El presidente de Aysam sugirió restringir el uso de agua para espacios verdes

Ante la escasez de agua, Alejandro Gallego planteó sobre los espacios verdes: "¿Nuestra provincia se puede dar el lujo de tenerlos?". Contó además que este año licitarán a través de Nación un plan de obras por 2.500 millones de pesos.

En la actualidad, y desde que comenzó la gestión Rodolfo Suarez, Alejandro Gallego es quien conduce Aguas Mendocinas. Pero el licenciado en Economía ha pasado por diferentes cargos provinciales e, incluso, llegó a desempeñarse como subsecretario de Presupuesto del Ministerio de Hacienda de la Nación durante la presidencia de Mauricio Macri.

Antes de que terminara 2018, Gallego decidió renunciar a su cargo en Nación y volver a Mendoza. Estuvo un tiempo haciendo trabajos de consultoría, hasta que Suarez lo convocó. Desde su lugar como presidente Aysam, charló en profundidad con Memo y reflexionó acerca de este "bien tan escaso".

-¿Qué balance hacen de la provisión de agua potable cerrando la temporada?

-Ha sido una temporada difícil, primero porque hemos tenido que prestar el servicio con pandemia y eso significa que mucho personal no ha podido asistir a trabajar, así que la empresa no ha estado funcionando en su normalidad.

Por otro lado, mucha gente no ha ido de vacaciones, está pasando el verano en sus casas con la ansiedad de resolver los problemas sanitarios que surgen.

Ha sido una temporada con más tormentas de lo normal, sobre todo en Potrerillos. Hubo más apertura de compuertas que en un año normal, eso tiene que ver con los sedimentos. Ha sido un año complejo pero ya está cerrando y estamos llegando a situaciones de normalidad, en cuanto a reservas y reclamos de clientes.

-¿En qué falta invertir, cuál es el plan para este año?

-Nuestro gran momento de estrés siempre es de diciembre a febrero. Así que en pocos días ya empezamos a preparar todo nuestro plan de trabajo 2021/2022. La buena noticia es que tenemos muchas obras por realizar y nuevo equipamiento. Va a ser mejor el 2021 porque vamos a estar más equipados.

De todas formas, las inversiones que faltan para que el sistema sanitario esté en óptimas condiciones son enormes. Necesitamos casi un Portezuelo del Viento para que el sistema sanitario esté óptimo (cerca de U$S1.000 millones). Pero este año tuvimos inversiones muy importantes de la provincia en equipamiento, hemos puesto 140 kilómetros de caño, hemos comprado un sistema de bypass que nos permite no tirar líquidos cloacales cuando hay un colapso (lo cual es muy importante, es uno de nuestros desafíos), hay varias obras con los municipios e, incluso, con Nación vamos a licitar un plan de 2.500 millones de pesos este año.

También, con el BID hay un plan para Malargüe y con el Fondo Fiduciario de Infraestructura estaríamos empezando la planta cloacal en Tunuyán. Tenemos muchos desafíos y expectativas de que este año, cuando ya esté resuelto lo de la pandemia, sea mucho mejor.

-¿Cómo están las redes cloacales en Mendoza?

-Tenemos una cobertura de cloacas en toda la provincia bastante alta, respecto al resto del país. Estamos casi en el 85%, obvio que quisiéramos tener el 100%. Pero hoy nuestro problema es que gran parte está en mal estado; de 4 mil kilómetros de red de cloaca que tenemos en total, 900 están en mal estado. Es un desastre. Nuestra prioridad es cambiarla porque produce pérdidas. La Legislatura nos aprobó un fondo para renovación de red. Son obras difíciles de ejecutar porque pasan por el casco urbano. Cuando la red cumple su vida útil, hay que cambiarla.

-¿Se ha tomado más conciencia del uso responsable del agua con las campañas que se realizan?

-Mendoza tiene todo un desafío por delante en tomar conciencia de que lamentablemente hay una emergencia hídrica que es la normalidad. Hoy el agua es un bien escaso, antes no era así. Así que hay administrarla muy bien. Un ejemplo son nuestros espacios verdes, que son hermosos, pero la pregunta es si nuestra provincia se puede dar el lujo de tenerlos. Es agua que se le quita a la producción. Hay otros países que cerraron esos espacios, como en Nuevo México (Estados Unidos) donde no están permitidos los jardines verdes y hay de otro tipo. No digo de ir a ese modelo pero sí que tenemos que pensar como sociedad cómo cuidar el agua.

Hay redes en mal estado, por lo cual se pierde el agua antes de llegar a la casa y en la casa se hace un mal uso; tenemos que poner medidores y después está el riego agrícola que en gran parte se hace a manto y de manera poco eficiente. Es un desafío enorme el que tenemos por delante. Hay que tomar conciencia de que toda el agua que usamos para consumo humano o de los jardines, es agua que no va a la producción y por ende, no genera riquezas.

-¿Cómo está hoy la situación financiera de Aguas Mendocinas?

-Hoy estamos con una tarifa que no es la que nosotros quisiéramos pero nos permite afrontar los costos operativos sin que la Provincia nos esté transfiriendo fondos. Eso es lo que plantea, justamente, la ley de estatización de Aysam, que la empresa se sostenga con su tarifa y que los aportes de Municipios, Provincia o Nación sean para el crecimiento y mantenimiento de la planta. Es muy importante haberlo logrado porque hacía mucho que no se podía hacer eso. Ha sido un esfuerzo muy grande, incluso de los usuarios. Estuvimos casi sin cortes y mantuvimos la misma cantidad de usuarios que pagan la tarifa incluso en la pandemia, un acompañamiento enorme así que estamos muy agradecidos.

-¿Cuál sería la tarifa ideal?

-Entre lo que nos han dado versus lo que nosotros hemos pedido en las dos audiencias públicas, hay una diferencia de 50%. La empresa hace un estudio de costos, que determina que necesitamos un 50% más para dar un servicio óptimo. Pero así podemos trabajar bien. Respecto a otras provincias estamos de la media para abajo. 

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