En Wall Street los inversores en productos de guerra están listos

Lo que sucede es Wall Street sabe que esto recién inicia y prueba de ello es la postura de los inversores respecto a las empresas relacionadas con defensa.

"La escalada de tensión en Oriente Medio ha ido en aumento en 2019, especialmente en la segunda mitad del año y, más allá de las cuestiones puramente geopolíticas que ello conlleva, lo cierto es que las implicaciones económicas son enormes. Sin embargo, aunque se tiende a pesar que estas son totalmente negativas, lo cierto es que una guerra mueve cantidades ingentes de dinero y, como en todos los conflictos bélicos, hay ganadores y perdedores, también en lo económico". Así lo describe la periodista María Igartúa en un trabajo presentado en El Confidencial y que da cuenta de cómo ya se frotan las manos los inversores en escaladas bélicas.

Lo que sucede es Wall Street sabe que esto recién inicia y prueba de ello es la postura de los inversores respecto a las empresas relacionadas con defensa. "Las cotizaciones de la industria armamentística no han dejado de crecer en el último año y se encuentran en máximos históricos, al tiempo que a ningún analista se le ocurre emitir una recomendación de venta sobre alguno de los valores del sector", señaló Igartúa.

Lockheed Martin, el mayor fabricante armamentístico del mundo por ventas según el SIPRI, amasa subidas del 41% desde mediados de abril y en lo que va de año avanza casi un 4%. De hecho, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha cotizado al alza para el sector y desde noviembre de 2016 el artífice del primer cazabombardero del mundo indetectable, el F-35 Joint Strike Fighter, y el creador de la bomba racimo M30, que tiene un alcance de 70 km, acumula un repunte del 88%.

Raytheon, que es el sexto fabricante de armas y está especializado en sistemas inteligentes utilizados en escudos antimisiles, acumula un 31% desde el aumento de las tensiones en la zona del Golfo Pérsico; mientras que para otro 'clásico' del sector armamentístico, Northrop Grumman, las posibles operaciones llevadas a cabo en el Mar Rojo pueden ser un filón para su división naval, aeroespacial y de radares, lo que se traduce en ganancias del 33% desde el 15 de abril.

Por su parte, la británica Bae Systems, que además de ser una constructora aeronáutica comercial es el segundo mayor contratista militar del mundo, se anota ganancias superiores al 20% en los últimos ocho meses.

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