Del porteñocentrismo al MendoExit

En el día del historiador, Gustavo Capone recoge el caudal cultural, social y económico de Mendoza en tiempos en que cobra relevancia el concepto de "mendocinismo" ante nuevos ataques del poder central en Buenos Aires a los intereses de Mendoza.

Hoy en todos los portales aparece el "tema Mendoza". Las nociones de federalismo, autonomía, equidad, justicia, llenan el debate coyuntural. Y en plena pandemia; lo que agregará una cuota más mendocina aun, acostumbrados siempre (sus hombres y mujeres) a instalar reflexiones y alternativas fuertes en tiempos difíciles. En conmemoración del día del historiador, y extendido a todos aquellos que desde su lugar esgrimieron como herramienta la defensa de los valores propios de la mendocinidad, vaya un reconocimiento a quienes en materia académica y cultural fueron pioneros en la reivindicación de la historia de Mendoza ante el asfixiante porteñismo cultural.

Tiene razón Asali

Siempre recuerdo cuando en segundo año del secundario, la Profesora de Historia le preguntó a un compañero lo que el programa de estudio exigía: "por favor nómbrenos, los gobernadores de Buenos Aires". Estábamos revisando el periodo recordado en la historia nacional como "La anarquía". Mi compañero con la frescura propia de un adolescente miró a nuestra profesora, y sin inmutarse sostuvo: "¿Por qué los gobernadores de Buenos Aires, si yo vivo en Mendoza?". Y redoblando la apuesta agregó: "Nómbreme usted los gobernadores de Mendoza de esa época". Un silencio sepulcral invadió el aula. Los segundos se tornaron interminables. Promediaban los años '70, y ese tipo de respuestas no eran comunes en aquel vespertino Comercial de Rivadavia. La profesora detuvo su andar por los pasillos formado por los bancos, y poniendo la mano en el hombro a nuestro compañero, dijo: "Tiene razón Asali; vamos a hablar de Mendoza".

Ella caminó hasta el frente del curso, y como quien da la formación de un equipo de fútbol, enumeró: "Campos, Benegas, Tomás Godoy Cruz, Pedro Molina, Agustín Maza, Molina, Gutiérrez, Lavalle, Correas, Corvalán, Alvarado". A partir de ahí un extenso viaje de casi un año nos permitió recorrer la apasionante historia mendocina.

Tras casi cuarenta años de docente siempre recuerdo ese momento, procurando encontrar estudiantes como "el Asali", y también tratando de reflejarme en ese tipo de excelentes maestros y esa "desobediencia genial".

Ante el relato totalizante

Durante años se privilegió analizar las grandes corrientes macrosociales en los grandes conglomerados como el único modo de abordaje del estudio de los procesos históricos de una nación. La evolución del Estado, las guerras independentistas, las determinaciones políticas de la élite, la economía portuaria. Parecía que solamente las clases sociales urbanas fueron el excluyente móvil que explicaba el devenir de un país. La mayoría de las corrientes de la Historia, Economía, Sociología y Ciencia Política privilegiaron este tipo de análisis, pues consideraban lo concreto (lo provincial) como simplemente anecdótico o residual, carente de interés explicativo. Por ende, las pequeñas historias provinciales o locales se perdían en "el gran relato totalizante" y eran devoradas por las conclusiones generales de "la gran enciclopedia".

Surgió entonces, y Mendoza fue pionera, el desafío de recrear y abordar "las historias" del lugar en pos de la Historia local, generando un cambio de actitud en los jóvenes y en los mayores, que permitiera refundar criterios y conceptos con el fin de restituir un pasado común, contribuyendo a la posibilidad de reencontrarnos con nuestros signos distintivos de ayer y siempre. Imperiosa necesidad identificatoria que nos comprometió a todos ante el bienvenido mundo global. Pues solo se defiende lo que se conoce y solo se lucha por lo que se ama. Además de considerar que todo lo que se olvida, es como si no hubiera existido.

Mendoza. Pinta tu aldea para ser universal

Es imposible no reconocer el enorme valor aportado por la literatura mendocina al rescate de la memoria regional compartiendo temas propios de historiadores. Arturo Roig la identificó como literatura "de intención social". Él mismo destacaba las obras pioneras: "El Gringo" de Fausto Burgos (1935); "La Ciudad de Barro" de Alejandro Santa María Conill; "Mala Calle de Brujos" (1941) de Juan Bautista Ramos. El valor de lo propio y de "la patria chica". Otro aporte relevante es la creación de la Junta de Estudios Históricos (1934), "que convocaba a discutir la historia desde la visión provincial" (Nidia Carrizo de Muñoz), organizando el Primer Congreso de Historia de Cuyo en 1938, abriendo camino a horizontes académicos y pedagógicos nuevos.

Imposible nombrar a tantos autores y organismos que potenciaron el rol mendocino ante la vorágine cultural porteña. Pero es imposible soslayar algunos hitos y personajes. Por ejemplo: la obra de Juan Draghi Lucero (Cancionero Popular Cuyano, las Mil y Una Noche Argentina, El Hachador de Altos Limpios, Cuentos Mendocinos, La Cabra de Plata) o Benito Marianeti ("Mendoza la bien plantada"). Imposible también no detenerse en la obra poética y musical del Nuevo Cancionero Cuyano (1963).

