Una medida impopular del kirchnerismo por la que culpan a Alberto

Resultó llamativo lo que ocurrió el fin de semana tras la decisión de YPF de aumentar el precio de los combustibles.

En los últimos días, se apuntó contra Alberto Fernández por la decisión de YPF de volver a incrementar el precio de los combustibles. Al respecto, abundaron en redes sociales los mensajes de dirigentes y militantes kirchneristas mostrándose "dolidos" o "decepcionados" con el presidente por la suba de las naftas.

Resulta incomprensible que desde el kirchnerismo hayan salido a cuestionar a Fernández por el aumento de naftas, ya que YPF es una empresa mixta controlada por la vicepresidenta Cristina Kirchner. De ella dependió el nombramiento de vicepresidentes, directores, CEO y hasta el actual presidente de la petrolera, Pablo González.

De hecho, si quedaba alguna duda del rol de Cristina Kirchner, meses atrás desplazaron al economista Guillermo Nielsen, que había llegado a la presidencia de la petrolera de la mano de Fernández. Pero en su lugar terminaron designando al santacruceño González, ex vicegobernador de Alicia Kirchner.

De hecho, más allá de YPF, la intervención del kirchnerismo en materia de hidrocarburos y energía es casi total, controlando los entes que regulan el gas y la energía eléctrica (ENARGAS y ENRE), además de tener influencia directa en la Secretaría que comanda Darío Martínez y ejercer influencia en el ministro del área Martín Guzmán.

Así, podría Fernández y su pequeño grupo de funcionarios convertirse en los fusibles del Gobierno, en los chivos expiatorios de cualquier decisión impopular, mientras que a otros dirigentes de tercera línea se les garantiza inmunidad y continuidad mucho más allá de sus desaciertos durante la gestión, sólo por el hecho de pertenecer al sector de Cristina Kirchner.

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