo de la revolución rioplatense y americana.

Un diario de la época "La Gazeta" órgano oficial del Gobierno de Buenos Aires, en su edición del viernes 13/III/1812 relata la jornada en su sección "Noticias Públicas" de la siguiente forma:

"El 9 del corriente ha llegado a este puerto la fragata inglesa George Canning procedente de Londres (...) comunica la disolución del ejército de Galicia y el estado terrible de anarquía en que se halla Cádiz dividido en mil partidos, y en la imposibilidad de conservarse por su misma situación política. La última prueba de su triste estado son las emigraciones frecuentes a Inglaterra y aún más a la América Septentrional. A este puerto han llegado (...) el teniente coronel de caballería D. José de San Martín, primer ayudante de campo del general en jefe del ejército de la Isla marqués de Coupigny; el capitán de infantería D. Francisco Vera, el alférez de navío D. José Zapiola, el capitán de milicias D. Francisco Chilavert, el alférez de carabineros reales D. Carlos Alvear y Balbastro, el subteniente de infantería D. Antonio Arellano, y el primer teniente de guardias valonas Barón de Holmberg. Estos individuos han venido ha ofrecer sus servicios al gobierno, y han sido recibidos con la consideración que merecen por los sentimientos que protestan en obsequio de los intereses de la patria".

Sin embargo y pese a lo expresado públicamente por el periódico oficial el Triunvirato, el gobierno de tres que dirigía los destinos del Río de La Plata, se mostró un tanto desconfiado ante el arribo del enigmático coronel español que venía a ofrecer sus servicios a la causa de la Revolución de Mayo.

El mismo San Martín años después comentaba sobre este suceso: "Fui recibido por la junta gubernativa de aquella época, por uno de los vocales con favor y por los dos restantes con una desconfianza muy marcada". Pero lo cierto es que la llegada del futuro libertador no pasaría inadvertida en la convulsionada sociedad porteña. El gran interrogante que daba vueltas en las mentes de los hombres destacados de Buenos Aires era ¿Qué motivó a José Francisco de San Martín a abandonar el ejército español y la tierra de sus padres para aventurarse a la América Revolucionaria?

Respuesta que el propio San Martín relataba al explicar este paso trascendental de su vida y providencial para el destino del nuevo continente, el que hemos referenciado anteriormente y que volvemos a enunciar en virtud de su claridad y contundencia; pues el mismo libertador le otorgó un énfasis especial a este momento de su vida diciendo: "... Una reunión de americanos, en Cádiz, sabedores de los primeros movimientos, acaecidos en Caracas, Buenos Aires, etc., resolvimos regresar cada uno a nuestro país de nacimiento, a fin de prestarle nuestros servicios en la lucha, pues calculábamos se había de empeñar".

En esta declaración hecha en 1848 por el prócer al entonces presidente del Perú Mariscal Ramón Castilla, podemos ver la influencia que tuvieron las sociedades secretas de Europa en la libertad americana, tal como hemos asegurado en párrafos anteriores, pues desde estas logias revolucionarias difundidas por el precursor Francisco de Miranda, se sumaban voluntades a la causa de la independencia de las colonias, reclutando oficiales jóvenes quienes eran atraídos por los valores de libertad, igualdad, progreso o quizás también por las ansias de aventuras y destinos más promisorios, ante una España que se caía a pedazos vencida por los ejércitos franceses y aferrada al absolutismo monárquico, frente a una América fértil con ansias de nuevos destinos y conductores jóvenes y con el coraje suficiente para emprender la empresa.

América representaba para todos aquellos hombres la promesa de un destino mejor y una patria nueva por construir, ideales con los que el futuro libertador de américa comulgaba y por los cuales desplegaría sus condiciones de líder y conductor que darán continuidad y acierto al proceso revolucionario iniciado en mayo de 1810 y sostenido con su genio, coraje y fortuna por hombres como el insigne Doctor, Periodista, Economista y General Manuel Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano.

En efecto mientras Europa se envolvía en una nueva guerra generalizada, en el Nuevo Mundo los ejércitos revolucionarios liderados por Manuel intentaban sostener la revolución, ante los embates de los realistas, con fuerzas muy inferiores en preparación y número, con escasa instrucción militar y con tantos reveses como victorias en los campos de batalla, Belgrano el hombre que había dado sentido y nervio a la revolución, uno de los más claros intelectuales sostenedores del primer gobierno patrio se encontraba a estas alturas de los acontecimientos devenido en militar sin carrera ni formación militar pero con toda su voluntad y recursos puestos al servicio de la causa americana, resistiendo los embates y aguantando la parada, como si el destino le exigiera un esfuerzo mayor como último baluarte de la revolución a la espera de su compañero de causa, que por suerte no tardaría en llegar.

Es por ello que la llegada de San Martín a América representa un hito de gran relevancia, y así lo demuestra su febril accionar de aquellos días, pues el 16 de Marzo a poco de su arribo, pone en pie el primer escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo, primer embrión del ejército profesional y precursor del Ejército de Los Andes; unos meses después junto a sus compañeros de viaje darán vida a la "Logia de Caballeros Racionales" luego "Logia Lautaro" cuyo principal objeto será el "...trabajar poderosamente para asegurar la independencia americana, a costa de cualquier sacrificio y casi sin reparar en medio alguno".

Será a partir de ese momento, a través de su tenacidad y perseverancia, primero al frente de sus "muchachos" los Granaderos a Caballo, luego en el Ejército del Norte junto a su émulo y predecesor el admirable Belgrano donde el Gran Capitán dará cuentas de la importancia de su llegada a América y de su esperado protagonismo al frente de la revolución. San Martín se constituirá así en el "hombre de una misión", el americano que en el momento justo y en el lugar indicado logrará torcer el destino de América; al decir de Mitre "el hombre necesario" y en la interpretación de las palabras de la biógrafa sanmartiniana Dra. Patricia Pasquiali "aquel hombre cuyo fuerte sentido de la misión lo llevó a la soledad de la gloria".

Todo esto, cuanto había sido anticipado por el vocal de la Primera Junta de Mayo y creador de la Bandera Don Manuel que en carta del 25 de diciembre de 1813 le aseguraba, y hasta quizás pronosticaba al futuro Libertador: "...mi corazón toma un nuevo aliento cada instante que pienso que usted se acerca, porque estoy firmemente persuadido de que con Usted se salvará la Patria...". 

Fuente: "San Martín Modelo de Líder Americano" Edición digital, septiembre 2020.

Imagen: "San Martín a bordo de la fragata "George Ganning" al llegar al Puerto de Bs. As. en 1812. Óleo de Alexander Norman Clark.

EL AUTOR. Juan Marcelo Calabria. Docente y Ensayista. Miembro de la Academia Nacional Sanmartiniana, autor de los libros: "San Martín Modelo de Líder Americano" 2.014 y "San Martín más allá del Bronce" 2.017.

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