Agregaremos que desde la década del ‘40 se profundizó el abordaje de temáticas políticas, jurídicas y económicas históricas. Ahí el aporte de Edmundo Correas y la creación de la Universidad Nacional de Cuyo serán un hecho importante que multiplicará la producción académica con un sello mendocino.

Mendoza y la historia reciente

El reconocido Arturo Roig siempre sostenía y adhiero: "ahora venimos a descubrir algo sabido y a la vez ignorado, que todos hacemos nuestra historia, aun cuando no hayamos sido bautizados con el agua consagratoria de una facultad o una academia. Todos somos historiadores, todos narramos cotidianamente y somos propietarios de una narración, pues la construcción y reconstrucción de la memoria histórica y del sujeto social, en un determinado tiempo y espacio, es una labor de todos". Quisiera por ende destacar algunos buenos ejemplos. Primero la importancia y espacio que los medios masivos de difusión le brindaron a la historiografía local. Esto despertó un enorme interés en muchos que estimuló la creación de organismos o espacios universitarios que concentraron la búsqueda del rescate historiográfico mendocino. El Centro de Integración Territorial (CINTER) de 1994, cuyo primer encuentro fue el 14 de diciembre de 1995 en Rivadavia, dirigido por Pablo Lacoste, contando entre sus integrantes a figuras como Roig, Pérez Guilhou, Bárcena, Arpini, Mastrangelo, Marios, Jaesnich, Dueñas, Cunietti, etc., proyectándose en la concreción de libros departamentales rescatando la historia local. El Diplomado sobre Historia de Mendoza brindado por la Universidad de Congreso en 2003 - 2004, dirigido por Adriana Micale y Alejandra Massi, concentrado en su plantel docente a personalidades como Zuleta Álvarez, Edgardo Díaz Araujo, Carlos La Rosa, Jaime Correas, Cristina Seghesso, Luis Coria, entre varios. Imposible olvidarse del valor brindado por el Archivo Histórico de Mendoza o la cátedra de Historia de Mendoza de Filosofía y Letras.

Las ganas por contar sobre "lo nuestro" se reflejó claramente en la innumerable cantidad de libros y producciones del mundo empírico que trajo aparejado grandes aportes que rescataron la dimensión departamental y barrial. La acción cultural de los organismos municipales y provinciales, la tarea de la Dirección General de Escuelas y los maestros, estimulando el rescate de la historia mendocina establecieron algunas notas iconográficas. Ejemplo: la producción filmográfica rescatada durante el 2003 - 2007 durante la gestión de Emma Cunietti, de la mano historiadores y protagonistas mostrando los distintos momentos de la historia mendocina (coordinado entre otros por Cristina Satlari con participación de Beatriz Bragoni). Y recientemente, la creación del espacio curricular "Memorias de la Localía" para todas las carreras de profesorados de Mendoza, además de la concreción del nuevo diseño curricular de Nivel Primario donde los temas como el agua, el desierto, la vendimia, el petróleo, los espacios urbanos y rurales, el ambiente, la cultura, las festividades, los sismos, la música, los artistas, los bailarines, la gastronomía, el rol de la mujer, el turismo, los mitos y leyendas, el deporte y las actividades físicas, la inmigración, el emprendedurismo, todo de Mendoza son transversales en todos los contenidos curriculares.

Mendoza históricamente independiente

Con satisfacción podríamos decir que en los temas vinculados al rescate histórico Mendoza ya se independizó. No es poco. El mendocino es un fiel custodio de su cultura y su pasado. Lo demuestra su industria madre, pero también el ciudadano medio. Y eso es un gran paso. Mirando el futuro; cuidando lo suyo. Organizando y pensando el porvenir como un historiador que se proyectó partiendo desde un pasado cargado de ideas y acciones en beneficio de la mayoría. Aquel pasado de la gesta sanmartiniana; de Agustín Alvarez, Julián Barraqueros, Lencinas, Civit y Marianetti. Aquel pasado creativo y vanguardista de la mano de Coni, Pouguet, Thays, Cipolletti, Zapata, Villanueva, Videla, Fader, Notti, Bustelo, Triviño. Pasado de actores, pintores y escritores que llenaron el escenario cultural del país. Pasado que estimuló a Cuadros, Quino y Le Parc. Pasado que cobijó a Cortazar. Pasado de Huarpes e inmigrantes. Tierra de arrieros, contratistas y "tomeros"; cuna de cientos de inteligentes y valientes mujeres. Historia y progresismos que se proyectan en la pluma o el pincel de algún artista o un estadista. Pasado que espera entusiasmado una nueva tonada y la próxima vendimia como un alivio ante la coyuntura brutal que oprime y castiga desde aquel puerto lejano. Como ayer; y como para poner una nueva prueba a Mendoza, en el medio de la pandemia.

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